Las muertes y lesiones causadas por la vacuna contra el COVID se mantienen en secreto

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 09 de julio de 2021.

HISTORIA EN BREVE

  • Los reportes de muertes y lesiones graves por las vacunas contra el COVID-19 aumentan día a día. Al 11 de junio de 2021, el Sistema de Notificación de Reacciones Adversas a las Vacunas (VAERS, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos publicó 358 379 eventos adversos, incluyendo 5993 muertes y 29 871 lesiones graves
  • En la base de datos de reacciones adversas a medicamentos de la Unión Europea, llamada EudraVigilance, se reportaron 1 509 266 lesiones por la vacuna contra el COVID-19, incluyendo 15 472 muertes al 19 de junio de 2021. EudraVigilance solo acepta reportes de miembros de la Unión Europea, por lo que solo cubre 27 países. Es sorprendente que casi la mitad de todas las lesiones reportadas (753,657) están clasificadas como “graves”
  • Al 9 de junio de 2021, el sistema británico de tarjetas amarillas había recibido 276 867 reportes de eventos adversos después de la aplicación de la “vacuna” contra el COVID, incluyendo 1332 muertes
  • Antes de tomar la decisión de participar en este experimento de salud sin precedentes, podría ser conveniente mejorar su seguro médico personal y su capacidad financiera para tratar una lesión grave, ya que los fabricantes de vacunas están protegidos contra las demandas
  • Si sufre una lesión por la vacuna contra el COVID y vive en los Estados Unidos, su único recurso es solicitar una compensación bajo el Programa de Compensación por Lesiones de Contramedidas (CICP). Los pagos son poco frecuentes, solo cubren los salarios perdidos y las facturas médicas sin pagar, no se pueden apelar, tienen un límite de alrededor de $ 370 000 por muerte y requieren que agote su seguro privado antes de comenzar

Los reportes de muertes y lesiones graves por las vacunas contra el COVID-19 han aumentado muy rápido. Las personas que tienen algún conocimiento de las tasas históricas de lesiones por las vacunas están de acuerdo en que nunca se ha visto algo así en ningún lugar del mundo. Aunque puede ser difícil obtener datos de algunos países, los que podemos verificar revelan patrones muy preocupantes.

•Estados Unidos: al 11 de junio de 2021, el Sistema de Notificación de Reacciones Adversas a las Vacuna (VAERS) de Estados Unidos reportó 358 379 eventos adversos, incluyendo 5993 muertes y 29 871 lesiones graves. En el grupo de edad de 12 a 17 años, hubo 271 lesiones graves y 7 muertes. En el grupo de las mujeres embarazadas, hubo 2136 eventos adversos, incluyendo 707 abortos espontáneos o partos prematuros.

Todos estos casos están destinados a contarse por debajo de lo esperado ya que, desde hace mucho tiempo, menos del 10 % de los efectos secundarios de la vacuna se reporta al VAERS. Una investigación del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos lo puso tan bajo como el 1 %.

Como quiera que sea, la tasa de muerte reportada por las vacunas contra el COVID-19 ahora supera la tasa de muerte de más de 70 vacunas combinadas durante los últimos 30 años, y es casi 500 veces más mortal que la vacuna contra la gripe estacional, la cual históricamente ha sido la más peligrosa.

Las vacunas contra el COVID-19 también son cinco veces más peligrosas que la vacuna contra la gripe pandémica H1N1, que tuvo una tasa de efectos secundarios graves de 25 por millón. Suponiendo que las vacunas contra el COVID tuvieran la misma tasa de efectos secundarios, la cantidad estimada de personas que sufrirían un efecto secundario grave sería de unas 5000. Y ya lo superamos, considerando que 35 864 personas han sufrido lesiones graves o muertes.

Aunque hay casi 6000 muertes reportadas en el VAERS, esta cantidad tal vez no sea real. Hace poco entrevisté al Dr. Vladimir Zelenko, quien ha tratado a pacientes con COVID con bastante éxito, y hablamos sobre la posibilidad de que todas las personas que reciben la vacuna contra el COVID podrían morir por complicaciones en los próximos dos o tres años.

