El cambio climático multiplicará la violencia por todo el planeta

“Según el modelo climático, podemos encontrarnos con distintos escenarios de violencia en el futuro”, señala el investigador Fernando Valladares, ajeno al estudio de Science, revista que dedica un monográfico poco habitual al cambio climático y sus consecuencias. “En la mayor parte del planeta se esperan para 2050 cambios climáticos de dos, tres y hasta cuatro veces la desviación estándar, lo cual lleva a que en muchas regiones de Europa y América del Norte estos conflictos aumenten un 8% y un 28% respectivamente y que en muchas zonas tropicales de Asia, África y América estos conflictos aumenten más de un 12% y un 42% respectivamente”, explica Valladares, experto en los efectos del cambio climático del CSIC.

Millones de delitos violentos

Por ejemplo, cada año se cometen unos dos millones de delitos violentos en EEUU: un simple aumento del 8% supondría 160.000 atracos, asesinatos y violaciones más. Desde esta perspectiva, no es difícil imaginar el dolor que causaría que crezcan un 28% las guerras o las limpiezas étnicas en África o Asia. “Es muy interesante comprobar que aunque ciertos tipos de violencia como las guerras civiles son propias de países pobres y muy raras en países ricos, y los crímenes violentos, la violencia policial y los cambios bruscos de líderes son más propios de países ricos, al seguir todos los tipos de violencia unos patrones de respuesta al clima similares, dan como resultado unas proyecciones muy similares para las distintas regiones del planeta”, analiza Valladares.

“No hay duda de que los países pobres están en mayor riesgo”, asegura el investigador

¿Cuál es el mecanismo que provoca tal aumento de la conflictividad humana con los cambios climáticos? Esa es una de las dudas que aún no tienen respuesta concluyente tras este estudio, aunque los investigadores consideran plausibles buena parte de las que se apuntan en muchos de los trabajos analizados. El clima afecta a la economía, los mercados de trabajo, la capacidad de los estados para responder a los desafíos, provoca desigualdades, inestabilidad del precio (y del acceso) a la comida, grandes migraciones e incluso a la psicología y las capacidades cognitivas. ”Las investigaciones existentes han logrado establecer una relación causal entre el clima y los conflictos, pero no puede explicar plenamente los mecanismos”, reconocen Hsiang y el resto.

¿Cuáles son las causas?

Para explicarlo, los autores proponen que se inicien distintas vías de investigación abiertas gracias a las ineludibles conclusiones aportadas por este trabajo. Según explica Miguel, lo primero es prestar una mayor atención a los mecanismos que producen este impacto. “Hay varias explicaciones posibles y probablemente operan a diferentes escalas espaciales y temporales. Por ejemplo, cuando hace mucho calor, hay cambios en la neurofisiología de los individuos que los hace más predispuestos a la violencia. Así se explica, por ejemplo, que las tasas de crímenes violentos son más altos en los años y meses más calurosos”, razona este economista de Berkeley.

El clima afecta a la economía, la estabilidad de los estados, provoca desigualdades y hambrunas

“Otra clave es de tipo económico, en particular la agricultura. En los países menos desarrollados, donde una gran parte de la población depende de su propia producción agrícola de alimentos, las temperaturas extremas y las lluvias pueden causar estragos en sus cultivos. La desesperación resultante podría contribuir de forma importante a la violencia”, asegura.

Averiguar con precisión cuándo y dónde influye cada detonante será decisivo para la elaboración de respuestas políticas eficaces frente al calentamiento futuro.

En la agenda de los políticos

En ese sentido, los investigadores abogan por investigar cómo adaptar las sociedades a las altas temperaturas y las precipitaciones más variables. “Hemos demostrado en nuestro trabajo que la escasez de lluvia y el aumento de las temperaturas se asocian con un mayor riesgo de inestabilidad política en los países africanos. Una aplicación práctica de nuestros resultados sería que los donantes de ayuda externa vigilen más atentamente las condiciones climáticas en esos países e intervengan con proyectos estabilizadores en años de sequía, con el fin de evitar una escalada de conflictos políticos latentes”, afirma Edward Miguel.

Los donantes de ayuda deberían vigilar más atentamente los efectos del clima

En este sentido, el Panel Internacional sobre el Cambio Climático (IPCC) está ultimando su próximo informe sobre las consecuencias del cambio climático futuro, y muchos gobiernos en todo el mundo están preparando sus propias reformas de política en torno a estas cuestiones, explica Miguel. En medio de este debate, asegura que sus “resultados ponen de relieve las posibles consecuencias negativas en términos de aumento de la violencia entre personas”. Y concluye: “No podemos saber cómo responderán los responsables políticos a nuestros resultados, pero tenemos la gran esperanza de que desempeñen un papel importante en los próximos debates sobre cómo nuestras sociedades deben planificar y afrontar el futuro calentamiento global”.