Los alimentos orgánicos previenen y combaten las alergias estacionales

La llegada de la primavera significa, para muchos, el reverdecer de la naturaleza, la estación del amor, o la cercanía de las vacaciones

Para muchos otros, en cambio, lo que comienza es la aparición de molestos y continuos síntomas alérgicos

Se trata de las llamadas “alergias estacionales”, que afectan cada año a millones de personas en el mundo, y que pueden prevenirse y combatirse fácilmente incorporando ciertos productos orgánicos a la alimentación

Por Lorena Farina, Vida Plena y Dr. Abelardo Gatica, Médico Antroposófico, 15 de octubre de 2012

 La alergia, en términos generales, significa “modo anormal de reacción”. Es el conjunto de fenómenos de carácter respiratorio, nervioso o eruptivo producidos por la absorción de ciertas sustancias que dan al organismo una sensibilidad especial ante una nueva acción de tales sustancias, aún en cantidades mínimas. Lo cierto es que resulta importante entender que la alergia -o más exactamente la reacción alérgica-, no es una enfermedad por sí misma, sino un síntoma. Es decir, una manifestación de una alteración de la capacidad de reacción. Dentro de las dolencias más comunes de la estación se destacan los episodios de rinitis, sinusitis o rinusinusopatías, dermatitis alérgicas, conjuntivitis, asma y fiebre del heno.En los últimos 15 a 20 años, los cuadros alérgicos se han incrementado de un modo “epidémico” a nivel mundial. El hecho de que en Argentina entre un 20 y un 25% de la población padezca rinitis alérgica o asma; que 1 de cada 2 personas en EE UU padezca algún tipo de alergia; o que en Alemania existan más de 25 millones de afectados por estas patologías, nos demuestra que se trata de un síntoma que ha invadido al género humano.

Respecto al origen de las alergias, el Doctor Abelardo Gatica Baudo, médico con orientación en Medicina Antroposófica, explicó: “por medio de un simple ejemplo, comprenderemos mejor cómo es que surge la alergia: una persona huele una flor. Tal vez sienta un cosquilleo en la nariz y luego estornude, pero no sucede nada más. Transcurrido un año puede presentarse una situación similar, pero con consecuencias muy diferentes. Es decir, la misma persona huele una flor de la misma especie que el año anterior, pero esta vez no siente tan solo un cosquilleo, sino más bien un picor en la nariz, estornuda muchas veces, y la nariz le gotea durante algún tiempo. Ahora se le ha inflamado la mucosa nasal; es decir, ha reaccionado con hiper-ergia. Se ha vuelto alérgica”.

“Lo esencial de las alergias -agregó Gatica Baudo- no reside en el polen o en las sustancias que las desencadenen -los llamados ‘alérgenos’- sino que el factor decisivo es la alteración de la capacidad de respuesta del ser humano. De modo que el verdadero trastorno reside en uno mismo, en nuestro propio sistema inmunológico, y no en la peligrosidad que supone el que el polen u otras sustancias ajenas invadan al cuerpo. En las personas sanas, los pólenes no penetran más allá de la mucosa nasal, sino que permanecen en la superficie; sin embargo, en las personas alérgicas sí penetran más profundamente y, en consecuencia, la situación se agrava. Naturalmente esto significa que no es el polen el que se decide atacar a determinadas personas, sino al estado mismo de la mucosa de este tipo de pacientes”.

Por su parte, Lorena Farina -directora de Vida Plena, el primer delivery de productos orgánicos de Cuyo- aportó: “Tener un organismo sano es, ante todo, una condición indispensable para poder desarrollar una vida normal. El organismo sano posee una capacidad de defensa; puede impedir la penetración de sustancias extrañas, bien sean pólenes, bacterias, hongos, polvo, virus u otras sustancias a las que no les corresponde estar en el interior del cuerpo. Y el sistema inmunológico puede fortalecerse y las personas sanarse, a través de una buena alimentación.”

La importancia de una buena alimentación

Además de las situaciones climático-ambientales de cada lugar en particular, existen diversos alimentos que pueden desencadenar y agravar los cuadros de alergias. Los más implicados en esta problemática son: huevos y lácteos (a excepción de la manteca), chocolate, naranjas, pescado, levadura (panes y otros productos de pastelería), mariscos, y carne de cerdo y sus derivados (ya que ésta contiene una proteína muy similar a la humana y es sumamente alergénica). A la vez, es recomendable evitar todos los mal llamados “alimentos”, que en realidad son productos que únicamente producen una sensación de saciedad, al tiempo que generan un terreno propicio para las más diversas patologías.

