La misteriosa desaparición de la gripe

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 28 de diciembre del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • Los CDC informaron que, desde el inicio de la pandemia, el porcentaje de muestras respiratorias que se enviaron para las pruebas de influenza que dieron positivo disminuyó de más del 20 % al 2.3 %
  • Señalaron que a pesar del cambio de temporada que se dio a partir del 18 de septiembre de 2020, las pruebas positivas de influenza “se han mantenido en niveles históricamente bajos (0.2 % versus 1 a 2 %)”
  • Además, se observó una reducción similar en todo el mundo, incluso en los países del hemisferio sur de Australia, Chile y África del Sur, que suelen servir como centinelas de la actividad de la influenza en los Estados Unidos
  • Las muertes por “COVID” que han reportado los CDC en realidad son la combinación de muertes por neumonía, gripe y COVID, que ahora se clasifican como neumonía, influenza, COVID (PIC, por sus siglas en ingles)
  • Pero la gripe no desapareció de forma misteriosa, sino que es muy probable que han cometido el error de clasificar los casos de gripe como COVID-19
  • Según los CDC, los casos de gripe comenzaron a disminuir en respuesta a “las medidas que se toman para reducir la transmisión del SARS-CoV-2”, pero la pregunta sería ¿por qué esas medidas funcionan para erradicar la gripe, pero no el COVID-19?

Con el COVID-19 en todos los titulares, todos se han olvidado que estamos en temporada de influenza (gripe). Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos rastrean semanalmente las muertes por influenza (gripe) y neumonía con el Sistema de Reportes de Mortalidad del Centro Nacional de Estadísticas de Salud (NCHS).

También crea una estimación preliminar de la carga de la influenza estacional, con base en las tasas brutas de hospitalizaciones por influenza confirmadas por laboratorio. Tales estimaciones tienen como objetivo dar una idea de cuántas personas se han enfermado o muerto a causa de la gripe en una temporada determinada.

“El 4 de abril de 2020 fue la última semana en que se proporcionaron estimaciones preliminares de la carga de influenza”, escribieron los CDC en su página web de la temporada de influenza 2019-2020 en Estados Unidos. La razón por la que las estimaciones se detuvieron en abril es porque los casos de gripe disminuyeron tanto que se volvió muy difícil rastrearlos. En una actualización que se publicó el 3 de diciembre de 2020, los CDC declararon:

“El modelo que utilizaron para generar las estimaciones preliminares de la carga de influenza durante la temporada utiliza datos de hospitalización por influenza de la temporada actual. Las hospitalizaciones por influenza que se reportaron son tan bajas en este momento que no se puede generar una estimación”.

También dijeron que “desde que comenzaron a hacer este tipo de estimaciones jamás habían registrado un estimado total de hospitalizaciones tan bajo a final de temporada”.

Mientras aumentan los casos de COVID se reducen las muertes por influenza

A finales del verano de 2020, comenzó el rumor de que el mundo podría sufrir “otra pandemia” pero ahora de influenza y COVID-19. Hasta el momento no ha pasado nada. En los Estados Unidos, los CDC informaron que, desde el inicio de la pandemia, el porcentaje de muestras respiratorias que se enviaron para las pruebas de influenza que dieron positivo disminuyó de más del 20 % al 2.3 %.

Señalaron que a pesar del cambio de temporada que se dio a partir del 18 de septiembre de 2020, las pruebas positivas de influenza “se han mantenido en niveles históricamente bajos (0.2 % versus 1 a 2 %) influenza en los Estados Unidos, y que del 29 de septiembre de 2019 al 29 de febrero de 2020 y del 1 de marzo al 16 de mayo de 2020, notaron una disminución del 98 % en la actividad de la influenza.

Además, se observó una reducción similar en todo el mundo, incluso en los países del hemisferio sur de Australia, Chile y África del Sur, que suelen servir como centinelas de la actividad de la influenza en los Estados Unidos.

Las tres áreas tuvieron una actividad de influenza muy baja durante junio a agosto de 2020, que es su temporada alta de influenza. De abril a julio de 2020, solo se detectaron 33 resultados positivos de influenza en Australia; 12 en Chile; y seis en Sudáfrica, lo que dio un total de 51 pruebas positivas. A modo de comparación, durante abril a julio de 2017 a 2019, se registraron 24 512 muestras positivas de influenza.

