Los probióticos ayudan a combatir el COVID

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 10 de marzo del 2021.

HISTORIA EN BREVE

  • Una revisión de los registros de los pacientes reveló que las personas hospitalizadas por COVID-19 con síntomas gastrointestinales tenían mayor riesgo de desarrollar una enfermedad grave
  • Se administraron probióticos a pacientes que dieron positivo por COVID-19 y su síntoma de diarrea entró en remisión en un periodo de 72 horas
  • La disbiosis intestinal podría aumentar la gravedad de una infección Una de las causas principales de la disbiosis es una dieta rica en alimentos procesados y azúcar, y baja en fibra
  • Las comorbilidades relacionadas con la enfermedad grave, como la diabetes, la edad y las enfermedades cardiovasculares, también se asocian con una menor la diversidad del microbioma intestinal
  • Las bacterias beneficiosas necesitan fibra para prosperar; así que considere incorporar alimentos fermentados caseros, ricos en probióticos y fibra

En la actualidad, se están realizando ensayos clínicos para determinar si los probióticos pueden ayudar a reducir la gravedad de la enfermedad por COVID-19 y mejorar la recuperación, ya que el estado de la microbiota intestinal tiene un impacto importante en la salud en general En los últimos meses, los médicos e investigadores también descubrieron que las personas con mala salud intestinal tienen un mayor riesgo de sufrir una enfermedad grave por COVID-19.

Además de influir en la digestión y la inmunidad, los científicos descubrieron que tenemos un eje intestino-cerebro y un eje intestino-pulmón. El eje intestino-cerebro tiene comunicación bidireccional, por la que la microbiota ayuda a regular la función cerebral.

Por ejemplo, un estudio que se publicó en 2017 encontró que la cepa Bifidobacterium breve A1 ayuda a reducir la disfunción cognitiva que suele ser inducida por la beta amiloide en la enfermedad de Alzheimer.

En otro estudio, los investigadores encontraron una conexión entre un microbioma intestinal desequilibrado y el desarrollo de placas amiloides en el cerebro. Hace poco, otra investigación descubrió que también existe un eje intestino-pulmón, lo que demuestra que el estado de su microbiota influye en su sistema inmunológico, no solo a nivel local sino sistémico.

Aunque su intestino y pulmones son anatómicamente distintos, cada vez más evidencia revela que la comunicación entre los sistemas ayuda a mantener la homeostasis de su sistema inmunológico. Con base en este conocimiento, los investigadores ahora están investigando una relación potencial y probable entre la salud de su microbioma intestinal y el riesgo potencial de una enfermedad más grave por COVID-19.

Los casos graves de COVID-19 se relacionan con una mala salud intestinal

Una revisión de más de 1000 registros de pacientes demostró que las personas que ingresaron al hospital con síntomas gastrointestinales (GI) y sospecha de infección por COVID-19 tuvieron peores resultados que los pacientes sin síntomas GI. Cuando los investigadores de Rush University Medical Center en Chicago realizaron esta revisión, clasificaron a los pacientes con una puntuación de cero a tres.

Incluso después de ajustar las comorbilidades, la demografía y otros síntomas clínicos, los resultados siguieron siendo los mismos. Uno de los investigadores habló con un periodista de MedPage Today y le dijo:

“Sabíamos que los síntomas gastrointestinales podrían ser parte de la infección, pero no sabíamos si marcaban una diferencia y representaban un mayor riesgo. Así que queríamos analizar el impacto de los síntomas gastrointestinales iniciales para ver si se relacionaban con una enfermedad más grave y descubrimos que los pacientes con síntomas gastrointestinales también tenían factores de riesgo establecidos para la gravedad, como edad avanzada, diabetes, obesidad e hipertensión”.