“Es fundamental tomar consciencia de que todo aquello que ingerimos puede afectar a nuestro sistema inmune y, por vía directa o indirecta, generar desde una rinitis a una alergia respiratoria más grave, o incluso una artritis o cualquier tipo de enfermedad”, explicó Gatica Baudo. “Una gran cantidad de alimentos que ingerimos se transforman dentro de nuestro cuerpo en mucus. Este mucus proviene de las lectinas de un reducido grupo de alimentos que las contienen. Las lectinas son una variedad de proteínas que en el sistema inmune complican mucho las cosas ya que son muy aglutinantes y, repito, forman mucus. Esto se da en mayor medida si consumimos lácteos y harinas de trigo. Ahora bien, este exceso de mucus es el terreno propicio para que en nuestra mucosa se instalen gérmenes y, a partir de aquí, tenemos toda una serie de reacciones patológicas denominadas alergias. Es decir que se produce  un círculo vicioso en el que un alimento incompatible con nuestro tipo de sangre genera mucus, el cual se convierte en un terreno propicio para la instalación de bacterias; estas bacterias provocan un aumento de la permeabilidad de las membranas, lo que a su vez provoca una alergia, que desemboca también en una infección”, concluyó.

Es por eso que resulta de vital importancia tener en cuenta una buena alimentación dentro de las acciones a tomar para mejorar la calidad de nuestra salud en épocas alérgicas. Lorena Farina, aclara al respecto: “los alimentos orgánicos y/o biodinámicos son grandes aliados no sólo para prevenir y combatir este tipo de patologías, sino para mejorar integralmente la salud. Brindan un aporte nutricional más completo que los convencionales, contienen entre un 40% y un 60% más de vitaminas, antioxidantes y minerales, y no contienen tóxicos, insecticidas ni pesticidas, los cuales pueden producir alteraciones neurológicas por modificaciones en el nivel de la acetil colinesterasa, además de frecuentes alergias del sistema respiratorio, piel e intoxicaciones alimentarias”.

Prevención y combate “orgánicos”

En cuanto a la prevención se refiere, los especialistas indican que es muy conveniente fortalecer el sistema inmunológico por medio de “medicamentos” naturales. Una planta adecuada para activar las defensas es la echinacea (planta originaria de EEUU). También en este sentido, es necesario activar la función de órganos que pueden estar dañados. Por ejemplo, si es el tubo digestivo el más comprometido, se recomiendan preparados amargos que hacen trabajar más a las glándulas digestivas. El remedio adecuado en este caso es el enciano (gentiana lutea).

Otra tarea importante es la de regenerar la flora intestinal mediante preparados adecuados como el kéfir, o también el chucrut y otras verduras preparadas a la manera de los pickles pero por fermentación natural, y no aquellas que se elaboran con ácido acético. “En todos los casos de alergias es sumamente necesario fortalecer el sistema inmune y la flora intestinal tiene un papel decisivo en la salud integral del ser humano”, enfatizó el Doctor.

Ante un cuadro agudo de alergia, Gatica Baudo recomienda “implementar una dieta consciente y responsable en el sentido de desechar toda comida “chatarra” y al menos toda proteína animal, mientras el cuadro esté en curso. Luego, y en la medida en que las condiciones de salud así lo ameriten, se pueden ir incorporando gradualmente las proteínas animales en pequeñas dosis, ya que en el fondo de estos procesos siempre hay un mal manejo de las albúminas por parte del metabolismo”.

“Al consumir productos orgánicos, el alérgico rápidamente nota una descongestión nasal importante, de manera que si hasta ese momento llevaba aplicándose gotas -que producen adicción- las puede dejar de usar en pocos días y con la certeza de que nunca más las va a tener que ir a buscar al botiquín. Eso sí: las personas deben tomar ciertos recaudos, informándose en profundidad ante estas situaciones. Por ejemplo, si la persona que padece de alergia respiratoria comete el error de consumir lácteos y otras proteínas animales en los primeros días de depuración metabólica, entonces de manera súbita el proceso de mejoría se interrumpe y reaparecen los síntomas molestos”, completó Farina.

