La recarga de mantos acuíferos requiere un esfuerzo integral

Por Boletín UNAM-DGCS-436, julio de 2015

  • Para reducir el déficit y el analfabetismo hídrico, urge sumar trabajo público y privado a diagnósticos de base científica, planteó Luis Ernesto Marín Stillman, del IGf de la UNAM

La recarga de los mantos acuíferos del país, que durante décadas han padecido sobreexplotación y manejo inadecuado, requiere un esfuerzo integral del gobierno, la academia y la sociedad civil para reducir el déficit y mantener las reservas naturales.

“Urge sumar el trabajo de los sectores público y privado, de las organizaciones sociales y de la academia para conservar los ciclos naturales que nos proveen de agua. Pero también necesitamos cambiar nuestras formas de consumo y combatir el analfabetismo hídrico”, planteó Luis Ernesto Marín Stillman, del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.

Reforestar árboles, cosechar agua

El hidrogeólogo (experto en el estudio de aguas del subsuelo) es asesor científico del Programa Nacional de Reforestación y Cosecha de Agua, una iniciativa de la Fundación Coca-Cola, la organización civil Pronatura México A.C. y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), mediante sus comisiones nacionales Forestal (Conafor) y de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).

En 2007, la fundación se comprometió a regresar al medio ambiente el agua que la empresa utiliza en México para sus procesos, recordó Marín. La promesa se convirtió en un convenio de colaboración con Pronatura y Conafor, que cubrieron la parte social y gubernamental-ambiental, respectivamente.

El proyecto requirió de asesoría científica para ubicar cuencas hidrológicas en nuestro territorio y elegir las más viables para establecer cerca de ellas actividades de reforestación que ayudaran a la recarga paulatina.

“Desde el Instituto de Geofísica comencé a trabajar en este proyecto, que tiene una plataforma de base científica”, comentó el universitario.

Un mapa de siete capas

Para diagnosticar las cuencas y seleccionar las zonas con mayores cualidades para hacer una reforestación que propicie una adecuada recarga, Marín y sus colaboradores realizan en cada región un mapa de siete capas. “Sintetizamos la geología, la vegetación, el suelo y su uso, la pendiente de la zona, el balance (cálculos del agua) y la precipitación”, explicó.

Generados en computadora y apilados como capas de cebolla por cada cuenca, facilitan a los expertos el análisis de álgebra para conocer las variables y estimar los resultados. “Hasta ahora hemos hecho estudios en 60 cuencas”, señaló.

Para captar y disponer del agua, el año pasado se instalaron con este proyecto cinco ollas captadoras de lluvia (una especie de albercas sobre la tierra, cuyo fondo está forrado de membranas plásticas), 102 cisternas comunitarias en igual cantidad de grupos humanos de varias entidades del país, 216 techos captadores (que reciben el líquido y lo conducen a unas canaletas) y 222 huertos de traspatio, donde se cosechan hortalizas que son regadas con el agua obtenida.

Además, se crearon cinco proyectos productivos y un vivero comunitario (donde se desarrollan especies de plantas adecuadas para la restauración ecológica) y una planta de tratamiento (aún en proceso).

Entre los resultados destacan: en 2014 se reforestaron tres mil 291 hectáreas en sitios clave para la recarga, en 29 entidades del país; se plantaron seis millones 662 mil 296 árboles; se da mantenimiento a 14 mil 881 hectáreas reforestadas con anterioridad y se cuenta con 744.6 hectáreas con obras de conservación del suelo.

Para recuperar las extensiones boscosas se impulsan acciones relacionadas con la conservación de los suelos, la reposición de árboles con especies más adecuadas a cada sitio, la protección de las zonas en recuperación, así como la disminución de eventos que las pongan en riesgo, como los incendios forestales.

Los sitios que participan en la reforestación del programa son fundamentalmente aquellos catalogados como estratégicos para la recarga de los acuíferos, que en su mayoría se encuentran en la parte alta de las cuencas hidrológicas del país, y que coinciden en gran medida con áreas naturales protegidas y representativas de nuestra orografía nacional, como el Pico de Orizaba, La Malinche, el Parque Nacional Iztaccíhuatl-Popocatépetl, el Nevado de Toluca, la Reserva de la Mariposa Monarca, el Nevado de Colima y las Cumbres de Monterrey, entre otros.

Finalmente, Marín destacó que uno de los objetivos de la nueva etapa del programa es lograr cuencas sustentables, donde cada comunidad consuma y reutilice el agua en su zona geográfica, para aprender el uso y reúso del líquido y evitar costos por transportación a largas distancias.