Los humidificadores podrían ayudar a prevenir el COVID

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 06 de diciembre del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • Investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts recopilaron datos de 125 países y demostraron que el nivel de humedad relativa en interiores tuvo una gran relación con los casos y las muertes diarias por COVID-19
  • En el hemisferio norte, las muertes por COVID-19 disminuyeron en verano, ya que los niveles de humedad aumentaron, pero, en el hemisferio sur, aumentaron las muertes en invierno debido a que los niveles de humedad disminuyeron
  • En estudios de transmisión animal se descubrió que cuando se mantiene la humedad en un rango del 40 % al 60 %, los virus se desactivan
  • Las aulas de preescolar de enero a marzo tenían una humedad relativa de casi el 45 %, la cual provocó una reducción significativa del virus de la influenza A, tanto en el aire como en los objetos
  • Los investigadores utilizaron una supercomputadora para elaborar modelos de la transmisión de partículas de virus en interiores, y descubrieron que la humedad del aire por debajo del 30 % provocaba más del doble de la cantidad de partículas en aerosol que las que había a niveles de 60 % o más de humedad
  • Utilizar un humidificador portátil en su habitación durante los meses de invierno para mantener el nivel de humedad entre el 40 % y el 60 % podría ayudar a reducir el riesgo de infección

Controlar el nivel de humedad en su hogar, o incluso solo en su dormitorio, podría reducir su riesgo de contraer enfermedades infecciosas como influenza, resfriados o tal vez el COVID-19, durante los meses de invierno. La humedad es un factor que se ignora en la propagación de virus que se vuelven más transmisibles en los climas fríos y secos de invierno.

Esta es la razón por la que muchas enfermedades virales son estacionales y alcanzan su punto máximo durante el invierno, ya que es cuando el clima es más frío y menos húmedo. La Dra. Stephanie Taylor, graduada de la Facultad de Medicina de Harvard que también tiene una maestría en arquitectura, cree que la humedad desempeña un papel muy importante en el control de infecciones, y le solicita la Organización Mundial de la Salud que incluya los niveles de humedad relativa en sus recomendaciones, además de otras medidas de calidad del aire, como la contaminación y el moho.

Taylor, junto con investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts, recopilaron datos de 125 países sobre respuestas pandémicas, casos de COVID-19 y datos ambientales, incluyendo estimaciones del nivel de humedad relativa en interiores.

Analizaron los datos durante tres meses y demostraron que la humedad relativa en interiores tenía una gran relación con los casos y las muertes diarias por COVID-19.

En el hemisferio norte, las muertes por COVID-19 disminuyeron en verano a medida que aumentaron los niveles de humedad. Asimismo, en el hemisferio sur, las muertes por COVID-19 aumentaron en invierno, ya que los niveles de humedad disminuyeron. “Es muy poderosa y además, es una locura”, dijo Taylor a Wired. Aunque los resultados no se han publicado, años de investigación respaldan la importancia de los niveles de humedad cuando se trata de prevenir enfermedades infecciosas.

El aire seco afecta las defensas de las vías respiratorias

En 2011, los investigadores descubrieron que el SARS, otro tipo de coronavirus, era más estable en ambientes con baja temperatura y humedad en comparación con los ambientes donde la temperatura era más alta y la humedad relativa. También, en estudios de transmisión animal, se descubrió que cuando la humedad se mantiene en un rango del 40 % al 60 %, los virus se desactivan.

“Se supone que la temperatura y la humedad regulan la viabilidad de los virus al afectar las propiedades de las proteínas de la superficie viral y la membrana lipídica”, escribieron los investigadores en la Revista Anual de Virología. “El nivel de humedad ideal para prevenir la transmisión viral respiratoria por partículas de aerosol a temperatura ambiente, parece estar entre el 40 % y el 60 % de HR (humedad relativa)”.

La superficie mucosa de su tracto respiratorio forma parte de un sistema de defensa de múltiples niveles que lucha contra los patógenos que se inhalan. Su mucosidad puede atrapar bacterias y virus, para después expulsarlos por medio de la tos o tragarlos antes de que puedan ingresar a sus células.

Sin embargo, para que esto suceda, es necesario que la mucosidad esté bien hidratada, y cuando respira aire seco y con poca humedad, la capa del moco se seca e inmoviliza los cilios, que son estructuras similares a vellos que ayudan a eliminar los patógenos del cuerpo con sus movimientos ondulantes.

