Meten freno a liberación de maíz transgénico

Por María del Pilar Martínez, El Economista, 2 de octubre de 2013

El gobierno federal metió freno al proceso de liberación de maíz transgénico en el país; en lo que va del año, no ha otorgado ningún permiso para completar el proceso que prevé la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados y que consta de tres etapas: experimental, piloto y comercial, antes de poder realizar siembras masivas.

De acuerdo con información de la Secretaría de Agricultura, a través del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), de las 43 solicitudes que han presentado las empresas Monsanto, Syngenta, PHI México y Dow Agrosciences, ninguna ha sido aceptada por la autoridad, ni siquiera para mantener el proceso experimental.

Entrevistados por separado, el presidente del Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México, Carlos Salazar, y el presidente del Consejo Agropecuario de la Comarca Lagunera, Mario Valdés, confirmaron que todos los permisos se han quedado pendientes y no existe interés en la autoridad para introducir al país la biotecnología agrícola en maíz, a pesar de presentar déficit e importar cada año aproximadamente 9 millones de toneladas del grano.

En México, se aprobó la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados en el 2005 y tres años después se emitió su reglamento; de manera adicional, en el 2008, se publicó el Régimen de Protección Especial del Maíz, de ahí que los productores consideren que el marco regulatorio mexicano, “es uno de los más rigurosos del mundo”.

Mantienen análisis

El reporte que emite Senasica indica que las 43 solicitudes se encuentran en “análisis y dictaminación”, 15 de ellas son para la etapa experimental, 16 son para etapa piloto, y ocho son para comercial.

A diferencia de lo ocurrido en este año, en el 2011 se autorizaron 61 permisos, entre experimentales y piloto, y se rechazaron 15; para el 2012 se autorizaron 33 y 26 se mantuvieron en revisión.

“Nos preocupa que en la parte de la fase comercial en la liberación de los maíces genéticamente modificados no tenemos ni señales, pero nos preocupa más que este año no se hayan autorizado ni siquiera las fases experimental y piloto en materiales que se quieren probar, estamos peor que el año pasado”, dijo Salazar.

Finalmente, Valdés afirmó: “El precio del maíz y sorgo va a la baja. Si no logramos que los productores tengan ahorros y bajen sus costos, va a ser incosteable sembrar maíz. A parte, las modificaciones a la reforma fiscal nos va a pegar duro al quitarnos el régimen simplificado y los costos de producción se nos van a ir más arriba. La única solución es elevar la productividad, y con esta tecnología es posible tener 25% más de rendimiento”.