Las infelices 149 calorías: crónica de una campaña engañosa

Coca Cola respondió que las actividades requerían realizarse en combinación para quemar las 139 calorías presentes en una lata de Coca, señalando que el signo de + claramente comunicaba eso, que la suma de esas actividades quemarían las 139 calorías.

La Advertising Standards Authority consideró que los consumidores podían interpretar que a través de cada una de las actividades descritas en la campaña publicitaria se podrían quemar las 139 calorías, señalando “por lo tanto, concluimos que el anuncio engaña” y, por lo tanto, se clasifica como “publicidad engañosa” (BCAP, Code rules 3.1), por lo cual debería ser retirada.

Coca Cola ha negado la evidencia científica sobre la relación del consumo de su bebida con el sobrepeso, la obesidad y la diabetes. Esto tiene implicaciones éticas y debería tener también implicaciones legales como las tuvo en su momento la negativa de la industria tabacalera a reconocer los daños a la salud por fumar. Asociar el consumo de refrescos a la felicidad ya debería ser motivo de sanción en un país que presenta uno de los mayores índices de sobrepeso, obesidad, diabetes y muerte por diabetes en el mundo.

Don Gonzalo, unos meses antes de morir a consecuencia de la diabetes, supo la cantidad de azúcar que contenían las tres cocas que se tomaba al día cuando conducía una micro en el estado de Hidalgo. No podía creer la cantidad de azúcar que consumía al día, comentaba que nadie le había dicho eso antes, ni las empresas ni el gobierno. Sin embargo, a Don Gonzalo se le había comunicado por todos los medios que el consumo de Coca Cola se asociaba a la felicidad, a tratar de pertenecer a un mundo del que siempre había sido excluido, se le había hecho adicto a esa bebida en un país, que como diría el Relator Especial de Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación, está Coca – Colinizado.