El gran reinicio y la reconstrucción

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 05 de febrero del 2021.

HISTORIA EN BREVE

  • Las principales figuras políticas y los líderes de las grandes tecnologías utilizan la frase de que la pandemia de COVID-19 brindó una oportunidad para ‘reiniciar’ y ‘reconstruir’ todo de una forma mejor
  • El fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés), Klaus Schwab, difundió la idea del Gran Reinicio del cual la “reconstrucción” es una parte integral
  • La pandemia de COVID-19 se utiliza para justificar el movimiento, pero el plan no tiene nada que ver con la salud, en realidad quieren monitorear y controlar a largo plazo el mundo por medio de la vigilancia técnica
  • Al citar el desempleo causado por la pandemia, los niveles récord de deuda del gobierno global y los problemas de la economía mundial, Schwab advierte que la crisis del COVID-19 agudizará los problemas ambientales y las crisis sociales, como agravar la desigualdad
  • La solución de reinicio es “construir cimientos completamente nuevos para nuestros sistemas económicos y sociales”, a los que todas las personas se deberían adaptar, ya que la pandemia “demostró lo rápido que podemos hacer cambios radicales en nuestro estilo de vida”
  • La “reconstrucción” imagina un mundo atado a una identificación electrónica que se relaciona a su cuenta bancaria, registros médicos y con una identificación de “crédito social” que puede abarcar todas las facetas de su vida sin poseer bienes personales

Las principales figuras políticas y los líderes de las grandes tecnologías utilizan la frase de que la pandemia de COVID-19 brindó una oportunidad para “reiniciar” y “reconstruir” todo de una forma mejor. Pero ¿qué significa “reconstruir” todo de una forma mejor?

El fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés), Klaus Schwab, difundió la idea del Gran Reinicio del cual la “reconstrucción” es una parte integral.

“Existe una necesidad urgente de que las partes interesadas cooperen para manejar de manera simultánea las consecuencias directas de la crisis del COVID-19”, afirma el WEF en su sitio web de El Gran Reinicio. Así que WEF puso en marcha la iniciativa de El Gran Reinicio como un método para “mejorar el estado del mundo”.

Es una descripción idealista, pero en realidad no dice nada. La “Reconstrucción” es una especie de lema para el Gran Reinicio, y aunque se interpreta como una nueva iniciativa, es solo un cambio de nombre para los términos para tecnocracia y el antiguo “Nuevo Orden Mundial”.

Esta oligarquía de élite, está detrás de un plan tecnocrático que busca gobernar a la sociedad a través de la tecnología programada por científicos y automatizada por medio de inteligencia artificial, en lugar de políticos y líderes gubernamentales que se eligen por medio de la democracia.

El COVID-19 se utiliza para justificar la necesidad de “reconstruir” todo de una forma mejor

La pandemia actual se utiliza para justificar el movimiento, pero su propósito no está relacionado con la salud, sino con un plan a largo plazo para monitorear y controlar el mundo a través de la vigilancia técnica. Como escribió Schwab, “existen muchas razones para buscar un gran reinicio, pero la más urgente es el COVID-19”.

Al citar el desempleo causado por la pandemia, los niveles récord de deuda del gobierno global y los problemas de la economía mundial, Schwab advierte que la crisis del COVID-19 agudizará los problemas ambientales y las crisis sociales, como agravar la desigualdad Entonces ¿cuál es la solución? “Debemos construir cimientos completamente nuevos para nuestros sistemas económicos y sociales”. Por suerte, el lado positivo de la pandemia es que “demostró lo rápido que podemos hacer cambios radicales en nuestro estilo de vida”.

Esto será clave para “reconstruir” todo de una forma mejor, que imagina un mundo atado a una identificación electrónica que se relaciona a su cuenta bancaria, registros médicos y con una identificación de “crédito social” que puede abarcar todas las facetas de su vida. Schwab detalló tres componentes principales de El plan del Gran Reinicio:

1.Dirigir el mercado hacia “resultados más justos”: “con este fin, los gobiernos deben mejorar la coordinación (por ejemplo, en las políticas tributaria, regulatoria y fiscal), mejorar los acuerdos comerciales y crear las condiciones para una ‘economía de las partes interesadas’”.

También conocido como capitalismo colectivo, Forbes describió la economía de las partes interesadas como “la noción de que una empresa se enfoca en satisfacer las necesidades de todas sus partes interesadas: clientes, empleados, socios, la comunidad y la sociedad”.

