Monsanto intenta acallar las críticas a su negocio de semillas transgénicas

Una travesura que no gustó al gigante biotecnológico

Al parecer, a Monsanto no le causó gracia esta travesura. El mismo 14 de agosto envió una carta al secretario de Agricultura, Enrique Martínez y Martínez, firmada por el ingeniero Manuel Bravo Pereyra, presidente y director general de Monsanto Latinoamérica Norte, donde alerta que se ha difundido información falsa sobre nuestra compañía a través de una página apócrifa en Internet, que anunciaba la aprobación de la siembra comercial del maíz genéticamente modificado. Esto, acusa, detona un intento por crear un ambiente adverso tanto al gobierno como a la empresa en el proceso de revisión que actualmente encabeza la dependencia que usted asertivamente dirige.

La carta, copia de la cual fue obtenida por La Jornada, afirma que Monsanto está consciente de la responsabilidad que representa informar veraz y oportunamente a la opinión pública sobre éste y otros temas. Sin embargo, le aseguro que todos los que colaboramos en Monsanto entendemos la importancia de una información confidencial, basada en un mensaje elaborado de acuerdo a los requerimientos y exigencias del gobierno federal y de cada una de las secretarías que velan por el interés del campo mexicano.

Concluye reiterando el compromiso de colaborar con las autoridades mexicanas para obtener la autorización del uso comercial de las semillas creadas por la empresa.

En un mensaje al público ese mismo día en su sitio oficial de Internet, Monsanto lamentó la confusión provocada por el engaño cibernético y dijo que información sobre el sitio ficticio había entregado a las autoridades apropiadas para que investiguen el asunto.

Reconoce que los foros cibernéticos son útiles para la discusión y el diálogo, pero indica que engaños como éstos son intentos de interrumpir esa discusión y difundir información falsa sobre la empresa.

Por otro lado, Monsanto se comunicó recientemente con las autoridades de la Universidad de Nueva York, y sus representantes visitaron a altos funcionarios de la institución, para quejarse de que todo dañó su relación con México, y sostener que la acción cibernética estaba ligada al curso académico bajo los auspicios del Instituto Hemisférico, y por lo tanto con NYU. Aparentemente investigaron a los participantes del curso, como también a estudiantes que según sospechaban habían colaborado con la acción.

Los Yes Men realizan acciones como éstas, y usan el humor y la burla para revelar y difundir información sobre empresas trasnacionales, afirmando que a veces es necesario una mentira para revelar la verdad.

La profesora Taylor afirma que el curso del Instituto Hemisférico en Chiapas no tenía ninguna relación con la acción cibernética, lo cual se puede corroborar en el programa de instrucción y por los participantes.

A la vez, opinó que esta denuncia de Monsanto frente a lo que a fin de cuentas era una travesura simple, sólo demuestra que los activistas tocaron un punto delicado para esa empresa, y agregó: pero no deberían perseguir a académicos y activistas por revelar los planes y su posible impacto en México.