Él conoce de 28 muertes por la vacuna contra el COVID que el VAERS no reconoció. Zelenko sospecha que la cantidad de muertes ya puede superar las 100 000.

La vacuna contra el COVID coloca de inmediato a la persona inyectada en un riesgo muy alto de morir por COVID. La mayoría de las personas creen que están protegidas, pero en realidad son mucho más vulnerables y, como resultado, no tomarán medidas proactivas para evitar morir.

•Unión Europea: en la base de datos de reacciones adversas a medicamentos de la Unión Europea, llamada EudraVigilance, se reportaron 1 509 266 lesiones, incluyendo 15 472 muertes hasta el 19 de junio de 2021. EudraVigilance solo acepta reportes de miembros de la UE, por lo que solo cubre 27 de los 50 países europeos.

Es sorprendente que casi la mitad de todas las lesiones reportadas (753,657) están clasificadas como “graves”, lo que significa que la lesión es potencialmente mortal, requiere hospitalización, causa una afección médica importante, discapacidad significativa o incapacidad persistente.

•REINO UNIDO: al 9 de junio de 2021, el sistema británico de tarjetas amarillas había recibido 276 867 reportes de eventos adversos después de la “vacuna” contra el COVID, incluyendo 1332 muertes.

•Israel: de acuerdo con un informe del Comité del Pueblo de Israel, un cuerpo civil de expertos en salud, “nunca había existido una vacuna que haya dañado a tantas personas”. Por ejemplo, los datos israelíes demuestran que los niños y hombres de entre 16 y 24 años que ya recibieron la vacuna tienen 25 veces más miocarditis (inflamación del corazón) de lo normal.

La miocarditis también afecta a adolescentes y adultos jóvenes en los Estados Unidos, aunque los funcionarios de los CDC dicen que no se han reportado muertes confirmadas, al menos dos muertes se han relacionado de forma temporal con la vacuna.

•Australia: en Australia, dos personas murieron a causa de coágulos de sangre después de recibir la vacuna contra el COVID de AstraZeneca. Mientras tanto, solo una persona de la tercera edad murió a causa del COVID-19 este año.

Si algo sale mal, nadie le ayudará

Es difícil imaginar el dolor y el sufrimiento que han creado estas vacunas. Claramente millones de personas en todo el mundo han visto sus vidas trastornadas por las vacunas contra el COVID-19. Posiblemente muchos no se recuperarán, ni física ni económicamente. Es muy importante comprender que, si algo sale mal, nadie le ayudará.

Antes de tomar la decisión de participar en este experimento de salud sin precedentes, podría ser conveniente mejorar su seguro médico personal y su capacidad financiera para tratar una lesión grave, ya que los fabricantes de vacunas están protegidos contra las demandas. No puede demandarlos por daños y perjuicios. Tampoco puede demandar al gobierno ni a nadie más.

Si sufre lesiones por la vacuna contra el COVID y vive en los Estados Unidos, su único recurso es solicitar una compensación del Programa de Compensación por Lesiones de Contramedidas (CICP), que indica que las vacunas contra el COVID-19 son una contramedida cubierta. El CICP está dirigido por una agencia con escaso personal y es dependiente del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos.

No puede solicitar y no recibirá compensación del Programa Nacional de Compensación de Lesiones por Vacunas (VICP), que cubre otras vacunas, incluyendo la vacuna contra la gripe.

La compensación del CICP es muy limitada y difícil de conseguir. En sus 15 años de historia, ha pagado solo 29 reclamaciones, menos de 1 de cada 10. Solo califica si su lesión requiere hospitalización y si tiene una discapacidad significativa o muerte, e incluso si cumple con los criterios de elegibilidad, requiere que use su seguro médico privado antes de que comience a pagar la diferencia.

