El maíz mexicano en manos de las transnacionales

No obstante, la crisis del campo afecta también a las ciudades, porque como alerta esta experta: “Uno de los problemas más serios de la crisis alimentaria va a estar en los enormes cinturones de miseria en las grandes ciudades”.

Cobra sentido entonces el lema “Salvemos al campo para salvar a México”, coreado por los movimientos ‘El campo no aguanta más’, en 2003, y ‘Sin maíz no hay país’, surgido en 2007 al calor de la crisis.

¿Cuál es la solución? Para las más de 300 organizaciones campesinas, indígenas y sociales que integran este movimiento, la solución pasa por excluir al maíz y a otros productos sensibles de la agricultura, como el frijol, del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

La piedra angular de sus reivindicaciones es la soberanía alimentaria y el fortalecimiento del pequeño campesinado como productor y depositario de la producción nacional de alimentos para fortalecer la seguridad alimentaria del país. “Se debe cambiar la política agroalimentaria en México. Es una decisión de Estado y el TLCAN ha demostrado que es el fracaso de un modelo de relación entre dos países en función de los intereses de las corporaciones. Debe cambiar el capítulo agroalimentario, y en particular el del maíz”, afirma Víctor Suárez.

“El monopolio que hay en el mercado de semilla de maíz se lo debemos al TLCAN; el hecho de que México se haya alejado del grano se lo debemos a este tratado. El hecho de que si no hay quien nos venda maíz, tenemos inestabilidad social, se lo debemos al TLCAN”, opina Antonio Turrent. “Creemos que el Estado debe volver a tomar su función de regulación y proteger a la agricultura campesina”, propone Ana de Ita.

Además, el cambio climático endurecerá aún más la situación de la producción de alimentos, pues de acuerdo a un informe de Naciones Unidas, México es especialmente vulnerable y experimentará un aumento en la intensidad de los fenómenos meteorológicos. Según explicaban los expertos, sólo las razas nativas de maíz y su variabilidad garantizarán que se pueda hacer frente a esta amenaza. “Si perdemos la biodiversidad, no tenemos ninguna garantía de que la ciencia vaya a enfrentar con éxito los problemas que vienen con el cambio climático”, explica Antonio Turrent. De no tomarse ninguna de estas medidas, Víctor Suárez alerta sobre el futuro del país:

“México pasaría de una crisis alimentaria a la catástrofe alimentaria. Tendremos un país de malnutridos y con gran inestabilidad política y social”.