La idea del capitalismo colectivo existe desde al menos 1932, y también fue respaldada por casi 200 directores ejecutivos de grandes corporaciones en agosto de 2019. Sin embargo, ahora se incluye como parte del Gran Reinicio.

“En un momento en que están disminuyendo las bases fiscales e incrementando la deuda pública, los gobiernos tienen un poderoso incentivo para llevar a cabo tal acción”, escribió Schwab. “Además, los gobiernos deberían implementar reformas muy esperadas que promuevan resultados más equitativos. Dependiendo del país, estos podrían incluir cambios en los impuestos sobre el patrimonio, el retiro de los subsidios a los combustibles fósiles y nuevas reglas que rigen la propiedad intelectual, el comercio y la competencia”.

Sin embargo, como señaló Forbes, las formas de capitalismo colectivo se probaron y fracasaron, ya que equilibrar las afirmaciones conflictivas de las partes interesadas era casi imposible y solo crearon una confusión masiva y menor rentabilidad. El fracaso de esta estrategia es lo que llevó a las grandes compañías a tratar de maximizar el valor para los accionistas.

2.Garantizar que las inversiones mejoren los objetivos compartidos: los objetivos compartidos, como la igualdad y sostenibilidad, deben estar en el centro de las inversiones gubernamentales y privadas, y en lugar de canalizar fondos de recuperación del gobierno y financiación de estímulo económico para “tapar las fallas del sistema antiguo,” se deben usar para “crear uno nuevo que sea más resistente, equitativo y sostenible a largo plazo”.

Schwab agregó: “Esto significa, por ejemplo, construir una infraestructura urbana ‘verde’ y crear incentivos para que las industrias mejoren su historial en métricas ambientales, sociales y de gobernanza (ESG por sus siglas en inglés)”. Todo suena muy bien, excepto, como informó Technocracy News en junio de 2020, “la utopía prometida tiene un precio: rompe nuestra libertad personal”.

Los sacrificios que se requieren no se aplican a los tecnócratas que dirigen el sistema, por lo que, en última instancia, el Gran Reinicio dará como resultado dos niveles de personas: la élite tecnocrática, que tendrán todo el poder y el gobierno sobre todos los activos, y el resto de la humanidad, que no tendrán poder, activos, ni podrán decir nada.

3.Aprovechar las innovaciones de la Cuarta Revolución Industrial: la Cuarta Revolución Industrial, que Schwab discutió desde el 2016, “se caracteriza por una fusión de tecnologías que difumina las líneas entre el ámbito físico, digital y biológico”.

En términos de gobierno, la Revolución traerá nuevos poderes tecnológicos que permitirán un mayor control de la población por medio de “sistemas de vigilancia generalizados y la capacidad de controlar la infraestructura digital”. En cuanto a sus efectos en las personas, Schwab escribe:

“La Cuarta Revolución Industrial, por fin, cambiará no solo lo que hacemos, sino también quiénes somos. Afectará nuestra identidad y todos los problemas relacionados con ella: nuestra privacidad, nociones de propiedad, patrones de consumo, el tiempo que dedicamos al trabajo y al ocio, y cómo desarrollamos nuestras carreras, cultivamos nuestras habilidades, conocemos gente y creamos las relaciones.

Nuestra salud se enfrenta a un cambio y se dirige a un yo “cuantificado”, y antes de lo que pensamos podría conducir a la mejora humana. La lista es interminable porque está limitada solo por nuestra imaginación”.

Es necesaria una mayor vigilancia para el reinicio

Esta reforma afectará todo, desde el gobierno, la energía y las finanzas hasta la comida, medicina, bienes raíces, policía e incluso la manera en la que interactuamos con nuestros semejantes. Parte de esto implica una mayor vigilancia, que ya se implementa en nombre de la salud pública.

Los pasaportes de vacunas son un ejemplo. Se introdujeron muy rápido como un subproducto de la pandemia de COVID-19, y se espera que estén “listos” durante la primera mitad de 2021.

Si esto tiene éxito, es probable que las personas necesiten obtener un certificado de vacunación en su teléfono que demuestre la fecha y el lugar de vacunación, así como el tipo de vacuna, para viajar o asistir a un evento, como un concierto.

WEF y el Proyecto Commons crearon Common Trust Network, que desarrolló la aplicación CommonPass que servirá como pasaporte de salud en un futuro. La aplicación permite cargar información como el resultado de una prueba de COVID-19 o un comprobante de vacunación, para generar un código QR que deberá mostrar a las autoridades.