El pago promedio del CICP es de $ 200,000 y los casos de muerte tienen un límite de alrededor de $ 370 000. Mientras tanto, puede acumular una factura de hospital por $ 1 millón si sufre un evento trombótico grave.

No hay reembolso por el dolor y sufrimiento, solo salarios perdidos y facturas médicas sin pagar. Esto significa que una persona jubilada no puede calificar, incluso si muere o termina en una silla de ruedas. La compensación salarial es de duración limitada y está limitada a 50 000 dólares al año. Además de todo eso, no puede apelar la decisión del CICP. Las apelaciones simplemente son revisadas por otro miembro del personal en la misma oficina.

¿Puede costear una lesión por la vacuna contra el COVID?

Las reparaciones económicas del CICP son un apoyo muy mínimo para la mayoría de las personas. El pago promedio es de $ 200 000 y los casos de muerte tienen un límite de $ 370 376. Mientras tanto, puede acumular una factura de hospital de $ 1 millón si sufre un evento trombótico grave. También debe pagar su propia ayuda legal y cualquier testigo profesional que pueda necesitar para respaldar su reclamo.

A principios de junio de 2021, el programa televisivo KRDO News habló sobre el caso de Kendra Lippy, una mujer de 38 años que no tenía problemas de salud antes de recibir la vacuna de Johnson & Johnson. En una semana, desarrolló dolores de cabeza, dolor abdominal y náuseas. Su diagnóstico fue coágulos de sangre peligrosos que progresaron a una insuficiencia orgánica múltiple y coma.

Tuvieron que extirpar la mayor parte de su intestino delgado y necesitará nutrición parenteral total por el resto de su vida, un método de alimentación que evita su tracto gastrointestinal. Estuvo hospitalizada durante 33 días, incluyendo 22 días en la unidad de cuidados intensivos. Ahora necesita fisioterapia y terapia ocupacional para recuperar funciones básicas como caminar, escribir y sostener un tenedor.

La factura del hospital de Lippy ya supera el millón de dólares, una suma que tal vez nunca podrá pagar, y no se sabe qué tipo de tratamiento médico necesitará en los próximos años. Es obvio que Lippy se dirige a la bancarrota.

Estipulaciones adicionales que hacen que los pagos sean difíciles

También existen las estipulaciones de tiempo. Para calificar, debe presentar una solicitud de beneficios dentro de un año a partir de la fecha en que se administró la vacuna. Éste es un impedimento muy serio; ya que los efectos secundarios graves pueden tardar en desarrollarse. Por ejemplo, después de la pandemia de la gripe porcina del 2009, las personas comenzaron a reportar el síndrome de Guillain-Barré años después de recibir la vacuna contra la pandemia H1N1. En ese momento, ya no calificaron.

Sin embargo, lo peor de todo es que ahora es su responsabilidad probar que la lesión fue el “resultado de la administración de la contramedida basada en evidencia médica, científica, convincente, confiable y válida más allá de la mera relación temporal”.

En otras palabras, tiene que demostrar lo que el desarrollador de la vacuna aún tiene que determinar y usted se convierte en parte de su estudio aún en curso. El CICP también es muy reservado sobre por qué se aprueban o rechazan las reclamaciones. De acuerdo con lo informado por el Insurance Journal, “no da a conocer ni los detalles más básicos, como los tipos de enfermedades que las personas afirman haber adquirido a causa de las vacunas”.

Al 1 de junio de 2021, 1360 personas en Estados Unidos habían solicitado una compensación del CICP por lesiones y muertes derivadas de contramedidas pandémicas, pero solo 869 se consideraron elegibles para presentar una reclamación. Ninguna se ha resulto. El profesor Peter Meyers, ex director de la Clínica de Litigios de Lesiones por Vacunas, que se ha referido al CICP como un “proceso de agujero negro”, advierte que es un “programa pésimo”. Esto dijo Meyers para Life Site News:

“Es un programa secreto y poco claro en el cual algunos funcionarios desconocidos dentro del Departamento de Salud y Servicios Humanos tomarán decisiones; no sabemos cuántas personas se encargan de resolver los casos, quiénes son o cuál es el proceso”.