De los pacientes que evaluamos, el 22.4 % reportó haber experimentado al menos un síntoma gastrointestinal, los más comunes eran náuseas y vómitos. Los investigadores también descubrieron que las personas con síntomas gastrointestinales tenían un mayor índice de masa corporal, una mayor prevalencia de diabetes y presión arterial alta, así como edad avanzada. Aunque este grupo tuvo una mayor tasa de ingreso en la UCI e intubación, el estudio no consideró la tasa de mortalidad.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades también descubrieron que, aunque los síntomas de COVID-19 pueden variar, durante el transcurso de la enfermedad, muchas personas experimentan síntomas respiratorios, fiebre, pérdida del gusto y del olfato y síntomas gastrointestinales. Esto indica que los síntomas gastrointestinales se encuentran entre los más reportados ante los CDC.

SciTech Daily reportó que los resultados de las autopsias y otros estudios sugieren que un número considerable de personas con enfermedad grave por COVID-19 también tienen problemas gastrointestinales. En enero de 2021 se publicó un estudio que plantea que los síntomas gastrointestinales que pueden predecir una enfermedad grave por COVID-19 se desencadenan por una mala salud intestinal.

Heenam Stanley Kim, Ph.D., de la Universidad de Corea examinó la evidencia y propuso que la disbiosis intestinal puede aumentar la gravedad de la infección. Esta hipótesis está respaldada por una revisión de varios estudios que se realizó desde el inicio de la pandemia y que también demuestra que la falta de diversidad microbiana se relaciona con una enfermedad más grave.

Un estudio preliminar de pacientes que ingresaron al hospital de Stanford del 4 al 24 de marzo de 2020 también encontró que el 31.9 % de los pacientes presentaban síntomas gastrointestinales al momento de su hospitalización.

El estado de la diversidad del microbioma también influye en el riesgo de la enfermedad

La relación entre la microbiota intestinal alterada y las enfermedades crónicas se estableció mucho antes de que apareciera el COVID-19. Uno de los factores subyacentes que afectan la diversidad de su microbioma intestinal es la dieta occidental, que es rica en alimentos procesados y azúcar y una baja en frutas y vegetales.

Esta combinación aumenta la inflamación crónica y se relaciona con varias enfermedades crónicas de alta prevalencia, como diabetes, enfermedad cardiovascular y obesidad. Kim comenzó a analizar estudios y a conectar todos estos puntos cuando se dio cuenta que los países con buenas infraestructuras médicas eran de los más afectados por esta enfermedad.

Estos países consumían una dieta occidental baja en fibra, y según él “una dieta baja en fibra es una de las causas principales de la microbioma intestinal alterada, lo que se conoce como disbiosis, que a su vez provoca enfermedades crónicas”.

Este patrón, promueve una respuesta inflamatoria en el cuerpo y se relaciona con un marcado aumento en las tasas de “enfermedades occidentales”, de hecho, un estudio observacional de 1 000 hombres y mujeres sanos encontró que consumir alimentos procesados reduce de manera significativa de la diversidad del microbioma intestinal.

La edad también influye en el estado de su microbiota intestinal Los investigadores plantean la hipótesis de que la edad también podría contribuir con el desarrollo de enfermedades crónicas. Los cambios en el microbioma intestinal que ocurren con la edad podrían ir de la mano con los cambios en la alimentación, el estilo de vida y el uso de medicamentos.

A medida que se recopiló más información sobre el progreso del COVID-19, los científicos identificaron grupos de personas con comorbilidades que tenían un mayor riesgo de enfermedad grave. Y parece que la mala salud intestinal podría ser un factor subyacente entre los grupos de personas que padecen enfermedades graves.

El Dr. Giancarlo Ceccarelli, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Roma, y sus colegas, administraron probióticos a 70 pacientes que dieron positivo por COVID-19, los resultados de su investigación se publicaron en Frontiers in Medicine. El grupo de control recibió hidroxicloroquina, antibióticos y tocilizumab, un medicamento inmunosupresor.

El grupo de prueba recibió la misma terapia junto con un probiótico multicepa oral. En 72 horas, la diarrea del grupo de prueba estaba en remisión en comparación con menos de la mitad del grupo de control.

Además, esta intervención redujo ocho veces el riesgo de desarrollar insuficiencia respiratoria, mientras que los participantes del grupo de control tuvieron un mayor riesgo de mortalidad. Ceccarelli comentó los resultados del estudio.

