La batalla por el maíz

El Non GMO Project reconoce a las marcas que ofrecen alimentos verificados libres de OGM, para que así el consumidor decida libremente, ya que en Estados Unidos, como en México, debido a presiones de la industria el etiquetado de OGM no es legal.

Esteban Jaramillo, directivo de Minsa, afirma que en el norte de México no se sufren problemas en la producción de maíz, la zona donde especialmente se quiere cultivar MMG.

“Es muy importante lo que se defina sobre el tema de transgénicos. Uno de los principales estados productores de Estados Unidos es Iowa, que tiene un rendimiento de 10.3 toneladas por hectárea. En Estados Unidos el 95-97% del maíz que se produce es transgénico.

Pero si observamos Sinaloa, sus rendimientos son de 10.6 toneladas por hectárea, mayor que el de Iowa, con híbridos, riego… y sin usar transgénicos”.

La superficie sembrada total de maíz se ha mantenido, pero los rendimientos han crecido. En 1990 se produjeron 14.6 millones de toneladas, y en 2009-2012 más de 20 millones. Sinaloa es el maicero de México, cultivando maíces híbridos y ofreciendo el 25% de la oferta nacional. Sus grandes planicies con riego son excepcionales.

Los pequeños productores siguen cultivando maíces criollos, porque los híbridos no producen en las condiciones orográficas del centro y sur del país, como las faldas de cerros. Jaramillo dice que se ha dialogado con el gobierno sobre la reforma en el campo y los OGM, “pero nosotros como empresa manufacturera del maíz nos vamos hacia lo que quiera el consumidor, desde hace un año hemos tenido un crecimiento importante de clientes de la industria de alimentos que nos han pedido ya certificado de ‘GMO free’ [libre de transgénico] para nuestra harina.

Nos dicen, entre lo que se decide esto yo quiero mi harina GMO free. Es una tendencia que ha ido creciendo, empezó el año pasado [2013], pero en este año en cada embarque nos piden certificados de GMO free”.

Sobre el futuro es optimista acerca de la tendencia: “tenemos seis plantas en México. Estamos preparándonos para la tendencia GMO free. Tenemos ya dos plantas certificadas GMO free, Ramos Arizpe, Coahuila, y Mochis, Sinaloa, está en proceso.

Las demás se evalúa certificarlas si vemos que la tendencia GMO free crece, que sin duda crecerá”.

Cada vez más estados y condados, desde Vermont en el este a la isla Maui en Hawai, han pasado leyes que obligan el uso de etiquetado que informa de ingredientes OGM o prohíben el cultivo de OGM.

En el mundo 64 países exigen etiquetado de ingredientes OGM, desde Japón al Reino Unido, Francia, Alemania, Brasil… ¿Por qué no México? Varios entrevistados confirman que Cofepris se ha plegado al dictado de la FDA, pero la FDA ya está en problemas.

Ha sido enfrentada por decenas de juicios —incluido uno con la mexicana Gruma— a definir si un producto con OGM se puede etiquetar como “natural”, como lo permite Cofepris en México, pero no ha querido responder a los jueces.

Hasta la capitalista revista Forbes1 ha afirmado que es hora de que las empresas de transgénicos y de alimentos se rindan y permitan etiquetado transparente, es el consumidor quien debe elegir, no ellas.

La industria biotecnológica afirma que 2015 es un año clave, ya que espera ganar el proceso legal contra las organizaciones ciudadanas y por fin sembrar maíz transgénico en todo el país, y además espera que el gobierno federal presente su reforma para el campo, donde confía se le privilegie.

En lo foros de consulta que hizo la Sagarpa en el verano de 2014 ya sucedió: la Conabio no fue invitada. Sin embargo, a pesar de lo que afirma AgroBio (agrupación de las empresas transgénicas), Bolívar Zapata piensa que es falsa la premisa de productividad que venden las empresas acerca de sus semillas GM.

“No se han buscado rendimientos con el maíz genéticamente modificado, se ha buscado reducir la concentración de insecticidas…”. Repito lo que afirma la industria: en el maíz se ha buscado mayor rendimiento, y responde el coordinador de Ciencia de Peña Nieto: “no señor, no se ha buscado mayor productividad. Las plantas no están diseñadas para mayor productividad”.

Y tiene razón, cultivar maíz transgénico puede tener todo el sentido de negocio para la producción quizá en África, pero el doctor Antonio Turrent, con más 50 años de investigación agronómica, afirma que el maíz transgénico no servirá al país: sólo puede usarse en terrenos de riego, no para el cultivo de temporal, el mayoritario.