La postura de un experto contra el maíz transgénico

1. El producto comercial que se aplica como aerosol no sólo contiene el herbicida, sino que es una mezcla de compuestos químicos que le ayudan al glifosato a penetrar en todos los tejidos de las plantas, tanto las partes que nos comemos como las que desechamos. Esos aditivos, llamados surfactantes o tensoactivos, son un secreto industrial que las empresas productoras no están obligadas a revelar; por lo tanto, esas sustancias no se someten a pruebas de seguridad. Si bien constituyen la mayor parte del producto comercial, sus concentraciones no son monitoreadas en las plantas, en el agua potable ni en nuestro cuerpo. El consumo humano y animal de estos aditivos no evaluados aumentará dramáticamente si se autoriza el cultivo del maíz GM en México.

2. El herbicida y los demás componentes del producto comercial aplicado como aerosol penetran y se quedan dentro de todas las partes de la planta hasta que nos comemos los granos, los frutos o las hojas; no importa que los lavemos.

3. Dentro de diez o quince años, las malezas serán más resistentes al glifosato, simplemente por selección natural, y entonces se requerirán herbicidas todavía más tóxicos para cultivar el maíz GM. El siguiente herbicida en línea es el 2,4-D, que es bien conocido como una sustancia que provoca cáncer.

4. En Alemania, como debe ocurrir también en otros países, se ha encontrado glifosato en la orina de muchas personas en el campo e incluso en las ciudades, donde su presencia se debe al consumo de alimentos que fueron rociados con el herbicida.

5. Además de aplicarse como herbicida, el glifosato también se usa hoy día para secar las plantas antes de cosecharlas, lo cual explica en parte por qué han aumentado tanto sus concentraciones en el agua potable, en los alimentos humanos y en los forrajes.

6. La toxicidad de este herbicida representa un riesgo serio para la salud humana por múltiples razones:

a)      Cuando uno lo ingiere en la comida o en el agua, el glifosato elimina bacterias que forman parte de nuestra flora intestinal benéfica, y provoca así que los microbios patógenos proliferen.

b)      Los cerdos alimentados con forraje transgénico tratado con glifosato mostraron un aumento en la inflamación intestinal nueve meses después.

c)      Las ratas alimentadas durante dos años con maíz GM resistente a herbicidas presentaron un gran incremento en la formación de tumores.

d)     Se conocen cada vez más casos de enfermedades en personas que han estado expuestas al glifosato en Argentina y otros países.

e)      El herbicida provoca defectos en el desarrollo de embriones de pollos y de anfibios, incluso en concentraciones bajas; se han observado efectos similares en bebés humanos en Argentina.

f)       El glifosato tiene efectos radicales en la producción de testosterona en las ratas y promueve el crecimiento de células humanas cancerosas, aun a niveles más bajos que los que se han registrado en la sangre y orina de algunas personas.

El Dr. Schubert nos alerta que las concentraciones del herbicida aumentarán rápidamente en nuestros alimentos y en nuestro medio ambiente si se autoriza el cultivo del maíz transgénico en México. De nada servirá su uso si las malas yerbas desarrollan resistencia genética al glifosato dentro de diez o quince años, como ya ha sucedido en otras regiones del mundo. ¿Vale la pena, entonces, correr tantos riesgos? Él concluye que el maíz GM no representa beneficio alguno para nuestro país. Por el contrario, significa un gran peligro para la salud de los mexicanos: “sería un profundo error que el maíz transgénico entrara al suministro alimentario de México”.

Al final del texto, el Dr. Schubert recopila 30 estudios científicos que fundamentan esta conclusión. El texto original y las referencias pueden consultarse en: http://www.uccs.mx/downloads/visit.php?id=file_52b7e67083000

Hemos buscado sin éxito algún documento público de la Presidencia, la SAGARPA o la SEMARNAT que responda a los señalamientos que hace la carta.

Antes de imprimir este boletín, le enviamos al Dr. Schubert nuestra reseña de su carta para pedirle su autorización para difundirla. Nos respondió de inmediato, enviándonos un artículo publicado apenas tres días atrás por un grupo de entomólogos en la universidad estatal de Iowa. Ellos muestran cómo un gusano que se come las raíces del maíz, causante de grandes pérdidas para las granjas del medio oeste de Estados Unidos, ahora es resistente a la toxina Bt, tal como lo habían predicho desde hacía varios años algunos investigadores independientes. El insecto desarrolló rápidamente esta capacidad por selección natural, conforme creció la superficie sembrada con cultivos transgénicos en ese país. Este nuevo hallazgo delata una vez más el fracaso del maíz GM que las compañías de biotecnología quieren introducir a México: www.pnas.org/lookup/suppl/doi:10.1073/pnas.1317179111/-/DCSupplemental