Medio ambiente, protesta social y democracia en América del Norte

Por Hepzibah Muñoz Martínez*, La Jornada, 19 de octubre de 2013

El jueves de esta semana, en un país del continente americano, el gobierno envió policías federales y francotiradores para desplazar a las comunidades indígenas y locales que protestaban de manera predominantemente pacífica en contra de las pruebas sísmicas para extraer gas esquiso o shale gas, lo que se realiza a través de la fracturación hidráulica o fracking. Lo anterior derivó en el arresto de 44 personas, quienes se expresaban en contra de este proyecto de explotación de recursos naturales, los cuales tienen importantes efectos negativos en la salud y el medio ambiente.

La descripción de tal escenario pareciera encontrarse en algún lugar de un país latinoamericano donde existe una larga tradición de represión en contra de la protesta social y violaciones a las libertades políticas y civiles. Sin embargo, esto ocurrió en la provincia de New Brunswick, localizada al este de Canadá, país que ha sido considerado modelo de democracia y líder en cuestiones de seguridad humana en la agenda internacional.

El análisis de este caso nos lleva a las siguientes reflexiones respecto de cuestiones medioambientales y derechos sociales y civiles. Por un lado, las comunidades locales del este de Canadá están preocupadas por los efectos negativos de la extracción del gas de esquiso o shale gas a través de la fracturación hidráulica. Este método extrae el gas acumulado en poros y fisuras de ciertas rocas a través de la perforación de cientos de pozos que ocupan áreas extendidas, y en ellos se inyecta millones de litros de agua (entre 9 mil y 29 mil metros cúbicos por pozo) cargados de un cóctel químico y tóxico.

Los efectos de esta explotación son la contaminación de las aguas subterráneas, la emisión de gases, como el metano, y terremotos, entre otros. Estos efectos ya se han sentido en diversas partes de Estados Unidos donde se ha utilizado ese método de extracción. Sus consecuencias se han visto en parte del estado de Pensilvania, donde el agua que sale de las tomas domésticas en cientos de hogares contiene metano, gas inflamable que ha causado no sólo daños a la salud, sino hasta explosiones. En el estado de Texas lugares de ese territorio que no eran sísmicos se han convertido en zonas de terremoto después de que se ha realizado la extracción de gas por fracking.