La herbolaria ayuda a entender el cuerpo y propicia empatía con el mundo exterior: Guzik

Por Ana Mónica Rodríguez, La Jornada, 13 de junio de 2014

El investigador participó en las actividades paralelas a la exposición Nocivos festines

La salud y el entendimiento del cuerpo fueron los temas de la conversación de Ariel Guzik, investigador de expresiones de la naturaleza, la noche del miércoles en la Casa del Lago Juan José Arreola.

Guzik describió sus estudios y aprendizaje sobre las técnicas de la herbolaria y la iridología para ejemplificar cómo influyen en beneficio y compresión de la salud, así como para entender las enfermedades y patologías.

La charla Reflexiones y discusión ante un umbral transbiológico se realizó dentro de las actividades paralelas de la exposición Nocivos festines: procesos alimenticios en la sociedad contemporánea que terminará en agosto en ese centro cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México, ubicado en el Bosque de Chapultepec.

Perjuicios de los dulces en niños

Luego de una enfermedad que padeció hace más de dos décadas, explicó Guzik, comprendió que la práctica de la medicina herbolaria pudiera ser paralela al proceso de aprendizaje y para entender el cuerpo, además de que se puede crear una empatía y afinidad con el mundo exterior.

Para esta técnica curativa ancestral tuvo la asesoría de un maestro yucateco maya que lo introdujo y le enseñó las bondades de la herbolaria.

De la iridología, señaló que se adentró en estos estudios porque pensó: Si esta técnica es una aproximación real al cuerpo, mi vida y enfoque cambiarían radicalmente, al igual que mi visión del cuerpo y la salud.

Después, agregó, comencé a indagar más sobre la iridología, técnica que se fundamenta en una virtud maravillosa de los ojos, los cuales son lo primero que se gesta en el embrión y, a la vez, son una especie de trama por la que ingresa la luz al cuerpo. Es decir, puntualizó, el iris revela el estado de salud de quien se observa.

El iridólogo y herbolario ilustró cómo los dulces y el azúcar dañan la salud de los niños con productos que se ofrecen en las más extrañas e insólitas presentaciones, formas, sabores y colores.

Los niños son un tema muy crítico y la observación de lo que pasa con ellos me dirige a un nivel muy alarmante y, para no ponerme en una posición muy extrema, diría que es una preocupación en torno a su salud, crisis y patologías.

Los dulces, estos productos que se venden industrialmente, son –según explicó con diversos ejemplos– fuentes de energía negativa que son perjudiciales para la salud y la nutrición.