El secreto significa que no hay estadísticas oficiales sobre los tipos de lesiones que presentan las personas, o qué contramedida se dice que causó su lesión. Por cierto, las vacunas no son las únicas contramedidas protegidas contra responsabilidad. Los errores de tratamiento hospitalario también están protegidos, y sabemos que algunos hospitales terminaban con la vida de los pacientes, ya sea que hayan confirmado el COVID-19 o no, les colocaban ventilación artificial incluso cuando no la necesitaban.

¿Puede confiar en estos criminales de cuello blanco?

Como se mencionó, los fabricantes de vacunas pandémicas están protegidos de la responsabilidad financiera. La única forma en que puede demandar es si puede probar una “mala conducta intencional”, como un engaño deliberado, un comportamiento fraudulento o que le ocultan información relevante. Para evitar esto, es posible que los fabricantes de vacunas no busquen ciertos problemas.

El potencial de infertilidad es un ejemplo perfecto. Se sospecha que la proteína Spike tiene toxicidad reproductiva, y los datos de biodistribución de Pfizer demuestran que se acumula en los ovarios de las mujeres. A pesar de eso, Pfizer no realizó ninguna prueba de toxicología reproductiva. Como no analizaron, pueden decir con seriedad que “no sabían” que la inyección podría causar problemas reproductivos. La cuestión es que deberían haberlo sospechado y haber realizado las pruebas necesarias para asegurarse, ya que cada vez vemos más signos de toxicidad reproductiva.

Los datos sugieren que la tasa de aborto espontáneo en las mujeres que reciben la “vacuna” contra el COVID dentro de las primeras 20 semanas de embarazo es de un 82 %. La tasa normal es del 10 %, por lo que no se trata de un aumento menor. La infertilidad será mucho más difícil de determinar y podría durar décadas.

Al tener en cuenta los antecedentes penales de Pfizer, Johnson & Johnson y AstraZeneca, es difícil entender cómo millones de personas confían en que estas empresas no mientan para ganar dinero. Segun el portal Life Site News:

“Solo tres principales fabricantes de vacunas, Pfizer, Johnson & Johnson y AstraZeneca, recibieron la orden de los tribunales estatales y federales de pagar un total combinado de más de $ 8.6 mil millones en multas para resolver docenas de acusaciones de mala conducta criminal y civil.

A Pfizer lo multaron con 2.300 millones de dólares, el pago de este tipo más grande en la historia, según el Departamento de Justicia, por defraudar y mal etiquetar de manera deliberada sus medicamentos que ya se habían retirado de los estantes por sus peligros documentados.

Pero según los seis denunciantes que presentaron pruebas contra la empresa, es posible que hayan seguido vendiendo y mal etiquetado sus productos peligrosos.

‘Hicimos un intercambio en Estados Unidos’, dijo Meyers, al otorgar protección de responsabilidad a los fabricantes de vacunas para garantizar que fabriquen vacunas que, antes de la inmunidad legal, estaban enfrentando miles de litigios por efectos secundarios.

Se puede demandar a los fabricantes que fabrican automóviles, escaleras u otros productos si tienen fallas. Los fabricantes de vacunas tienen una responsabilidad general para garantizar que se produzcan sus productos, fondos gubernamentales para producirlos, pedidos gubernamentales garantizados de productos, marketing masivo pagado por el gobierno y mandatos.

‘La compensación parece injusta porque el programa CICP es como un programa deficiente’, dijo Meyers, en especial cuando las compañías de vacunas obtienen ganancias colosales (Pfizer ganará este año una cifra de $ 26 mil millones gracias a sus vacunas contra el COVID y fabricar vacunas contra el COVID beneficia a los multimillonarios cuyos salarios anuales representan una década de pagos del CICP a docenas de personas).

