México: Los aparecidos

Hace algunos años, la poeta Margaret Randall escribía: Desaparición. Desaparecido. Palabras extrañamente pasivas para describir semejante brutalidad. Desde la riqueza del léxico latinoamericano pudimos haber inventado un término que definiera mejor el crimen. En cambio, lo que ocurrió fue que esta palabra se despojó de su pasividad y adquirió un sentido nuevo, instantánea y dolorosamente reconocible para cualquiera que haya habitado el continente durante la segunda mitad del siglo XX. Como podemos constatar en nuestro XXI mexicano, ese sentido entonces nuevo sigue vigente como nunca… Un mes. ¿Cuántos fusibles más?