“Nuestros resultados preliminares mostraron una mayor tasa de supervivencia y un menor riesgo de requerir reanimación intensiva en los pacientes que recibieron probióticos, en comparación con los pacientes que recibieron el tratamiento estándar. Las bacterias intestinales tienen un impacto inmunológico de largo alcance en el sistema inmunológico pulmonar.

Nuestros resultados enfatizan la importancia del eje intestino-pulmón en el control de la enfermedad por COVID-19. La bacterioterapia podría ayudar a complementar el tratamiento de esta grave enfermedad”.

Los probióticos deberían formar parte del tratamiento contra el COVID-19

Kim señala que la disbiosis en la microbiota intestinal puede ser el factor subyacente que permite que el SARS-CoV-2 acceda a las células de la mucosa intestinal que de otro modo estarían bien protegidas. En última instancia, esto permite que el virus se filtre al cuerpo y afecte los órganos internos, lo que puede explicar la disfunción multiorgánica que ocurre en los casos graves de esta enfermedad.

Kim propone que la salud intestinal podría ser un factor muy importante al momento de predecir los síntomas. Los pacientes con enfermedad grave por COVID-19 tienen una menor diversidad bacteriana, incluyendo el tipo de bacterias que producen butirato. Este ácido graso de cadena corta que es muy importante para reforzar la función de barrera intestinal.

La microbiota alterada produce intestino permeable, lo que puede contribuir con estos síntomas gastrointestinales y permitir que el virus acceda a sus órganos internos. El SARS-CoV-2 interactúa con las enzimas ACE2 que se encuentran en la superficie de muchos de estos órganos. Esto promueve la entrada en las células huésped y la replicación, lo que daña el tejido y promueve la gravedad de la enfermedad.

Además de proteger la función de la barrera de la mucosa e inhibir la invasión de bacterias patógenas, la evidencia también demuestra que la microbiota intestinal tiene un impacto directo sobre las bacterias de los pulmones. Al estudiar la sepsis, los investigadores encontraron una gran cantidad de Bacteroides sp. en los pulmones, lo que puede indicar que la composición de su microbioma intestinal podría ser una herramienta predictiva.

Aunque Canadá ya empezó el primer ensayo para estudiar esto más a fondo, los médicos en China han estado utilizando probióticos con otros tratamientos contra el COVID desde febrero de 2020. El objetivo del ensayo PROVID-19 es evaluar si los probióticos podrían ser una opción de tratamiento para reducir la duración y síntomas de pacientes que han dado positivo en la prueba del virus y no están hospitalizados.

Gastroenterology publicó un estudio piloto de la Universidad China de Hong Kong. Los investigadores recopilaron datos de 150 pacientes con COVID-19 y 1500 individuos sanos. Se comparó la información del microbioma y después se creó un suplemento de cepas de prebióticos y bifidobacterias.

El documento reveló que “en comparación con los pacientes que recibieron atención estándar, un número significativo de pacientes que recibieron la fórmula lograron superar los síntomas y reducir los marcadores inmunes proinflamatorios”.

Los probióticos necesitan prebióticos

La fórmula que desarrollaron los científicos chinos aumenta el potencial de que las bacterias beneficiosas crezcan en su microbioma intestinal al proporcionarles los nutrientes que necesitan para desarrollarse. Los prebióticos y probióticos son inmunomoduladores En otras palabras, ambos estimulan y suprimen el sistema inmunológico, lo que ayuda a mantener la homeostasis en el sistema.

Después de evaluar las investigaciones que demuestran el poderoso efecto que tiene su microbioma intestinal en el sistema inmunológico, junto con el conocimiento actual de que el microbioma influyen en el desarrollo de COVID-19 grave, un científico escribió:

“En caso de que no se desarrolle una vacuna, se cree que el mejor enfoque para combatir la infección por COVID-19 es fortalecer el sistema inmunológico con probióticos y prebióticos que tienen el potencial de reducir la inflamación que causa la infección por COVID-19″.

