El maíz mexicano, en peligro

Por Fernando A. Sesma Villalpando, La Jornada de Oriente, 22 de noviembre de 2012

Diversos escritores han advertido a sus lectores de siluetas amenazantes en contra de sus personas, entre otras los Jinetes de la Apocalipsis, representados por la guerra, la muerte y el hambre, todas de fatales consecuencias en los lugares donde aparecían.Si en México todavía no estamos padeciendo el impacto del hambre no estamos lejos de sufrirlo, a pesar de las importaciones de grandes básicos, debido a la devastación ocasionada por el neoliberalismo en el campo. Hoy no sabemos con exactitud hasta cuándo podrán mantenerse las cuantiosas sangrías al erario del país ocasionadas por las elevadas compras al exterior de volúmenes crecientes de alimentos.

El campo mexicano, antaño orgulloso de ser un productor de primer nivel, sobre todo de maíz, hoy languidece debido al gran descuido a que lo tiene sometido el incomprensible desprecio por parte del gobierno de Felipe Calderón, y de los rapaces “empresarios” que lucran con las importaciones y el intermediarismo que encarece la alimentación popular.

El maíz descubierto en tierras americanas, en el valle de Tehuacán, ha sido durante mucho tiempo base de la alimentación de los mexicanos, sin embargo, en estos tiempos de gobiernos neoliberales ha dejado de cultivarse y un último obsequio que desea hacerles el señor del “empleo y metas alcanzadas” a las apocalípticas empresas transnacionales de alimentos encabezadas por Monsanto, Dow y DuPont, es autorizarles la siembra de maíz transgénico.

En efecto, dichas empresas pretenden sembrar en nuestro país, 2 millones 500 mil hectáreas con maíz transgénico, intento denunciado por la “Unión de Científicos con la Sociedad”, para prevenirnos de este deshonesto acto del servicial presidente. Una mancha más al tigre –señala el refrán popular– no se nota, y los despropósitos han sido tantos que éste, en particular, podría pasar desapercibido, pero es preciso impedirlo.

Faltan pocos días para que concluyan los doce años de rapaces gobiernos neoliberales panistas y el balance ofrece resultados desoladores: incremento de la violencia –con sus terribles secuelas en varias ciudades del país; pérdida de soberanía, lo mismo alimentaria que territorial; aumento de la deuda interna y externa; corrupción en todos los niveles de gobierno; retrocesos significativos en educación, aunque desafortunadamente lo que está por venir, no promete nada bueno.