Las células epiteliales de las vías respiratorias actúan como la segunda línea de defensa después de la capa de moco, ya que son similares a una barrera física dentro de su tracto respiratorio. En estudios con animales, se descubrió que inhalar aire seco provoca la “pérdida de cilios epiteliales, desprendimiento de células epiteliales e inflamación de la tráquea”, y también podría afectar la reparación de las células epiteliales en el pulmón después de la infección por influenza.

El aclaramiento mucociliar (MCC por sus siglas en inglés) es otro de los mecanismos de defensa de los pulmones, y ayuda a eliminar los agentes patógenos e irritantes que se inhalan de la superficie epitelial del tracto respiratorio. Inhalar aire frío y seco también altera el MCC, lo que provoca una alteración del aclaramiento viral después de una infección por influenza, por ejemplo. Como se señaló en la Revisión anual de virología:

“Debido a que el MCC depende de la conservación de dos capas de moco con doble viscosidad diferente y un equilibrio osmótico, es necesaria una adecuada hidratación del moco para que se pueda enviar de forma efectiva.

Una revisión sobre la relación entre la temperatura, la humedad del aire inhalado y las propiedades de la mucosa de las vías respiratorias, descubrió que la HR de la temperatura corporal debe estar al 100 % para que la mucosa y la defensa de las vías respiratorias desempeñen sus funciones de manera efectiva. Cuando la mucosidad se deshidrata por respirar aire con poca humedad provoca una disminución del MCC”.

La exposición a un nivel bajo de humedad podría afectar su inmunidad innata antiviral, incluyendo la expresión de genes estimulados por interferón que ayudan a provocar un estado antiviral.

El bajo nivel de humedad en hospitales y escuelas incrementa las infecciones

Considerando que la influenza es estacional y que los brotes de influenza se relacionaron con reducciones en la humedad absoluta, los investigadores decidieron aumentar los niveles de humedad en una escuela preescolar para descubrir si eso generaría un impacto en las infecciones de influenza. Humidificar las aulas entre enero y marzo, una humedad relativa de 45 %, provocó una reducción significativa del virus de la influenza A, tanto en el aire como en los objetos.

Las aulas de control, que no se humidificaron, tenían 2.3 veces más casos de enfermedades similares a la influenza. Taylor, en una entrevista con el editor en jefe de Engineered Systems, también describió investigaciones que demuestran que los cambios en los niveles de humedad en las habitaciones de los hospitales alteran la tasa de infecciones:

“A partir de 2012-2013, participé en una investigación, que en un principio se realizó en hospitales que apuntaba a la relación entre la baja humedad relativa en las habitaciones de los pacientes y un aumento en las infecciones bacterianas y virales.

Quede sorprendido con esto. Estudios posteriores en asilos, escuelas y oficinas demostraron que las personas eran mucho más saludables, contraían menos infecciones, tenían una mayor productividad y dormían mejor por la noche con este rango de humedad.

Por lo tanto, al hacer más investigaciones sobre la relación entre el nivel de humedad entre el 40 % y 60 %, descubrí que es una estrategia de control de infecciones muy rápida, holística y eficaz, ya que beneficia la salud y disminuye las infecciones.

Y ahora, con el COVID-19, creo que es muy importante que disminuyamos la transmisión de virus respiratorios. La humedad relativa en ese rango es muy efectiva y, en mi opinión, debería ser obligatoria”.

El nivel de humedad entre el 40 % y 60 % podría ser ideal

Muchos estudios apuntan a niveles de humedad entre el 40 % y el 60 % como un rango clave para reducir el riesgo de infección. Se realizó un estudio con ratones, y los que estaban en un ambiente de baja humedad eran más susceptibles a la influenza y tenían una enfermedad más grave.

Los ratones que se expusieron a partículas de aerosol del virus de la influenza y tenían un 20 % de humedad relativa, perdieron peso más rápido, disminuyeron su temperatura corporal y acortaron su supervivencia en comparación con los ratones que tenían el 50 % de humedad relativa.

El estudio descubrió que el aire seco comprometió la resistencia de los ratones a las infecciones, y los que estaban en niveles más bajos de humedad tenían una mala depuración mucociliar, defensa antiviral innata y función de reparación de tejidos.

Los resultados de otro estudio con animales demostraron que elevar la humedad relativa a 50 % disminuyó la mortalidad por infecciones de gripe, mientras que otro estudio descubrió que mantener la humedad relativa por encima del 40 % podría reducir el virus de la gripe en el aire.

Estudios sobre la supervivencia delvirus de la influenzatambién demuestran una relación con la humedad, de hecho, solo uno sugiere que las partículas de aerosol de la influenza sobrevivieron más tiempo cuando la humedad relativa estaba por debajo del 36 %.

