Esta bebida popular podría ser casi tan dañina para su salud como la soda

Publicado Por Dr. Mercola, octubre de 2012

El Dr. Richard Johnson es el jefe de la división de enfermedades renales e hipertensión en la Universidad de Colorado y autor del libro The Sugar Fix, uno de los mejores libros en el mercado sobre los peligros de la fructosa.

Al ser uno de los médicos en la vanguardia sobre la investigación del metabolismo del azúcar, su enfoque se centra en cómo el exceso del azúcar en la alimentación estadounidense – sobre todo fructosa – está causando obesidad, hipertensión, diabetes, y una serie de otros problemas de salud.

La respuesta a la pregunta del título es el jugo de fruta. Pero antes de explicar por qué el jugo de fruta puede ser tan dañino para su salud como lo es la soda, permítame darle alguna información como respaldo.

La fructosa, por un gran número de razones, se ha convertido en una de mis pasiones más recientes sobre la salud. En realidad no es bien comprendido cuán penetrante es la influencia negativa del azúcar en la salud de las personas, pero aún más importante, es algo que fácilmente puede cambiar, al influir en la industria alimentaria para remplazarlo con algo más saludable.

Uno de los principales investigadores en este campo es Richard Johnson, MD, quien es el jefe de la división de enfermedades renales e hipertensión en la Universidad de Colorado. Yo anteriormente entreviste al Dr. Johnson sobre su investigación sobre los peligros para la salud de la fructosa, específicamente la manera en que la fructosa causa presión arterial alta, obesidad y diabetes.

Aquí continuamos con esta discusión, y el doctor Johnson también comparte nuevos detalles de la investigación en la que ha estado involucrado desde la última entrevista.

Una parte interesante es que al final de esta entrevista, me quedé gratamente sorprendido al saber que él había revisado algunos de mis artículos sobre la fructosa al momento en que decidió investigar este tema.

Realmente me dio mucha alegría saber que todo el duro trabajo y el esfuerzo que he realizado durante los años, estaba marcando una diferencia, no sólo al crear gente saludable, sino al motivar a que científicos de alta integridad hagan lo correcto.

Vale la pena señalar que el Dr. Johnson en realidad promociona la Splenda en su libro, The Sugar Fix, el cual fue escrito antes de que nosotros nos conociéramos, pero recientemente le envié mi libro Sweet Deception, que describe muchos de los peligros de los endulzantes artificiales. Él es un verdadero médico y estaba dispuesto a revisar el material y actualizar sus conocimientos sobre el tema.

No hay muchos médicos en el área con este tipo de integridad. Respeto mucho al Dr. Johnson y creo que él es un hombre bien intencionado.

No es frecuente que un investigador de la salud pueda abrirme los ojos a un factor de riesgo para la salud completamente nuevo, como lo hizo con el ácido úrico y la fructosa, siempre estaré agradecido por eso y por su disposición para que nos ilumine en estas entrevistas.

El ácido úrico como marcador de toxicidad de la fructosa

Uno de los hechos sorprendentes discutidos en nuestra primera entrevista fue como el impacto perjudicial de la fructosa es encontrada en los niveles de ácido úrico. Parece como si ese proceso fuera esencial para el daño que causa la fructosa, y de hecho es un excelente marcador para la toxicidad de la fructosa.

De acuerdo con las últimas investigaciones en esta área, el rango de ácido úrico seguro es entre los 3 y 5.5 miligramos por decilitro, y parece haber una relación estable entre los niveles de ácido úrico, la presión arterial y el riesgo cardiovascular, incluso en un rango menor de 3 a 4 mg/dl.

El Dr. Johnson sugiere que el nivel ideal de ácido úrico es probablemente alrededor de 4 mg/dl para los hombres y 3.5 mg/dl en las mujeres.

Esto es en realidad el único marcador bioquímico importante, necesario a optimizar en mi vida en este momento, lo que probablemente sugiere que soy particularmente sensible al consumo de fructosa y que es mejor para mí mantener los niveles tan bajos como sea posible.