La estrategia propuesta “para reabrir las fronteras” implica lo siguiente:

  1. Cada nación debe publicar sus criterios de salud para ingresar al país y utilizar un formato estándar
  2. Cada país debe certificar instalaciones de confianza que realicen pruebas de laboratorio de COVID-19 para viajar al extranjero y administrar las vacunas que se encuentran en el registro de CommonPass
  3. Cada país aceptará el estado de salud de visitantes extranjeros a través de aplicaciones y servicios creados en el esquema CommonPass
  4. Es necesario recopilar la información al momento de la muestra o la vacunación por medio de un estándar internacional
  5. El esquema CommonPass se integrará en los procesos de facturación, así como en reservaciones de vuelos y hoteles

Tarde o temprano, el esquema CommonPass se integrará con aplicaciones de salud personal que ya existen, como Apple Health y CommonHealth. Si desea viajar, se analizará su historial médico y se comparará con los requisitos de ingreso de un país, y si no los cumple, lo dirigirán a un centro de prueba y vacunas aprobado.

Sin embargo, todavía se plantean preocupaciones sobre la privacidad, razón por la cual se hace todo lo posible para que las personas no se enfoquen en el derecho a la privacidad. En los Estados Unidos también existe la Constitución que se interpone, razón por la cual incrementan los esfuerzos para socavarla, eludirla, ignorarla o anularla.

Los alimentos también sufrirán las consecuencias

Para quienes controlan recursos como los alimentos, el poder es ilimitado y el control del suministro de alimentos también es parte de la “reconstrucción”. WEF se asoció con el Foro EAT, que establecerá el proyecto político para la producción mundial de alimentos. El Foro EAT fue fundado por Wellcome Trust, que a su vez se estableció con la ayuda financiera de GlaxoSmithKline.

EAT trabaja con casi 40 gobiernos municipales en África, Europa, Asia, América del Norte y del Sur y Australia, y mantiene relaciones con empresas que imitan la carne como Impossible Foods, cofundada por Google, Jeff Bezos y Bill Gates.

Bill Gates, ya tiene más tierras agrícolas en Estados Unidos que cualquier otro agricultor privado, ya que compró un total de 97933.92 hectáreas, muchas de los cuales se consideran algunos de los suelos más fértiles del país, en los últimos años. Gates también es partidario de el Gran Reinicio, lo cual es curioso ya que toda su riqueza y tierras son lo opuesto a lo que promueve el Gran Reinicio.

A decir verdad, los tecnócratas adinerados no redistribuirán su propia riqueza durante el reinicio, sino que sus imperios financieros seguirán creciendo mientras el resto del mundo acepte renunciar a su privacidad y propiedad de todas las propiedades.

EAT desarrolló un plan alimenticio llamado “Planetary Health Diet” que se diseñó para toda la población mundial y que implica reducir el consumo de carne y lácteos hasta en un 90 %, y reemplazarlos con alimentos elaborados en laboratorio, junto con cereales y aceite.

No quieren que regresemos a la normalidad

Muchas personas en todo el mundo cuentan los días para que la pandemia de COVID-19 termine y la vida pueda volver a la normalidad. Pero el propósito mismo de “reconstruir” todo de una forma mejor es eliminar lo que alguna vez fue “normal” y reemplazarlo con algo diferente. De acuerdo con WEF, esto implica “reinventar el capitalismo”:

“Una verdadera forma de recuperarse del COVID-19 no se tratará de volver a armar las cosas como estaban: necesitamos ‘reconstruir’ y ‘restablecer’, si queremos tratar las vulnerabilidades sistémicas que la pandemia expuso.

Si no aprovechamos esta oportunidad para reconstruir, restablecer y reinventar en lugar de ‘volver a la normalidad’, los riesgos y vulnerabilidades sistémicas se acumularán, lo que hará que las siguientes crisis sean más probables y peligrosas.

A pesar de la tragedia, debemos aprovechar la pandemia de COVID-19 y asegurarnos de que se convierta en el catalizador de una transformación positiva de la economía global y acercarnos a un mundo en el que todos puedan vivir bien, dentro de los límites planetarios”.

Las señales de advertencia están por todas partes, para quienes deseen verlas por lo que realmente son: un esfuerzo sin precedentes para monitorear, modificar y controlar el comportamiento humano disfrazado de alivio pandémico.