La postura de un experto contra el maíz transgénico

Peor todavía, los síntomas de muchos padecimientos relacionados con factores ambientales como la alimentación tardan décadas en manifestarse. Por ello, una vez que el maíz GM fuera liberado en forma comercial en México, no habría forma de monitorear los efectos adversos para la salud ocasionados por el producto mismo. Las reflexiones del autor lo conducen a un señalamiento amargo e indignante: las empresas que promueven los cultivos transgénicos están conscientes, por todas las razones expuestas, que ellas nunca tendrán que rendir cuentas por los daños físicos que sus productos puedan causarle a los seres humanos.

Después de esta advertencia, el Dr. Schubert se enfoca en los efectos pormenorizados de la proteína Bt y el glifosato (un herbicida) para la salud humana, en vista de que la mayoría de los maíces transgénicos han sido manipulados para hacerlos resistentes contra algunos insectos (variedades Bt) y herbicidas.

I. El maíz Bt y la salud humana

La Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos recomendó hacer pruebas exhaustivas de seguridad de los cultivos Bt, cosa que nunca se hizo porque ese país no cuenta con una legislación federal rigurosa que obligue a los promotores de los alimentos GM a cumplir la tarea. Hay por lo menos cuatro formas como puede causar daño la incorporación al maíz del gen que codifica la toxina Bt. La primera es que los transgenes se inserten al azar en el ADN (ácido desoxirribonucleico, molécula que plasma la información transmitida de una generación a otra) de la planta, con resultados no intencionados. Se han descubierto en cultivos de tabaco GM, por ejemplo, nueve compuestos químicos que propician el cáncer, un efecto que no se esperaba.

Una segunda forma de causar daño es que la proteína insertada en la planta altere su metabolismo y produzca compuestos químicos tóxicos. Este mecanismo explica la producción anormal de lignina (un polímero que forma parte de la pared celular de las plantas y las hace leñosas) en maíz Bt, efecto que ha sido constatado en distintas variedades. La tercera forma es que la proteína Bt induzca una respuesta inmunológica. Las alergias son respuestas complejas de nuestro sistema de defensas ante sustancias extrañas, y pueden variar de manera impredecible de un individuo a otro. Hay evidencia sólida de que dicha proteína ha provocado reacciones inmunológicas fuertes en algunas personas después de trabajar en el campo. El Dr. Schubert hace hincapié en que la dosis del alérgeno a la que han estado expuestos los agricultores en EEUU que han reaccionado de esa forma es mucho menor que la cantidad que ingeriremos los mexicanos si se aprueba el cultivo comercial del maíz Bt. Para corroborar este riesgo, cita un estudio de alimentación en cerdos, que tienen un sistema digestivo similar a los humanos. Después de cinco meses, se encontraron niveles dramáticos de inflamación estomacal en esos animales, y las hembras mostraron úteros más pesados que el grupo de control, formado por cerdos que no comieron maíz GM.

Una cuarta forma de causar daño es una toxicidad directa de la misma proteína Bt. Los estudios experimentales con roedores han mostrado que estos compuestos, en realidad una familia de proteínas, causan daños directos en algunos tejidos. Los ratones que fueron alimentados con papa Bt terminaron con una estructura anormal en sus células intestinales. En otros estudios, las ratas que se criaron con maíz Bt presentaron cambios patológicos en los tejidos de hígado y riñón, y cambios en los niveles de urea y proteínas en la orina cuando consumieron arroz Bt. Las particularidades genéticas y el estado de salud de cada individuo determinan su respuesta a proteínas extrañas como la toxina Bt; el Dr. Schubert resalta que la heterogeneidad de la población mexicana por nuestra ascendencia étnica mixta, y por nuestras condiciones variables de acceso a la atención médica, hará imprevisibles las consecuencias del consumo de maíz Bt. Por ello no debe permitirse que se cultive este grano transgénico en nuestro país.

II. Los herbicidas

Además de producir toxinas Bt, la mayoría de los maíces GM han sido manipulados para hacerlos resistentes a los herbicidas; el más estudiado de éstos es el glifosato, por ser el ingrediente activo en muchos productos comerciales. Si el maíz transgénico es autorizado para cultivo en México, habrá un incremento drástico en el uso de este agroquímico en nuestro país, como sucedió en Estados Unidos, donde se incrementó diez veces entre 1996 y 2009. Otro tanto ocurrió en Argentina. Esto debe preocuparnos porque el glifosato perjudica a la salud humana, aunque sus productores lo nieguen. Como ha sucedido con otras toxinas ambientales, tuvieron que pasar varios años antes de que se pudieran identificar los daños que ocasiona: