Guatemala: Chiquita Otra Marca Explotadora
De La Gran Estafa, de Radio Mundo Real
En algunos países centroamericanos parece que el tiempo no transcurre: las compañías fruteras de Estados Unidos que operan en Guatemala, por ejemplo, hacen sus negocios con la misma impunidad que gozaron durante buena parte del siglo XX, y siguen sin tomar en cuenta que en ese país existe una legislación laboral vigente.
Así lo denunciaron seis sindicatos guatemaltecos del sector integrados por trabajadores de la empresa Cobigua, subsidiaria de la multinacional Chiquita Brands, que es el nombre que adoptó la tristemente célebre United Fruit Company.
Los trabajadores cargan contra las patronales por sus “graves y permanentes” violaciones de los derechos laborales, y por las amenazas de muerte que han recibido dirigentes sindicales y campesinos en estas últimas semanas.
Uno de los casos más paradigmáticos es el de Leonel Pérez Lara, integrante del Consejo Político del Movimiento sindical, indígena y campesino guatemalteco (MSICG), que desde el 5 de abril –cuando comenzaron las denuncias- ha recibido advertencias por parte de desconocidos.
Estas alertas se suman a una situación por demás compleja: desde enero de 2007 hasta la actualidad 43 sindicalistas y dirigentes campesinos han sido asesinados por elementos paramilitares vinculados a las empresas privadas y el Estado.
Los sindicatos guatemaltecos han denunciado esta situación ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y piden la solidaridad de otros organismos internacionales.
El secretario general de la Confederación Sindical Internacional (CSI), Guy Ryder, le envió una carta al presidente Álvaro Colom -con copia a las multinacionales fruteras- para que interceda ante los empresarios y les exija “respeto cabal” de los derechos sindicales y laborales.
Según informó el sitio de la CSI, los trabajadores de Guatemala denuncian que los representantes locales de Chiquita amenazan en forma permanente con cerrar sus centros de trabajo en caso de que se adopten medidas gremiales.
La United Fruit está relacionada con algunos de los capítulos más trágicos de la historia de Centroamérica. Su influencia en las altas esferas del gobierno de Estados Unidos, y en la Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en inglés) contribuyó al derrocamiento del presidente guatemalteco Jacobo Arbenz Guzmán, luego que éste impulsara en 1954 una ley de expropiación de grandes latifundios para destinar esas tierras a la reforma agraria.