Al principio se pensó que esta disminución tan marcada en la actividad de la influenza se debía a que se realizaron menos pruebas, lo que probablemente se debió a que las personas con síntomas respiratorios se realizaron la prueba del COVID-19 en lugar de la prueba de influenza. Sin embargo, según los CDC, los funcionarios de salud pública hicieron un esfuerzo concertado con el fin de realizar pruebas para detectar influenza, y que a pesar de que se realizaron varias pruebas, se detectaron muy pocos casos de personas infectadas con este virus.

Mientras que, en Australia, esta temporada analizaron “más muestras de influenza” de lo habitual, detectaron muy pocos casos de influenza. Entonces, ¿qué pasó con la gripe?

El rastreo que hacen los CDC combina muertes por COVID, gripe y neumonía

Las muertes por “COVID” que han reportado los CDS en realidad son la combinación de muertes por neumonía, gripe y COVID, que ahora se clasifican como neumonía, influenza, COVID.

Su página web COVIDView, que proporciona un resumen del rastreo semanal de la actividad de COVID-19 en Estados Unidos, afirma que desde septiembre de 2020 aumentaron los niveles de SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19 y las “enfermedades asociadas”, mientras que a partir de octubre aumentó el porcentaje de muertes por neumonía, gripe y COVID-19.

Como señaló el profesor William M. Briggs, consultor estadístico y asesor de políticas del Heartland Institute, un grupo de expertos del libre mercado, “Hasta julio de 2020, los CDC contaban las muertes por gripe y neumonía por separado, siempre lo habían hecho de esta manera, pero misteriosamente dejaron de hacerlo… Se ha vuelto muy difícil diferenciarlas”, refiriéndose al rastreo combinado de muertes por “PIC”. Incluso utilizan el PIC para afirmar que los casos están por encima del umbral epidémico:

“Según los datos del certificado de defunción, para la semana 49, el porcentaje de muertes a causa de PIC fue del 14.3 %, que se mantiene por encima del umbral epidémico.

Los porcentajes semanales de muertes a causa de PIC aumentaron durante siete semanas desde principios de octubre hasta mediados de noviembre y se espera que aumenten en las últimas semanas a medida que se presenten datos adicionales. También se espera que aumenten las tasas de hospitalización a medida que se presenten datos adicionales”.

¿Cómo influyeron el uso de cubrebocas y el confinamiento en las tasas de gripe?

Pero una teoría es que la gripe no desapareció de forma misteriosa, sino que han cometido el error de clasificar los casos de gripe como COVID-19. Otra teoría se centra en la interferencia viral, que es el fenómeno en el que una célula infectada por un virus se vuelve resistente a otros virus; es decir, las células rara vez se infectan con más de un virus, por lo que COVID-19 hace que la influenza desaparezca.

Sin embargo, dado que el COVID-19 es un virus tan novedoso y, según se informa, solo una minoría de la población ha estado expuesta, la otra parte de la población aún corre el riesgo de contraer influenza.

Según los CDC, los casos de gripe comenzaron a disminuir en respuesta a “las medidas que se toman para reducir la transmisión del SARS-CoV-2”. En otras palabras, creen que los casos de gripe disminuyeron gracias al uso de cubrebocas, distanciamiento social y confinamiento.

El 18 de septiembre de 2020 publicaron su reporte semanal de MMWR en el que afirman: “En los Estados Unidos, la circulación del virus de la influenza disminuyó de forma significativa después de dos semanas de declarar estado de emergencia por COVID-19 e implementar las medidas comunitarias para mitigar el virus que incluyeron cerrar escuelas, implementar distanciamiento social y utilizar cubrebocas, aunque el momento exacto varía según el lugar”.

Pero una vez más, este tipo de declaraciones deja más preguntas que respuestas y la principal es, ¿por qué esas medidas funcionan para erradicar la gripe, pero no el COVID-19? Básicamente, los dos virus se propagan de la misma manera. Como lo expresó el periodista científico irlandés Peter Andrews en RT:

“Quieren que creamos que la gripe desapareció gracias a las medidas que se implementaron para combatir el Covid como el uso de cubrebocas, distanciamiento social y confinamiento.

