Las tres fuentes principales de exposiciones tóxicas: tráfico, productos de cuidado personal y productos plásticos

Por Dr. Mercola, mayo de 2013

La contaminación en el aire y las sustancias químicas que se encuentran en los productos de limpieza para el hogar y los productos de cuidado personal son las principales fuentes de exposición que pueden provocar la acumulación de toxinas en su cuerpo.

Artículos noticiarios recientes han destacado un número de fuentes de exposiciones sumamente toxicas, así como nuevas investigaciones que relacionan la contaminación causada por el tráfico con un mayor riesgo de ataque cardíaco.

El mejor consejo que puedo darle si es que vive en un área sumamente contaminada es mudarse, pero estoy consciente de que está no es una opción práctica.

En el caso de la mayoría de las personas, lo mejor es centrar su atención en su entorno inmediato, sobre el que tiene más control, si no es que todo. Después de todo, lo que se pone en su cuerpo y lo que lo rodea a diario tendrá el mayor impacto en su salud.

La contaminación causada por el tráfico aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y ataque cardíaco

De acuerdo con un estudio alemán presentado en el congreso EuroPrevent 2013 que se llevó a cabo en Roma, la exposición a largo plazo a partículas de materia finas de aire contaminado está relacionada con la aterosclerosis o endurecimiento de las arterias.1 De acuerdo con el artículo presentado:2

“El estudio se basó en información del German Heinz Nixdorf Recall Study, un cohorte de base poblacional…con una edad media de 60 años…

Los resultados mostraron que en los 4,238 sujetos que se incluyeron en el estudio, se encontró que las personas que vivían cerca de estas áreas estuvieron relacionadas con un aumento en el nivel de calcificación aórtica- por cada aumento en el volumen de la partículas de más de 2.4 micras el grado de calcificación aumento en un 20.7 por ciento y por cada 100 metros de proximidad al tráfico pesado un 10 por ciento.”

Investigaciones previas también han identificado al ruido del tráfico como un factor de riesgo y este último estudio confirma que tanto las materias de partículas pequeñas y la contaminación acústica están independientemente relacionadas con la aterosclerosis subclínica. De acuerdo con el Dr. Hagen Kalsch, quien presentó la investigación:

“Estos dos principales tipos de emisiones de tráfico ayudan a explicar las relaciones observadas entre las personas que viven cerca de áreas con mucho tráfico y la aterosclerosis subclínica…El tamaño considerable de las relaciones, resaltan la importancia de la exposición a largo plazo al aire contaminado y el ruido del tráfico como factores de riesgo para la aterosclerosis.”

Curiosamente, se cree que tanto el ruido como la materia de partículas finas, aumentan su riesgo de enfermedad cardíaca por medio de vías biológicas similares, es decir, causando un desequilibrio en su sistema nervioso autónomo (ANS). Su ANS está intrincadamente involucrado en la regularización de las funciones biológicas como la presión arterial, los niveles de azúcar en la sangre, la coagulación y la viscosidad.

Otro estudio realizado por un equipo de investigadores franceses encontró que todos los contaminantes de tráfico principales, a excepción de la capa de ozono, estuvieron fuertemente relacionados con un aumento en el riesgo de ataques cardíacos. Estos contaminantes incluyen:

    Monóxido de carbono (CO) Dióxido de nitrógeno (NO2) Dióxido de azufre (SO2) Materia de partículas

Reducir la contaminación del aire puede aliviar la artirosclerosis

Un tercer estudio, este realizado por investigadores estadounidenses, publicado en la revista PLoS Medicine,3 involucró a cerca de 5,400 participantes de entre 45 y 84 años de edad, de seis ciudades estadounidenses. Ninguno de los sujetos padecía de enfermedades cardíacas. Se midieron los niveles de contaminación del aire del hogar de cada participante y después se compararon con las mediciones de ultrasonidos de sus vasos sanguíneos. Ambos niveles fueron checados nuevamente al menos tres años después.

En promedio, el espesor de la arteria carótida aumentó unos 0.014 milímetros por año después de que fueran tomados en cuenta otros factores de riesgo, como fumar. Aquellas personas que tuvieron niveles más altos de exposición a las partículas finas de aire contaminado experimentaron un endurecimiento de sus dos capas internas de la arteria carótida (que suministra sangre a su cabeza) mucho más rápido que aquellas personas que fueron expuestas a menores niveles de contaminación. De acuerdo con los autores: