La vacuna contra el COVID dio positivo en las pruebas del VIH

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 05 de enero del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • En la urgencia por producir una vacuna eficaz contra el COVID-19, se descartó una vacuna desarrollada en la Universidad de Queensland, Australia, cuando los científicos descubrieron que los participantes desarrollaron una prueba falsa positiva para el VIH después de recibirla
  • Los investigadores que utilizaron el vector de adenovirus recombinante tipo 5 (Ad5) hace 10 años para una vacuna contra el VIH-1 advirtieron sobre el uso del mismo proceso para el desarrollo de una vacuna contra el COVID-19, ya que aumentaba el riesgo de infección por VIH
  • Es difícil desarrollar una vacuna para los coronavirus, ya que el proceso siempre ha fracasado porque aumenta el riesgo de enfermedad grave cuando se expone al virus
  • Los datos actuales demuestran que no es necesario lanzar una ley que obligue la vacunación masiva; las empresas farmacéuticas están protegidas de responsabilidad por daños causados por las vacunas. Analice sus riesgos y beneficios personales antes de tomar una decisión

Existen muchas vacunas contra el COVID-19 que están en desarrollo y algunas han llegado a ensayos en humanos. Uno de los últimos desafíos que se demostraron de algunas vacunas es la relación que tienen con el VIH, ya sea al provocar una prueba de falso positivo o aumentar el riesgo de infección por VIH.

El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) provoca el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). El VIH es un retrovirus, que algunos expertos creen que es la base de varias enfermedades crónicas, incluyendo el síndrome de fatiga crónica, la encefalomielitis miálgica crónica (EM) y el autismo. Aunque algunos retrovirus pueden infectar sus células reproductivas, y por lo tanto se transmiten a su descendencia, no se cree que el VIH tenga esa capacidad.

El primer caso de VIH se reportó en 1981. Durante los siguientes 35 años, la infección generó pánico en algunas comunidades, aumentó el riesgo de muerte y generó muchos programas de salud pública. A medida que los científicos tuvieron una mejor comprensión de la infección, desarrollaron mejores métodos de tratamiento para las personas infectadas.

En 2019, los cirujanos del Johns Hopkins Medical Center en Estados Unidos, realizaron el primer trasplante de riñón de un donante vivo con VIH a un receptor con VIH. El tiempo, esfuerzo y la ciencia dieron lugar al tratamiento, ya que ahora el VIH se considera como una enfermedad crónica y no como una sentencia de muerte.

Australia rechaza la vacuna después de falsos positivos en las pruebas del VIH

En la urgencia por producir una vacuna eficaz contra el COVID-19, se descartó una vacuna desarrollada en la Universidad de Queensland, Australia, cuando los científicos descubrieron que los participantes desarrollaron una prueba falsa positiva para el VIH después de recibirla. Esto afectó a un pedido planificado de $ 750 millones para la vacuna.

Los investigadores creyeron que la vacuna parecía segura y efectiva, pero sugirieron que la prueba de falso positivo para el VIH debilitaría la confianza del público. El primer ministro Scott Morrison habló con los reporteros y dijo:

“No podemos crear desconfianza y menos ahora, como nación, con una buena cartera de vacunas, podemos tomar estas decisiones para proteger mejor a los australianos”.

The New York Times llama a esto un “paso en falso” “Eso puede ocurrir de forma inevitable cuando los científicos, durante una pandemia, aceleran el proceso habitual de muchos años para desarrollar vacunas sólo en cuestión de meses”.

La vacuna se desarrolló en colaboración entre la Universidad de Queensland y la empresa de biotecnología CSL. El problema eran dos fragmentos de proteína del VIH que los científicos utilizaron para producir una “pinza” molecular en la proteína Spike del coronavirus. La pinza estaba destinada a estabilizar el virus y permitir que el sistema inmunológico de una persona desarrollará anticuerpos de manera efectiva después de la exposición a la vacuna.

Aunque los investigadores pensaron que la vacuna de Queensland no corría ningún riesgo de infectar al voluntario con el VIH, la pinza hizo que el cuerpo de la persona produjera anticuerpos que las pruebas del VIH reconocieron como una respuesta positiva.

Para continuar con el desarrollo y uso de esta vacuna, sería necesario rediseñar la prueba del VIH actual para diferenciar entre los que dieron positivo y los que tenían el virus.

La vacuna de la Universidad de Queensland fue una de las que utilizaba una proteína que provocó una respuesta del sistema inmunológico humano. Estos tipos de vacunas se utilizaron y tienen un historial conocido, en comparación con las vacunas de ARNm más nuevas en desarrollo.

Los ejemplos de vacunas a base de proteínas incluyen las que se administran para la tosferina, Haemophilus influenzae tipo B y hepatitis B. Los científicos también utilizaron virus genéticamente modificados para incitar al sistema inmunológico a crear anticuerpos contra un patógeno. La técnica de modificación del adenovirus ha estado en desarrollo desde hace casi tres décadas en varias vacunas.

Advertencia, la vacuna contra el virus modificado podría aumentar el riesgo de contraer el VIH

Hoy en día, la idea es modificar un adenovirus, que normalmente causa un resfriado común, con genes del SARS-CoV2. Esto engaña al sistema inmunológico y le hace creer que ha sido infectado y luego producir anticuerpos contra la infección.

Los investigadores creen que los adenovirus son vectores excelentes con varias ventajas sobre otros virus, incluyendo la facilidad de manipulación genética y la capacidad de inducir respuestas robustas de células T y anticuerpos. Sin embargo, existen importantes inconvenientes al utilizar adenovirus en terapia génica y vacunas.

Los investigadores que usaron el vector de adenovirus recombinante tipo 5 (Ad5) hace 10 años para una vacuna contra el VIH-1 advirtieron sobre el uso del mismo proceso para el desarrollo de una vacuna COVID-19. En The Lancet se publicaron los desafíos que enfrentaron en dos ensayos en humanos con la vacuna contra el VIH-1 vectorizada con Ad5.

Los datos de ambos estudios sugirieron que la vacuna incrementó el riesgo de que los hombres contrajeran el VIH del medio ambiente, y que la infección era más probable después de recibir la vacuna. No se determinó el mecanismo de esta mayor susceptibilidad, pero estudios exploratorios posteriores sugirieron que la vacuna Ad5 promovió la reproducción del VIH en las células T CD4, lo que podría hacerlas más susceptibles a una infección por VIH.

Los resultados del ensayo Step demostraron que el riesgo de contraer el VIH era mayor en hombres no circuncidados que realizaban sexo anal sin protección con una pareja seropositiva con VIH. Los datos del estudio Phambili sugirieron que los hombres que eran heterosexuales y estaban vacunados, también tenían un mayor riesgo de infección.

Los resultados fueron tan convincentes que en 2014 los Institutos Nacionales de Salud reconocieron que las vacunas recombinantes Ad5 podrían tener un problema importante, ya que podrían “incrementar la susceptibilidad a la infección por VIH. Esto también cuestionó si el problema se extiende a algunos o todos los demás vectores recombinantes de adenovirus actualmente en desarrollo o bien, a otras vacunas basadas en vectores”.

El autor principal del artículo fue el Dr. Anthony Fauci. Quién está en “contra del uso adicional de Ad5 como vector en las vacunas contra el VIH”, según Forbes. Estas preocupaciones también fueron reiteradas por los investigadores de los estudios originales de la vacuna contra el VIH-1, quienes escribieron en The Lancet:

“De acuerdo con estos hallazgos, nos preocupa que el uso de un vector Ad5 para inmunizar contra el síndrome respiratorio agudo severo del coronavirus 2 (SARS-CoV-2) podría aumentar de manera similar el riesgo de contraer el VIH-1 entre los hombres que reciben la vacuna.

Tanto la pandemia del VIH como la del COVID-19 afectan de manera desproporcionada a las poblaciones más vulnerables a nivel mundial. Desplegar a nivel global una vacuna eficaz contra el SARS-CoV-2 significa que podría administrarse a personas en riesgo de infección por el VIH, lo que podría incrementar el riesgo de contraer el VIH-1”.

Las vacunas de emergencia contra el COVID podrían provocar efectos secundarios masivos

Los esfuerzos para vacunar contra otros coronavirus han demostrado serias preocupaciones desde hace varios años. Las vacunas desarrolladas para el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV), el coronavirus del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el virus sincitial respiratorio (RSV) tendían a provocar una mejora dependiente de anticuerpos (ADE).

Esto significa que para algunas personas que recibieron la vacuna, tiene un efecto paradójico y aumenta el riesgo de una infección grave si se expone al virus. La vacuna mejora la capacidad del virus para ingresar a sus células, lo que da como resultado una enfermedad más grave.

Este proceso podría manifestarse de diferentes formas, que incluyen ADE e inflamación alérgica causada por inmunopatología Th2. Dado lo que se conoce hoy en día sobre el virus y el comportamiento en el cuerpo, algunos científicos argumentaron que el ADE es solo una patología de mejora inmunológica que podría causar una respuesta desregulada y potencialmente peligrosa a una vacuna contra el COVID-19.

En mayo de 2020 entrevisté a Robert Kennedy Jr., quien describió los peligros conocidos de las vacunas contra el coronavirus y resumió la historia del desarrollo de la vacuna contra el coronavirus. En 2002, después de tres brotes consecutivos de SARS, inició la investigación de vacunas. Diez años después, en 2012, científicos chinos, estadounidenses y europeos trabajaban en una vacuna contra el SARS y tenían alrededor de 30 candidatos prometedores.

De ellos, los cuatro mejores candidatos para las vacunas fueron hurones, que son el análogo más cercano a las infecciones pulmonares humanas. Aunque los hurones demostraron una respuesta de anticuerpos, que es la métrica utilizada para la licencia de vacunas, una vez que el virus los atacó, todos se enfermaron muy grave y murieron.

Lo mismo sucedió cuando intentaron desarrollar una vacuna contra el VSR en la década de 1960. El VSR es una enfermedad de las vías respiratorias superiores muy similar a la causada por los coronavirus. En ese momento, se saltaron las pruebas con animales y fueron de forma directa a las pruebas con humanos. Kennedy relata el experimento y dice:

“Lo probaron en 35 niños, y sucedió lo mismo. Los niños desarrollaron una respuesta positiva de anticuerpos, fuerte y resistente. Era perfecta [pero] cuando los niños estuvieron expuestos al virus natural, todos se enfermaron. Dos de ellos murieron. Renunciaron a la vacuna. Fue una vergüenza para la FDA y los NIH”.

Pfizer reconoció en su protocolo clínico que la mejora de la enfermedad de COVID-19 es un riesgo real después de algunas vacunas. A pesar de años de investigación y estrategias de desarrollo alternativo, persisten las preocupaciones sobre el ADE y, como explicó Kennedy, las vacunas contra el coronavirus son conocidas por crear una mejora inmunológica paradójica.

Los coronavirus producen dos tipos de anticuerpos

Los coronavirus producen más que anticuerpos neutralizantes. En su lugar, causan dos respuestas de anticuerpos en su cuerpo. Esta diferencia podría ser la razón por la que las vacunas para prevenir las infecciones por coronavirus han sido ineficaces y, a veces, peligrosas.

  • Los anticuerpos neutralizantes se unen al virus de una manera que bloquea la capacidad del patógeno para infectar sus células.
  • Los anticuerpos de unión (también conocidos como anticuerpos no neutralizantes) se producen durante una infección, pero no son capaces de prevenir una infección viral.

Los anticuerpos de unión también pueden causar una respuesta inmunológica anormal. Otra forma de ver esto es que, en lugar de protegerlo, la vacuna crea una respuesta anormal, lo que hace que su sistema inmunológico se vuelva contraproducente y desarrolle una enfermedad grave a causa de la infección.

Muchas de las vacunas actuales contra el COVID-19 que están en desarrollo utilizan ARNm para provocar una respuesta inmunológica al instruir a las células para que produzcan la proteína Spike del SARS-CoV-2. La idea es crear la proteína Spike para que su cuerpo produzca anticuerpos, sin enfermarlo en el proceso. La pregunta clave es, ¿cuál de los dos tipos de anticuerpos se produce en este proceso?

Analice sus riesgos y beneficios personales antes de tomar una decisión

Independientemente de cuán efectivas o ineficaces sean las vacunas contra el COVID-19, es probable que tenga que tomar la decisión de recibir una en poco tiempo. Las empresas atraviesan un proceso que por lo regular tarda años para garantizar alguna medida de seguridad.

De manera irónica, los datos que ahora tenemos ya no respaldan la orden judicial sobre las vacunas masivas, ya que, en las personas menores de 60 años, la letalidad por COVID-19 es menor que la gripe. Si tiene menos de 40 años, su riesgo de morir a causa del COVID-19 es solo del 0.01 %, lo que significa que tiene un 99.99 % de sobrevivir a la infección. Y eso podría mejorar aún más si es metabólicamente flexible y tiene niveles óptimos de vitamina D.

Por desgracia, a los participantes en los ensayos actuales de la vacuna COVID-19 y a las personas que ya la han recibido no se les informa sobre el riesgo que corren al recibir la vacuna, ni tampoco que podrían terminar con un caso de COVID-19 más grave, si se infectan con el virus. La velocidad a la que se producen y liberan las vacunas podría crear una segunda ola de complicaciones y muertes por intervenciones médicas.

Sin embargo, las compañías farmacéuticas no estaban dispuestas a seguir adelante con el desarrollo a menos que estuvieran protegidas de la responsabilidad si la vacuna producía lesiones. Como dijo un alto ejecutivo de AstraZeneca: “Esta es una situación única en la que nosotros, como empresa, no podemos correr el riesgo…”

Sin embargo, la industria está protegida por la Ley de Preparación para Emergencias y Preparación del Público (PREP) de 2005 que prohíbe las reclamaciones contra las empresas que desarrollan y lanzan productos para una emergencia de salud pública. La Corte Suprema también ha confirmado fallos que protegen a los fabricantes de vacunas, sin ningún respeto aparente por las personas dañadas.

Su decisión de vacunar o no contra el COVID-19 es una elección personal. Antes de tomar una decisión, considere sopesar sus riesgos y beneficios, al evaluar la investigación y los resultados de los ensayos de vacunas y el peligro de muerte en sus circunstancias personales. Además, considere tomar medidas importantes para mejorar su flexibilidad metabólica y optimizar los niveles de vitamina D para reducir su riesgo de enfermedad grave.