El Rancho de Carbono: La Lucha contra El Cambio Climático; Un Acre a La Vez

Para los efectos de un rancho de carbono, el tema de las emisiones de metano es sólo una parte de la evaluación general de la “huella”. El objetivo de una evaluación del ciclo de la vida es medir el uso de energía y las emisiones de una operación para que pueda reducirlos con el tiempo. Últimamente, la meta es llegar a ser “neutro en carbono” o, de manera ideal, “negativo” – es decir, la cantidad de CO2 secuestrado es mayor que la huella del carbono en el rancho.

2) La producción de energía renovable. Todo lo que un rancho de carbono puede hacer para producir energía in situ ayudará a equilibrar su consumo energético y podría reducir la dependencia general de la economía en los combustibles fósiles. Esto incluye parques eólicos y solares, la producción de biodiesel a partir de ciertos cultivos en el sitio para su uso en vehículos del rancho; la biomasa para los proyectos co-generativos (esto es especialmente atractivo si se utilizan los restos de madera que se quitan del rancho de todos modos.); sistemas de uso doméstico micro-hídrico, micro-eólico y solar; y otras tal vez aún no realizadas alternativas de energía renovable.

3) Participar en la economía local. Un rancho de carbono debe considerar cuidadosamente su impacto en la “huella” de la economía mayor. ¿Sus productos viajan largas distancias, o de otra manera quema grandes cantidades de combustibles fósiles? Lo mismo vale para los visitantes, propietarios y empleados del rancho. ¿La participación en una economía local – en aspectos de la alimentación, recreación, y energía – aumenta o reduce la huella global del rancho? ¿De qué otras maneras puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel local o regional? Por ejemplo, se acepta generalmente que la participación en un mercado local de alimentos, donde las distancias entre el productor y el consumidor son cortas, reduce considerablemente la huella fósil de un rancho. Existen algunas investigaciones contradictorias sobre este punto. En mi opinión, las cuestiones técnicas de la comparación de sistemas locales vs. mundiales de alimentos, en cuanto a las distancias recorridas por los alimentos son en gran parte neutralizadas por la gran variedad de co-beneficios que trae la comida local en términos económicos y ecológicos. Esto se discutirá en la próxima sección.

4) El problema de las compensaciones. En los últimos años, los esfuerzos para obtener beneficios económicos o incentivar el secuestro de carbono se han centrado en la creación de un mercado de carbono con los llamados créditos de carbono que se pueden comprar o intercambiar para compensar las emisiones de carbono de una entidad contaminante. Este mercado en general requiere un “tope” en el total de las emisiones de carbono, ya sea regional o nacional, de modo que un “valor” o precio puede ser colocado en los propios créditos. En otras palabras, si un contaminador excede su límite por un determinado porcentaje, entonces se puede comprar o intercambiar un crédito de carbono que haga que sea de nuevo en cumplimiento. Esta idea de control e intercambio fue el corazón del proyecto de ley “Waxman-Markey” aprobado por la Cámara de Representantes de EE.UU. en 2009, un proyecto de ley que trató de confrontar al cambio climático mediante el fomento de los mercados privados.

Sin embargo, muchos observadores – me incluyo – se han vuelto cada vez más escépticos del concepto de compensación a escala regional o nacional. Las objeciones son:

-Necesitamos una reducción real neta de CO2 en la atmósfera, no sólo la compensación

neutralizadora de un contaminante por un “secuestrador”.

-Hay implicaciones morales y éticas al permitir que los contaminadores se rediman con las compensaciones, parecida a la forma en que los nobles medievales compraban indulgencias de la Iglesia por sus pecados (para una poderosa parodia de esta situación, ver www.cheatneutral.com, donde los adultos infieles pueden comprar compensaciones de parejas monógamas para que puedan seguir siendo infieles).

-No es realista esperar que el mismo sistema que creó el problema del clima – es decir, nuestra economía actual y concretamente el sector financiero – pueda resolver este problema y hacerlo con las mismas herramientas. Además, no está bien que Wall Street pueda beneficiarse de un problema que ayudó a crear.

-En los mejores casos, las compensaciones pueden ser ilusorias; en el peor, son fraudulentas – por lo tanto, ponen en peligro todo el propósito de la idea. Esta preocupación se refleja en un informe de investigación del Christian Science Monitor publicado el 20 de abril de 2010, titulado “Buying carbon offsets may ease eco-guilt but not global warming” (“La compra de compensaciones de carbono puede aliviar la eco-culpa, pero no el calentamiento global”) . [19] La investigación encontró que las personas que compraban las compensaciones recibían “promesas vagas en lugar de las reducciones de gases de efecto invernadero que esperaban”.