Los caminos del maíz
Esos, aunque parecían seres humanos, eran insensibles, ambiciosos, no respetaban la tierra ni a los otros seres vivos. Los dioses pensaron haberlos eliminado, pero algunos se escaparon y hoy, nos decía Galeano, gobiernan el mundo.
Pero pese a sus asaltos, también se rompen y al fin mueren. La defensa del maíz y su cuidado colectivo seguirán siempre vivos, son de plazo perpetuo.
En los caminos del maíz, Eduardo sigue caminando. Sus sentires y palabras, que como semillas vuelven a crecer y casarse con muchas otras que nacen de las comunidades, seguirán germinando.
*Investigadora del Grupo ETC