Las Comidas en Familia Son de Vital Importancia para la Salud de los Niños

Por el Dr. Mercola, 20 de septiembre de 2014

Comer a solas se ha vuelto más común dado que a las familias ocupadas se les dificulta hacer tiempo para comer en familia, sobre todo cuando todos los miembros adultos de la familia trabajan fuera de la casa.

Tradicionalmente, las comidas en familia han representado mucho más que comidas comunales–son un excelente tiempo para una buena conversación y una auténtica unión familiar.

Desafortunadamente, hoy en día, muchas personas consumen alimentos en los semáforos o en frente de la computadora–solos. Los Estados Unidos ocupa el puesto 23 entre 25 países, en el porcentaje de niños que consumen la comida fuerte del día con sus padres varias veces a la semana.1

Aunque el consumo de alimentos a solas está ocurriendo en forma regular, las investigaciones recientes sugieren que esto no contribuye a su salud o salud de sus hijos. Las familias que hacen un esfuerzo por comer juntos por lo menos tres o cuatro veces a la semana disfrutan de importantes beneficios para su salud, felicidad y relaciones.

El interés compartido en la preparación y cocción de alimentos de manera tradicional se ha visto perjudicado por un deseo de alimentos fáciles en las últimas décadas, aunque la evidencia sugiere que esas tendencias podrían cambiar.

Si Está Comiendo a Solas, Tiene Mucha Compañía

La comida en familia empezó a disminuir en la década de 1950, cuando se empezó a considerar la cocción de alimentos para la familia como algo inconveniente. Desde que los alimentos están más fácilmente disponibles y almacenables en el congelador y la despensa, la idea de cocinar desde cero se convirtió en algo obsoleto.

Tal vez las personas están empezando a perder la seguridad y la socialización que proporciona el consumo de alimentos en familia. La investigación sobre las tendencias de alimentación varía sustancialmente, lo que puede sugerir que los valores y las actitudes están cambiando.

La infrecuencia relativa de las comidas familiares compartidas no se relaciona con la falta de deseo, ya que las personas reportan consistentemente buenos recuerdos por el consumo de alimentos en familia durante sus años de infancia.

Varios estudios recientes revelan cómo las familias actuales están luchando por encontrar tiempo para comer en familia. Cuando piense en las siguientes estadísticas, considere que en el 27 por ciento de los hogares vive una sola persona.2

  • Un nuevo informe de NPD3 encontró que las personas en Estados Unidos consumen más de la mitad de sus alimentos a solas; las personas son menos propensas a cenar a solas y es más probable que coman el desayuno y el almuerzo a solas (consulte la tabla a continuación).4
  • Un estudio realizado en el 2014 encontró que en la mayoría de los hogares estadounidenses comen en familia menos de cinco días a la semana.5
  • Una encuesta realizada por Harris en el 20136 encontró que entre las personas en Estados Unidos que viven con al menos un miembro de la familia, sólo el 58 por ciento reportó consumir alimentos con los demás por lo menos cuatro veces a la semana, pero el 86 por ciento reportó sentarse en familia al menos una vez a la semana. La encuesta también encontró que la frecuencia de las comidas familiares está disminuyendo con cada generación.

Porcentaje de Ocasiones que Come a Solas

Fuente: The NPD Group/Enhanced National Eating Trends®

Los Niños que Comen en Familia Tienen Mejores Patrones Alimenticios y Menos Obesidad

El documental realizado en el 2013 The Family Meal, se centró en gran medida en la conexión entre la epidemia de la obesidad infantil y como el consumo de alimentos en familia podría revertir dicha epidemia.

Las investigaciones muestran que los niños que consumen sus alimentos en familia tres o más veces a la semana tienen más probabilidades de estar en un rango de peso saludable y hacer mejores elecciones alimenticias. Son más propensos a comer alimentos saludables y menos propensos a comer los no saludables, y también menos propensos a desarrollar trastornos de  alimentación.7

Curiosamente, un estudio8 hecho por la Universidad Cornell encontró que las familias (tanto adultos como niños) que comen sus alimentos en la cocina o comedor tienen un IMC significativamente más bajo que las familias que comen en otro lugar. Para los niños, quedarse en la mesa hasta que todos hayan terminado de comer también se asoció con un índice de masa corporal inferior.