Los beneficios del CICP son ‘compensaciones miserables’ para las personas que sufren o esperan frente a la codicia corporativa y la opacidad del gobierno. A pesar de los antecedentes penales de las compañías farmacéuticas, Meyers cree que estarían ‘locos si se arriesgaran a cometer una mala conducta’, y comento que, si se descubriera que los fabricantes de vacunas en realidad ocultan información sobre los riesgos de las vacunas contra el COVID, ‘sería una catástrofe'”.

¿El gobierno y las grandes farmacéuticas son los culpables de la mala conducta intencional?

No sé ustedes, pero la sensación que tengo cuando veo todas las lesiones y muertes que ocurren a los pocos días o, en muchos casos, pocas horas después de la vacuna, es que algo anda muy mal, y los fabricantes de vacunas solo se encargan de ocultarlo. No realizar pruebas de toxicología reproductiva, después de descubrir que la proteína Spike se acumula en los ovarios, es una mala conducta deliberada.

A pesar de las pruebas, afirmar que el ARNm permanece en el músculo del hombro, cuando tienen datos que demuestran que se distribuye en casi todos los órganos del cuerpo humano, ¿no es una mala conducta deliberada y reprobable? ¿Acaso nos están escondiendo información importante?

Yo diría que los funcionarios del gobierno también son culpables de maleficencia médica. Como señaló el Dr. Robert Malone, el inventor del ARNm y de la tecnología para la plataforma central de vacunas de ADN, la versión más actual de la Autorización de Uso de Emergencia (EUA, por sus siglas en inglés) que rige estas vacunas contra el COVID, descubrió que la FDA optó por no exigir una recopilación y evaluación rigurosa de datos posteriores a la vacuna, a pesar de que tenían la libertad para hacerlo.

De nuevo, si no busca lesiones, es poco probable que las encuentre. Si no existe un proceso sólido de recopilación y revisión de datos, pueden decir que las vacunas son seguras, lo que facilitaría el proceso de autorización. El problema al que se enfrentan ahora es que el VAERS recibe tantos reportes que incluso si representan solo el 10 % de las lesiones reales, o menos, es obvio que hay problemas graves.

No exigir a los fabricantes de vacunas que elaboren un sistema completo para capturar datos de eventos adversos es una señal de incompetencia en el mejor de los casos. Pero eso no es todo. La FDA comienza a parecer engañosa cuando se niega a reconocer que los reportes de VAERS indican que hay problemas.

Decir que es “coincidencia” más de 35 000 veces ya no es creíble, y descartar los riesgos de discapacidad permanente y de muerte como algo que “vale la pena”, es más que cruel, ya que tenemos tratamientos seguros y efectivos, y nadie necesita apostar su salud en una terapia génica experimental.

Las vacunas contra el COVID son más riesgosas de lo que se anuncian

Como se señaló en un artículo del Wall Street Journal del 22 de junio de 2021, aunque el VAERS no puede decirnos si las vacunas fueron causales en un informe de efectos secundarios, cuando ve grupos de informes que forman una tendencia, significa que es momento de investigar.

Cuatro efectos adversos graves que están en tendencia son la trombocitopenia (bajo recuento de plaquetas), miocarditis no infecciosa (inflamación del corazón), en especial en personas menores de 30 años, trombosis venosa profunda y la muerte.

Para que tales efectos sean tolerables, incluso si son raros, la vacuna (o el medicamento) tendría que ser muy esencial para la supervivencia. Piense en la pandemia muy infecciosa del ébola, por ejemplo, algo donde la muerte es rápida y prácticamente asegurada, y el tratamiento es ineficaz una vez que el paciente está infectado.

Ninguno de esos criterios se aplica al COVID-19, que tiene una tasa de letalidad a la par con la gripe estacional. La vacuna también debería ser una vacuna real, algo que proporcione inmunidad. Las vacunas de terapia génica contra el COVID-19 tampoco hacen eso.

En general, está claro que las muertes y lesiones causadas por estas inyecciones se ocultan y no podemos permitir que eso continúe. Debemos seguir presionando por la transparencia, honestidad y la responsabilidad.