Esta es una estrategia que puede implementar de forma inmediata sin la necesidad de recurrir a ningún medicamento. Los estudios han confirmado que consumir grandes cantidades de azúcar aumentará el número de de bacterias dañinas en el intestino y, al mismo tiempo, reducirá la población de bacterias beneficiosas.

Las bacterias beneficiosas ayudan a reforzar la función de la barrera intestinal y a reducir los efectos de las endotoxinas que liberan las bacterias dañinas. La inulina es un tipo de fibra soluble en agua que se encuentra en los espárragos, el ajo, los puerros y las cebollas. Los siguientes alimentos lo ayudarán a aumentar su consumo de fibra prebiótica, lo que refuerza la salud de su microbioma y mejora su salud en general:

EspárragosPlátanoBetabel
Leche maternaRaíz de bardanaAnacardos
Raíz de achicoriaCuscúsBulbo de hinojo
AjoChícharosAlcachofas de Jerusalén
JícamaRaíz de KonjacPuerros
NectarinasCebollaCaqui
PistachosGranadaCol de Saboya
Algas marinasChalotesTirabeques
Tomate de árbol

Los alimentos fermentados son sabrosos y suelen ser ricos en fibra

A lo largo de la historia, la fermentación se ha utilizado para preservar los alimentos. Con el tiempo, muchas culturas incorporaron alimentos fermentados en sus dietas diarias y algunas compartieron sus valiosas preparaciones con el mundo. Por ejemplo, el natto japonés, el kimchi coreano y el chucrut alemán son populares en muchas áreas fuera de sus lugares de origen.

Los alimentos fermentados tienen enormes beneficios. De hecho, la industria del yogurt ha querido sacar ventaja de los recientes descubrimiento sobre los probióticos para vender más productos. Y aunque el yogurt que compra en el supermercado tiene bacterias probióticas, también es rico en azúcar que alimenta las bacterias dañinas en su intestino. Esta es solo una de las razones por las que no recomiendo comer yogurt comercial.

En los Estados Unidos, es cada vez más popular consumir alimentos fermentados. Sin embargo, prepararlos no es muy común. Los alimentos ricos en probióticos, como los vegetales fermentados, aumentarán la población de bacterias beneficiosas, lo que a su vez reduce las colonias potencialmente patógenas. Preparar su propio yogurt es una manera fácil de comenzar con alimentos fermentados.

Para preparar yogurt solo necesita un cultivo iniciador de alta calidad y leche sin pasteurizar de vacas de pastoreo. En “Beneficios del Yogur Casero Versus el Yogur Comercial” podrá encontrar instrucciones que lo guiarán paso a paso. También puede fermentar casi todos los vegetales. Los pepinos (pepinillos) y la col (chucrut) se encuentran entre los más populares. Aunque al principio puede parecer todo un desafío, una vez que domine el método todo será más fácil.

Como menciono en “Consejos para la Fermentación en Casa“, existen varios pasos que puede seguir para facilitar un poco el proceso. Comience con ingredientes frescos y orgánicos y asegúrese de lavarlos bien con mucha agua fría. La idea es eliminar las bacterias, enzimas y otros desechos, ya que esto puede afectar el resultado.

Elija frascos de vidrio con tapas autosellantes. La mayoría de los vegetales fermentados deben cubrirse con salmuera. Recomiendo utilizar un cultivo iniciador rico en vitamina K2 disuelto en jugo de apio. Permita que los frascos se asienten en un área cálida durante varios días. La temperatura ideal debería ser de alrededor de 72 grados Fahrenheit.

Durante los meses de verano, los vegetales estarán listos en tres o cuatro días. En invierno, pueden tardar hasta siete días. La única manera de saber si ya está listo es, abrir el frasco y probarlos.

Cuando esté satisfecho con el sabor y la consistencia, meta los frascos en el refrigerador. La refrigeración detiene la fermentación y es posible mantenerlos por meses. Recuerde que no debe comer directamente del frasco porque contaminará el resto del lote con las bacterias de su boca. Es importante que los vegetales estén cubiertos con salmuera antes de volver a taparlos.