El Acuerdo de París sobre el clima “da falsas esperanzas”: científicos
Por Tom Bawden para The Independent, La Jornada, 20 de enero de 2016, Traducción de Jorge Anaya
Es demasiado débil para prevenir un daño devastador a la Tierra, aseguran en carta
Preocupante, la falta de la acción inmediata para enfrentar el calentamiento global, aseguran
“El pacto entrará en vigor en 2020, cuando se hayan acumulado enormes cantidades de CO2 en la atmósfera”
El Acuerdo de París para enfrentar el calentamiento global en realidad ha asestado una fuerte derrota a esa lucha, advirtieron destacados científicos. Aunque gobernantes del mundo lo hayan anunciado con bombo y platillo, el pacto es demasiado débil para prevenir un daño devastador a la Tierra, sostienen.
En una carta a The Independent, algunos de los más importante científicos del clima lanzaron un devastador ataque al acuerdo alcanzado el mes anterior, el cual, advirtieron, ofrece una “falsa esperanza” que podría resultar contraproducente en la batalla por contener el calentamiento global.
La carta, con 11 signatarios, asegura que el Acuerdo de París es “peligrosamente inadecuado”.
A causa de este fracaso, afirman los académicos, la única oportunidad de salvación que le queda al planeta es dar un impulso gigante a las controvertidas tecnologías de geoingeniería, en su mayoría no probadas, que buscan enfriar el planeta manipulando su sistema climático.
Los científicos aducen que las “fallas letales” en el pacto logrado el mes pasado en la capital francesa dan la impresión de que ya se atiende con propiedad el calentamiento global, cuando en realidad las medidas se quedan lastimeramente cortas respecto de lo necesario para evitar un cambio climático incontenible.
Esto significa que no se tomarán las medidas extremas requeridas de inmediato para tener alguna oportunidad de evitar un calentamiento global devastador, como serían cortes masivos y rápidos a las emisiones de carbono, que sólo se redujeron uno por ciento el año pasado, añadieron.
Aclamación hueca
“La hueca aclamación de éxito a la conclusión del Acuerdo de París demostró una vez más que la gente escucha lo que quiere escuchar y desdeña lo demás. Lo que desdeñó fueron las fallas letales que están debajo de su barniz de éxito”, escriben los académicos en la carta, firmada también por el doctor Alan Gardian, de la Universidad de Leeds, y el profesor Paul Beckwith, de la Universidad de Ottawa, en Canadá.
“Lo que la gente quería oír es que se había alcanzado un acuerdo sobre el cambio climático que salvaría al mundo sin modificar los estilos de vida y las aspiraciones. La solución que propone es no acordar un mecanismo urgente para asegurar reducciones inmediatas en las emisiones, sino seguir pateando el bote por la calle.”
Los autores no ponen en disputa el enorme logro diplomático del Acuerdo de París, de conseguir que 195 gobernantes del mundo se comprometieran a una meta de reducir entre 1.5 y 2 grados centígrados y a tomar medidas para reducir emisiones de carbono.
Sin embargo, señalan que las acciones acordadas son demasiado débiles para acercarse a esa meta. Además, los compromisos de las naciones para reducir sus emisiones no son lo bastante vinculatorios para asegurar que se cumplan, y tampoco estarán obligados a revisarlos tan a menudo como es necesario.
Aún más preocupante, advierten, es la falta de la dramática acción inmediata que se acordó para enfrentar el calentamiento global. El Acuerdo de París entra en vigor en 2020, cuando ya enormes cantidades de CO2 adicional habrán sido bombeadas a la atmósfera. Los firmantes señalan que eso hace casi imposible limitar el calentamiento global a 2 grados centígrados, ya no se diga 1.5.
“El corazón del Acuerdo de París está en el lugar correcto, pero el contenido es peor que inepto. Fue un verdadero triunfo para la diplomacia internacional y envía un fuerte mensaje de que los escépticos han perdido el caso y que la ciencia tiene razón en cuanto al cambio climático. Lo demás es poco más que relleno y conlleva el riesgo de perpetuar el fracaso”, sostuvo el profesor Kevin Anderson, de la Universidad de Manchester, quien no firmó la carta, pero está de acuerdo con su planteamiento.
Peter Wadhams, profesor de física oceánica en la Universidad de Cambridge y firmante de la misiva, señaló que las perspectivas de contener el calentamiento global luego del Acuerdo de París son ahora tan exiguas que propone recurrir a la geoingeniería, recomendación que no hace a la ligera.
“En igualdad de condiciones no soy gran admirador de la geoingeniería, pero creo que es absolutamente necesario, dada la situación en la que estamos. Es como poner un curita, pero se necesita porque, al mirar el mundo, nadie está cambiando su modo de vida”, comentó Wadhams.
Rociar enormes cantidades de agua a las nubes para hacerlas más grandes y brillantes, y así reflejen la luz solar hacia la atmósfera –lo que se conoce como abrillantamiento de las nubes marinas–, ofrece la mejor posibilidad de geoingeniería, explicó.
Las tecnologías de geoingeniería –que también contemplan poner espejos gigantescos en el espacio o emblanquecer la superficie del océano para reflejar la radiación solar de vuelta al espacio– causan controversia por el temor de que impliquen exigencias técnicas y sean extremadamente costosas, mientras interferir con el sistema climático podría tener consecuencias dañinas imprevistas para el planeta.
Un vocero de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático señaló: “El Acuerdo de París es una resonante declaración de intención política de todas las naciones. Tenemos plena confianza en que los países no se dormirán en sus laureles esperando hasta 2020 antes de hacer algo”.