México: Científicos piden prohibición total del maíz transgénico

Por Biodiversidad en América Latina y en el Caribe, 2 de enero de 2014

La Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS) en México, compartió varios estudios que demuestran los daños en la salud por el consumo de alimentos derivados de transgénicos y agrotóxicos asociados.

“Los resultados científicos fundamentan una prohibición total a la liberación de maíz transgénico en su centro de origen, México. De lo contrario, la acumulación de transgen se tornaría irreversible, y con ello se cancelaría la soberanía alimentaria, y se afectaría negativamente a los campesinos, a la producción del alimento básico y la salud de los mexicanos, como así también a la seguridad alimentaria mundial”, dijeron los científicos el 18 de diciembre.

Los investigadores también presentaron una carta que el Dr. David Schubert, experto en inmunología del Instituto Salk de Estados Unidos, envió al Presidente de México Enrique Peña Nieto.

“El maíz es originario de México y los genes transgénicos, sin duda, contaminarían y degradarían las poblaciones nativas. México es el centro de la diversidad del maíz y un tesoro mundial de variedades para combatir las enfermedades y el cambio climático. Este será eliminado con la introducción de semillas transgénicas. Todas estas afirmaciones se han probado científicamente”, afirmó Schubert en su misiva.

La UCCS también compartió un reporte científico europeo del mes pasado, en donde se ofrecen evidencias incontestables acerca de las incertidumbres, riesgos y peligros de los cultivos transgénicos, sustentados por publicaciones científicas, así como de los debates que aún persisten en torno a ellos.

Asimismo, se refirieron a la reciente retractación del artículo del Prof. Gilles-Eric Séralini por parte de los propios editores de la revista en la que se publicó, y manifestaron que esta decisión “carece de sustento científico y responde a la presión de las industrias que comercializan los cultivos transgénicos”.

Mitos sobre la seguridad del maíz transgénico

El Dr. Schubert explicó en su carta al presidente mexicano que: “se dice que debido a que no se ha documentado ninguna enfermedad humana asociada al maíz Bt, – entonces es seguro para su consumo”, pero alertó que “esta conclusión no es válida”.

El maíz Bt es un tipo de maíz transgénico que produce una proteína de origen bacteriano. La proteína Cry, producida naturalmente por Bacillus thuringiensis es tóxica para las larvas de insectos barrenadores del tallo, que mueren al comer hojas o tallos de maíz Bt.

En este contexto explicó que sólo una pequeña fracción de este maíz Bt producido en los EE.UU. se consume directamente, pues la gran mayoría se utiliza como alimento para animales y para hacer aceite, jarabe de alta fructosa y etanol, pero que estos no contendrían la proteína Bt.

Schubert aclaró que el maíz que contiene la proteína Bt que se consume, es en forma de bocadillos altamente procesados como chips de maíz y otros productos que no son los principales componentes de la dieta en ese país.

“En cambio la proteína Bt en el maíz mexicano va a ser consumida directamente en grandes cantidades porque el maíz es el alimento básico y, por tanto, un componente importante de la dieta en México. Además, se preparará en un número infinito de formas, lo que llevará a potenciales cambios químicos de la proteína causando una toxicidad desconocida e inmunogenicidad. Aunque se realizaron algunos estudios de alimentación para demostrar la seguridad del maíz genéticamente modificado (GM), hay muchos métodos de cocción que no han sido probados”, sostuvo el Dr. Schubert.

Asimismo, enfatiza que es falso afirmar que debido a que no hay evidencia de enfermedad después de la introducción de un producto genéticamente modificado entonces este producto es seguro para ser consumido, pues la comprobación requeriría un experimento bien diseñado, con los controles adecuados, que no se puede realizar debido a que los alimentos que contienen OMG no están etiquetados.

“De hecho, tal vez la mayor preocupación con la introducción de cualquier alimento GM debería ser que, aunque haya causado alguna enfermedad, esta no podría ser detectada debido a la falta de estudios epidemiológicos y a las limitaciones técnicas para la detección de dicha enfermedad. Es evidente que, una vez que el maíz GM se comercialice en el mercado, no habrá manera de controlar los efectos adversos para la salud causados por el producto y pedir explicaciones al productor. Las empresas son conscientes de que por esta razón nunca tendrán que rendir cuentas por el daño a la salud humana que su producto pueda causar”, aseguró el investigador.