La privatización del agua “acá no pasará”, advierten pueblos de la Sierra Norte poblana

Rufina Villa Hernández, secretaria del Comité del Ordenamiento Ecológico de Cuetzalan, hizo el recuento de las seis asambleas anteriores, donde se ha ido definiendo la agenda estratégica contra lo que llamó “los proyectos de muerte”. Aseguró: “Vamos a sacar de nuestros lugares a cualquiera que venga a entrometerse en nuestra forma de vida de indígenas maseuales. Esto alcanza mucho más allá de nuestro municipio: lo que afecta a unos, nos afecta a todos”.

La inminencia de una reforma a la ley federal del agua imprimió a muchas de las intervenciones un ingrediente adicional de alarma. En Puebla ya fueron aprobadas las reformas que favorecen la privatización del líquido. “Nos preocupa lo que vemos venir. Tenemos que estar alertas porque por ahora los diputados federales pararon los cambios en la ley del agua, pero pasando las elecciones lo van a retomar. Y entonces, ¿qué va a pasar? ¿Vamos a dejar que otros vengan y tomen nuestra propia agua?”

Luis Enrique Fernández, presidente del órgano técnico del Cotic, explicó que las concesiones otorgadas a empresas privadas para el uso del río Apulco privilegian a los negocios por encima del derecho humano más elemental, que es el del acceso al agua.

En Cuetzalan, como en otros municipios, se han organizado los consejos maseuales del agua, como parte de un importante tejido cooperativo. Sus representantes, electos en asamblea, son responsables de la gestión de los recursos acuíferos. En la asamblea se resolvió repetir esta experiencia como una forma de resistir el despojo y “para hacer resistencia”. El Cupreder ofrece asesoría para estos organismos.

En este tema, como entre los demás, se subrayó la división entre los coyomes –los no indígenas, en este caso los diputados poblanos que aprobaron las leyes de privatización del agua y los legisladores federales, que se aprestan a hacer lo mismo– y los maseuales, que proponen un manejo del recurso con respeto a las mayorías.

La invitación a conocer y extender este modelo de movilización se hizo extensivo a las comunidades totonacas de la sierra que habitan hacia el norte de Veracruz. En las cercanías de Poza Rica, según las previsiones de las rondas cero y uno de la nueva ley de energéticos, se contempla la asignación de contratos a empresas privadas en 30 por ciento de su territorio.

Por último, en la agenda de los movimientos serranos –que no sólo colindan con “territorio zeta” por el lado de Veracruz, sino que han experimentado en los años recientes un ascenso de ataques de la delincuencia común a niveles no conocidos hasta ahora– también figura el de la autodefensa pacífica.

El joven Francisco Gómez explicó lo que han avanzado los comités comunitarios en este rubro: “Vemos que las autoridades de los tres niveles están muy lejos de estar interesados en proteger a la población que dicen representar. Entonces lo vamos a hacer nosotros, en forma pacífica y organizada. Se decidió una depuración de policías y topiles en los pueblos”, indicó.