El debate sobre el maíz transgénico

Hay otros hechos que deben ser considerados. Al menos desde 2009, se ha venido autorizando en México la liberación al medio ambiente del NK603, exactamente el mismo que está en el centro del debate citado. Se ha pasado de la etapa de análisis de riesgo, a la autorización (a Monsanto y otras empresas) de cientos de hectáreas en territorio nacional para el desarrollo de las fases experimental y piloto en estados como Sinaloa, Tamaulipas, Nayarit, Chihuahua, Coahuila, Durango, Sonora y Baja California Sur. Estos datos son públicos y pueden consultarse en la página de Internet de la Sagarpa.

Ante esto el gobierno mexicano no puede actuar como si nada estuviera pasando. Es necesario convocar a los expertos mexicanos a evaluar el trabajo del grupo europeo y fortalecer la investigación científica en el área de los OGM, con el fin de aprovechar sus beneficios, pero también para evitar los riesgos potenciales sobre la salud y el medio ambiente.

En mi opinión, si ante estos hechos se tuviera que tomar una decisión –y yo creo que debe tomarse–, si se empleara un criterio de tipo médico (y de acuerdo con la ley la Secretaría de Salud está facultada para hacerlo) debería actuarse con prudencia, y ante el riesgo de daños a la salud, deben suspenderse de inmediato las autorizaciones para la liberación de este tipo particular de maíz, y aplicar rigurosos sistemas de vigilancia y control sobre los campos de cultivo ya existentes, hasta en tanto no quede totalmente claro que no representan un riesgo para la salud humana.