ONU: Hay Más Comida, pero 1.020 Millones de Personas Padecen Hambre

–¿Cuál fue el papel de la especulación en el aumento del precio de los alimentos?

–La especulación que hicieron fondos de inversión en materias primas agrícolas en los mercados de futuros fue un factor significativo para el pico de precios observado en 2007/2008. Entre 2006 y 2008 la abundancia de liquidez internacional combinada con una baja en los rendimientos de los mercados financieros hizo entrar grandes flujos de capital en los mercados de materias primas agrícolas. Apostaban a que los precios subirían o bajarían como una estrategia de inversión de corto plazo. Las ventas a futuro formaban parte de las decisión de administración de sus carteras y no tenían que ver con los fundamentos de la economía. Estos fondos especulaban con una canasta de alrededor de 20 materias primas y llegaron a manejar, en marzo de 2008, contratos por 400 mil millones de dólares, el doble que a finales de 2005.

Una vez vistos los efectos de esas prácticas, propone medidas para enfrentar en el futuro la especulación con alimentos. Pueden ser de carácter regulatorio, que las autoridades impongan cuotas que reduzcan el margen a los especuladores. Otra, excluir a los fondos de riesgo de los contratos con materias primas agrícolas. En el plano más operativo, mejorar la gestión de los inventarios de granos a nivel mundial, así como una mayor coordinación entre los encargados de esos inventarios para limitar el atractivo a la especulación.

La especulación es un problema que debemos atender. A pesar de numerosos llamados de atención en este sentido, no ha habido ningún avance en el último año. Los riesgos sistémicos permanecen. Esto revela un hueco en la forma de gobierno global, por el cual las poblaciones pagan un precio muy alto.

–¿Cuál fue el papel de las grandes corporaciones en la crisis alimentaria?

–Durante la primera mitad de 2008 los gobiernos bajaron tarifas de importación a fin de asegurar un precio más económico para los consumidores. Pero esa medida sólo era eficaz si los comerciantes bajaban sus precios en proporciones similares. Resulta que los comerciantes tienen poco incentivo para bajar sus precios, en particular cuando ocupan posiciones oligopólicas. Estoy convencido que la agroindustria tiene un papel esencial para productores y consumidores. Pero los desequilibrios de poder en la cadena de distribución y producción son considerables y no pueden ser ignorados.

–¿Cuál es la consecuencia del desplazamiento del pequeño productor agrícola y de la agricultura tradicional?

–Demasiado a menudo se ha abandonado a los agricultores pequeños, se les han retirado apoyos, en parte debido a su falta de poder y a la creencia, tan profundamente arraigada, de que entre más grande sea una granja es más productiva. Los pequeños productores contribuyen a la seguridad alimentaria, en particular en áreas atrasadas, donde producir localmente evita costos altos de transporte y de comercialización.

–¿Cuál es la consecuencia de este reciente fenómeno de arrendamiento de tierras por parte de algunos gobiernos, que buscan asegurarse extensiones agrícolas en otros países?

–Este es un fenómeno enormemente importante. En los últimos tres o cuatro años inversionistas privados y gobiernos han mostrado un interés creciente en la adquisición o arrendamiento a largo plazo de grandes extensiones de tierra cultivable, en especial en países en vías de desarrollo. Entre 20 y 30 millones de hectáreas de tierra de labranza en países en vías de desarrollo han sido sujetas a negociaciones que involucran a inversionistas extranjeros desde 2006. Esto representa más que la extensión cultivable de Francia y una cuarta parte de las tierras agrícolas de la Unión Europea.

Algunas transacciones son de gran escala. La mayor demanda es de tierras cercanas a reservas de agua, que pueden ser regadas a un costo relativo bajo, o de tierras que están cerca de mercados hacia donde pueden ser exportados los productos, comenta. Brasil, por ejemplo, es uno de los países que están en la mira de quienes buscan tierras para asegurarse alimentos en el futuro. Los principales blancos son países en desarrollo: tienen un clima favorable, mano de obra abundante y de bajo costo y tierras baratas. Hay oportunidades, pero también grandes desafíos de derechos humanos. Un Estado actuaría en contra de los derechos humanos de su población si al arrendar o vender tierras privaran a la población local del acceso a recursos productivos indispensables para su sustento, menciona.

Brasil, por ejemplo, es uno de los países que están en la mira de quienes buscan tierras para asegurarse alimentos en el futuro. , menciona.