Los 8 Ingredientes Más Dañinos que Debe Identificar en las Etiquetas de los Alimentos

A diferencia de las grasas trans, los aceites vegetales continúan siendo ignorados a pesar de que se convierten en subproductos de oxidación tóxicos cuando son calentados.

Una categoría de un subproducto son los aldehídos cíclicos, que son altamente inflamatorios y pueden promover la enfermedad cardíaca y el Alzheimer. Los aceites vegetales tales como el aceite de soya, canola, maíz y otros aceites tienen el riesgo adicional de ser genéticamente modificados y estar contaminados con glifosato.

  1. Sabores Artificiales

Cuando ve el término “sabores artificiales” en una etiqueta, no hay manera de saber lo que realmente significa. Esto podría significar que un aditivo natural está presente, o una mezcla de cientos. Por ejemplo, el sabor artificial a fresa puede contener alrededor de 50 compuestos químicos.8

Aún más preocupante, “el sabor natural” puede ser algo que lo mejor sería no consumir—por ejemplo el sabor a vainilla, a menudo esta hecho de secreciones anales de castores.

Un compuesto en estas secreciones anales, castóreo, huele a vainilla y es utilizado para dar sabor a diversos productos horneados, postres, goma de mascar, y otros artículos. Pero en la etiqueta no verá “secreción anal de castores.” En su lugar, vera el término menos alarmante como “sabor natural”

Algunos sabores artificiales tienen preocupaciones de salud muy graves. Por ejemplo, el sabor a mantequilla agregado a las palomitas de microondas (diacetilo) tiene varias implicaciones para la salud del cerebro y puede contribuir a las placas beta amiloide, que se asocian con el desarrollo del Alzheimer.

  1. Glutamato Monosódico (MSG)

El glutamato monosódico o MSG (por sus siglas en inglés) es una excitotoxina. Este potenciador del sabor a menudo está relacionado con la comida china, pero en la actualidad es añadido a un sinnúmero de productos alimenticios procesados, desde comida congelada y aderezo para ensalada hasta papas fritas y carnes.

Sin embargo, el término “glutamato monosódico” o sus siglas MGS ni siquiera es mencionado en la lista de los ingredientes. En lugar de ello, se pueden utilizar docenas de otros nombres, tales como ácido glutámico, proteína hidrolizada, extracto de levadura, y docenas de otros.

Parte del problema es que el ácido glutámico libre (el MSG es aproximadamente 78 por ciento de ácido glutámico libre) es el mismo neurotransmisor que su cerebro, sistema nervioso, ojos, páncreas y otros órganos utilizan para iniciar ciertos procesos en su cuerpo.

Aunque la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) sigue afirmando que el consumo de MSG no causa efectos nocivos, muchos expertos informan todo lo contrario. El MSG está relacionado con la obesidad, daño en los ojos, dolores de cabeza, fatiga, desorientación, depresión, palpitaciones, entumecimiento y hormigueo.

  1. Colores Artificiales (Colorantes)

Cada año, los fabricantes de alimentos vierten 15 millones de libras de colorantes alimentarios artificiales en los alimentos hechos en Estados Unidos.9 Sin embargo, un estudio en 201410 realizado por la Universidad de Purdue sugiere que los niños pueden estar consumiendo mucho más colorantes alimentarios tóxicos de lo que se pensaba.

Una variedad de colorantes alimentarios comunes y el conservador benzoato de sodio hacen que algunos niños sean más hiperactivos y distraídos. Las cantidades de colorante, incluso en porciones individuales de algunos alimentos son más altos que las cantidades capaces de afectar negativamente el comportamiento de los niños.

Muchos de estos colorantes provienen del alquitrán de hulla.11

Nueve de los colorantes alimentarios actualmente aprobados en los Estados Unidos están relacionados con problemas de salud que van desde cáncer hasta hiperactividad y reacciones tipo alergia y estos resultados fueron de estudios realizados por la propia industria química.12

Por ejemplo, Rojo #40, que es el colorante más utilizado, puede acelerar la aparición de tumores en el sistema inmune de los ratones, mientras que también desencadena la hiperactividad en los niños. El Azul #2, utilizado en dulces, bebidas, alimentos para mascotas, y más, estuvo vinculado a tumores cerebrales.

Y el Amarillo #5, que se utiliza en productos para hornear, dulces, cereales, y más, no sólo podría estar contaminado con varios químicos que causan cáncer, sino también está ligado a la hiperactividad, hipersensibilidad y otros efectos en el comportamiento de los niños.

  1. Jarabe de Maíz de Alta Fructosa (JMAF)

A menudo se afirma que el jarabe de maíz de alta fructosa o JMAF no es peor que el azúcar, pero si revisa la investigación científica contemporánea, se dará cuenta que este no es el caso.