Los problemas de la medicación tradicional

Con respecto a la medicina tradicional, Gatica Baudo nos explica que “los medicamentos más usados para estos cuadros nunca consiguen una cura radical y, por esto mismo, los costos son cada vez mayores, ya que siempre hay que continuar ‘invirtiendo’ en este tipo de fármacos que generan dependencia. Cuando combatimos los síntomas de la alergia aguda por medio de antihistamínicos, corticoides, y demás medicamentos de moda, lo que en verdad generamos es una situación mucho más grave puesto que el organismo pasa de la hiper-ergia (alergia) a la an-ergia y, entre las enfermedades típicamente representativas de este polo (an-ergia), tenemos al cáncer y todas las patologías auto-inmunes. En las últimas décadas, en que se ha combatido la hiper-ergia con estos medicamentos, han aumentado de manera directamente proporcional estas patologías crónicas que son mucho más difíciles de tratar, provocando a largo plazo un daño mucho mayor que el que se quería combatir.”

“Luego de 35 años de abordar a mis pacientes desde esta perspectiva, estoy en condiciones de aseverar que los pacientes responden de manera óptima cuando entienden las consignas y ponen su voluntad al servicio de los cambios positivos. Ya se trate de asma como de rinitis estacional o en cuadros del tipo de la fiebre de heno o también en situaciones de conjuntivitis y/o rinusinusopatías alérgicas, las reacciones hacia la mejoría se presentan de manera rápida y la curación no tarda en manifestarse. Hablo de verdadera curación, puesto que gracias a su propio organismo -si se le permite actuar desde sí mismo, fortaleciendo sus defensas, proporcionándole los alimentos que sanan, como así también generando una atmósfera de serenidad y confianza en sí mismo- el paciente vuelve a estar sano y, por ende, feliz”, concluyó el Doctor.

CLAVES

Cinco tips para prevenir y combatir las alergias:

1. Consumir los “7 cereales orgánicos” (uno por uno cada día de la semana): arroz integral, avena, mijo pelado, cebada perlada, trigo integral, quinoa y centeno. El amaranto es también un gran aliado, ya que contiene una excelente proporción de aminoácidos y otros nutrientes esenciales.

2. Es indispensable una ingesta diaria de vegetales orgánicos de la mayor variedad posible: brócolis, espárragos, acelgas, espinacas, zapallo, zanahorias, etc.

3. Evitar los alcauciles, el ajo y las lechugas que no sean orgánicos, ya que reciben frecuentes fumigaciones.

4. En el consumo de frutas frescas, evitar las tratadas con pesticidas.

5. Mucha atención con las manzanas que reciben 9 “curaciones” al año, las frutillas y también los tomates. Consumir orgánicos frescos es garantía de salud.

DE ACEQUIAS

Mendoza, tierra del sol, el vino…y las alergias

En la provincia vivimos una situación muy especial ya que no solo ocurre que en primavera florecen la mayor cantidad de especies vegetales – con todo lo que eso implica en cuanto a la carga de polen en la atmósfera -, sino que además se suma la sequedad del medio ambiente, lo que de por sí hace que se multiplique de manera exponencial la “lluvia” de alérgenos. Aún más en los días en que corre viento zonda, que es cuando baja drásticamente la humedad y el aire se convierte en “irrespirable”.

Lorena Farina agrega que “a toda esta situación ambiental-climática tenemos que sumarle los agentes químicos de la más variada naturaleza que han invadido nuestras vidas en todos sus aspectos: limpieza, alimentos, higiene, etc., dándose una situación de saturación permanente de pesticidas, conservantes, colorantes, edulcorantes, desinfectantes, resaltadores del sabor, aromatizantes, etc.”

En el mismo sentido, el Dr. Gatica Baudo sostiene que “actualmente son miles y miles las sustancias que penetran dentro de nuestro organismo y, ante esta nueva situación impensada en la evolución, el organismo humano no ha tenido el tiempo adecuado para poder desarrollar una serie de mecanismos inmunológicos (de defensa) para poder salir airoso de este embate de agentes sintéticos que no existieron nunca antes en este planeta”.