En Cabo Pulmo sólo es viable un ecoturismo rústico: pobladores

Para Cabo Cortés –proyecto cancelado el 15 de junio por el Poder Ejecutivo– estaban planeados 30 mil cuartos de hotel y habitacionales, misma cantidad con que cuenta Cancún, así como dos campos de golf y una marina de 490 posiciones.

Si se hubiera construido Cabo Cortés, aquí habría una ciudad. Y ya hemos visto qué pasa en Los Cabos y San José, donde las viviendas de trabajadores no tienen servicios. La vida allá está muy correteada, se pelean por el trabajo. Aquí estamos muy tranquilos. Nuestra calidad de vida es muy buena. Es algo que no queremos perder, señala Paco Castro, quien trabaja en un negocio de buceo.

Ese Cabo Cortés ya murió, puede venir otro proyecto, pero ya saben a qué le tiran. Tiene que ser turismo rústico, no ese que viene a jugar golf al desierto, donde no hay agua y desperdician miles de litros al día para regar sus campos.

Los habitantes de poblados vecinos no entendían su rechazo al proyecto y les pedían que dejaran su lucha; muchos vendieron sus tierras a Hansa Baja, la cual no les había pagado y compraron camiones de volteo, pensando que serían requeridos por los constructores. Ahora se quedaron con camiones, endeudados y sin trabajo. A cambio de empleos temporales en la fase de construcción se ponía en riesgo el parque nacional, dicen los cabopulmeños.

El arrecife es el tesoro que tenemos aquí, dice Cira Cruz, quien atiende la tienda de Diconsa. El principal problema, como en toda la región del desierto, es el agua, se queja. Una vez a la semana llega la pipa, pero no siempre alcanza para todos los habitantes. Cada día, para la preparación de los alimentos de una familia de cinco personas, se utilizan dos garrafones de 20 litros.

Aquí los habitantes viven del ecoturismo, ya sea de los paseos que ofrecen los buzos por los arrecifes o de los restaurantes y pequeños hoteles. La temporada de octubre a diciembre del año pasado ha sido de las mejores.

Estamos decepcionados de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el presidente Calderón canceló, el proyecto Cabo Cortés, pero hubo quien lo autorizó, lamenta. Ahora debe investigarse a quienes lo avalaron y estaremos pendientes de que no se vuelva a dar luz verde a otro plan como ése, agrega.