En un artículo de opinión publicado en el Journal of Global Health, se destaca que el nivel de humedad relativa en interiores superior al 40 % reducirá las partículas de aerosol del virus de la influenza. Por desgracia, el nivel de humedad en espacios residenciales y comerciales en los Estados Unidos es inferior al 25 %, lo cual indica que mejora la transmisión viral. Incluso en el verano, cuando los niveles de humedad son más altos en el exterior, el aire acondicionado limita los niveles de humedad en el interior.

El artículo, que se escribió por investigadores croatas, americanos y alemanes, también sugirió que el aire humidificado podría ser una solución para proteger a los pacientes del hospital y a los que luchan contra el COVID-19:

“Además de ser una protección contra la infección inicial, la barrera funcional de la mucosa también es importante para detener la progresión viral en pacientes ya infectados. Dado que muchos hospitales tienen aire muy seco, puede ser beneficioso proporcionar aire humidificado a los pacientes en las primeras etapas de la enfermedad.

Si se tiene en cuenta el efecto perjudicial del aire seco en nuestra barrera mucosa y el papel que desempeña en la primera línea de defensa contra la infección, sería fundamental humidificar el aire seco en todos espacios públicos y privados que usan calefactor, con el fin de tratar la pandemia del COVID-19 que progresa tan rápido.

Además, los pacientes con ventiladores deben recibir aire humidificado, siempre que sea posible”.

Coloque un humidificador en su dormitorio

Usar un humidificador portátil en su dormitorio durante los meses de invierno podría reducir la supervivencia del virus de la influenza en el aire, según un estudio publicado en Environmental Health. Se utilizó un modelo de un residencial de dos pisos, con dos condiciones de ventilación que fue aire caliente forzado y calefacción radiante.

Se utilizaron humidificadores portátiles para controlar el contenido de humedad en el aire, el cual se monitoreó para determinar la humedad absoluta y las concentraciones del virus de la influenza. Añadir un humidificador portátil con una producción de 0.16 kilogramos de agua por hora en el dormitorio aumentó el nivel de humedad absoluta en un 11 % y la humedad relativa en un 19 % durante las horas de sueño, en comparación con la ausencia del mismo.

Cuando aumentó la humedad, disminuyó la supervivencia del virus de la influenza, de 17.5 % a 31.6 %. Distribuir vapor de agua en toda la casa también tuvo muchos beneficios, ya que se registraron incrementos de 3 % a 12 % de AH o RH relacionados con reducciones en la supervivencia del virus de la influenza de 7.8 % a 13.9 %.

Los resultados sugieren que agregar un humidificador a su dormitorio ha demostrado ser una forma fácil de protegerse contra la gripe y otras infecciones, pero incrementar la humidificación en entornos públicos también podría ser beneficioso para todas las personas.

De hecho, cuando los investigadores japoneses utilizaron la supercomputadora Fugaku para elaborar modelos de la transmisión de partículas de virus en interiores, descubrieron que la humedad del aire por debajo del 30 % provocaba más del doble de la cantidad de partículas en aerosol que las que había a niveles de 60 % o más de humedad.

Cómo monitorear los niveles de humedad

Es importante comprender que los niveles muy altos de humedad tampoco son buenos. Si la humedad de su hogar es superior al 60 %, incrementa el riesgo de crecimiento de hongos y moho. Por lo tanto, debe mantener el nivel dentro del rango del 40 % al 60 % para obtener grandes beneficios. La mejor manera de conocer los niveles en su hogar es con un higrómetro. Este dispositivo parece un termómetro y mide la cantidad de humedad en el aire.

Algunos humidificadores vienen con un higrómetro incorporado, o un humidistato, que ayuda al humidificador a mantener un nivel saludable de humedad relativa en su hogar. Si no es así, puede comprar un higrómetro en cualquier ferretería.

En un estudio, agregar un humidificador a la habitación provocó niveles de humedad relativa que excedieron el 60 %, en especial cuando se usó calor radiante, por lo que es posible que deba ajustarlo para mantener los niveles en el rango óptimo. Un humidificador sucio también puede provocar el crecimiento de moho y bacterias, por lo que es muy importante mantenerlo limpio.

Puede usar una solución de peróxido de hidrógeno y un cepillo de cerdas suaves para limpiar su humidificador cada tres días. Si su humidificador tiene un filtro, asegúrese de cambiarlo al menos con la frecuencia recomendada por el fabricante, en especial si está sucio.