Según todos están de acuerdo con esto. Pero, si estas medidas han sido tan efectivas contra la gripe, que nos ha afectado durante miles de años, entonces ¿por qué los casos de Covid siguen en aumento? ¿Podría el cubrebocas ser efectivo para un virus, pero no para el otro?

Los defensores de esta teoría tienen una explicación. Afirman que el Covid es más contagioso que la gripe. Tiene un ‘período de incubación’ más largo que el de la gripe, y su ‘tasa R’ es tres veces mayor que la de la gripe. Pero incluso si todo esto fuera cierto, aún queda una pregunta sin respuesta ¿por qué la gripe desapareció por completo?”

Problemas con el confinamiento

Cuando se le preguntó a Briggs si creía que el confinamiento había ayudado a terminar con la gripe, contestó “Para nada. El confinamiento solo provoca que la gripe se propague… Aislar a las personas sanas es una locura”. Briggs cree que el confinamiento solo aumenta los casos de infección porque el virus se propaga más rápido cuando las personas están en espacios cerrados, muy cerca las unas de las otras, sin flujo de aire.

También señaló que el confinamiento no ha servido de nada y que la ciudad de Nueva York es un ejemplo de ello. En abril de 2020, en la ciudad de Nueva York, la tasa de mortalidad por COVID-19 superó las 50 muertes por millón al día, a pesar de que en marzo se implementó el confinamiento obligatorio. El estado ordenó a los asilos de ancianos aceptar a pacientes con COVID-19 hasta el 10 de mayo que fue cuando se revirtió esta orden, pero para entonces el virus había cobrado una factura muy alta en sus residentes.

“Al facilitar la transmisión del virus de los hospitales a los asilos de ancianos, se maximizó la tasa de propagación entre la población de personas de edad avanzada y se puso en duda cualquier posible beneficio del confinamiento entre la población joven y sana”, dijo el Dr. Gilbert Berdine, profesor asociado de medicina en el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Tecnológica de Texas.

Entonces, no se sabe si el distanciamiento social y el uso de cubrebocas promueven o combaten la gripe

Los CDC quieren aprovecharse del número misteriosamente bajo de casos de gripe de esta temporada para sugerir que utilizar cubrebocas, cerrar las escuelas e implementar distanciamiento social podría convertirse en la estrategia principal para hacerle frente a la temporada de gripe cada otoño:

“Si se siguen implementado estas medidas durante el otoño, la actividad de influenza en los Estados Unidos podría permanecer a la baja, por lo que la temporada de gripe podría retrasarse o incluso mitigarse. En el futuro, algunas de estas medidas comunitarias podrían implementarse durante las epidemias de influenza para reducir la transmisión, en especial entre las poblaciones con mayor riesgo de desarrollar enfermedades graves o complicaciones”.

Y a pesar de que afirman que esta temporada los casos de gripe son casi inexistentes y que las medidas que implementaron para combatir el COVID-19 han ayudado a frenar su propagación, aún recomiendan vacunarse contra la influenza, “en especial esta temporada”.

“Dado a que el virus del COVID-19 y la incertidumbre de las medidas comunitarias para combatirlo son temas muy recientes, es importante controlar la influenza en los Estados Unidos, en especial durante el otoño y el invierno. Vacunar contra la influenza de todas las personas de ≥6 meses sigue siendo el mejor método para prevenir la influenza y se ha vuelto aún más importante esta temporada en la que el SARS-CoV-2 y el virus de la influenza puede circular”.

Pero si quiere ser proactivo, es importante recordar quelas vacunas contra la gripe son controversiales y sus probabilidades de contraer influenza después de vacunarse siguen siendo superiores al 50/50 en un año determinado.

Por ejemplo, según los datos de los CDC, la eficacia de la vacuna contra la influenza estacional en la temporada 2017-2018 contra la “infección por los virus de la influenza A y B relacionadas con una enfermedad respiratoria aguda asistida por un médico”, fue solo del 36 %. Mientras tanto, ya sabemos que optimizar los niveles de vitamina D es una gran estrategia, no solo para combatir el COVID-19 sino también la influenza.