El ácido úsnico impide la infección respiratoria viral

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 15 de febrero del 2021.

HISTORIA EN BREVE

  • El ácido úsnico es un metabolito de los líquenes y se aisló por primera vez en 1844; los derivados demostraron actividad contra las cepas del virus de la influenza y un derivado con valina disminuyó las muertes en animales infectados sin toxicidad hepática
  • El ácido úsnico no ha desarrollado resistencia a la influenza como lo ha hecho el Tamiflu y otros medicamentos antivirales. El Tamiflu disminuye los síntomas de la gripe en menos de un día
  • Las vacunas contra la influenza no han sido efectivas ya que los científicos deben predecir qué cepas serán más virulentas en la siguiente temporada y las personas que se vacunan con frecuencia arrojan seis veces más virus al aire
  • Existen estrategias que puede implementar en casa para prevenir la gripe y tratar las infecciones de las vías respiratorias superiores si contrae una, incluyendo optimizar los niveles de vitamina D, el peróxido de hidrógeno nebulizado y el consumo de zinc y quercetina

El virus de la influenza tiene una alta tasa de mutación y puede desarrollar resistencia a los medicamentos. La investigación descubrió que los derivados del ácido úsnico pueden impedir la reproducción del virus de la influenza en el laboratorio y en modelos animales.

El virus de la influenza causa una enfermedad respiratoria muy contagiosa, mejor conocida como gripe. El virus infecta la nariz, garganta y, a veces, los pulmones, pero al mismo tiempo provoca una enfermedad que puede variar de leve a grave. Los síntomas incluyen fiebre, tos, dolores musculares o corporales, fatiga y dolor de garganta. Con la gripe, los niños podrían experimentar vómitos y diarrea.

Existen cuatro tipos de virus de la influenza que se identifican con letras: A, B, C y D. Aún no se sabe que la influenza D infecte a las personas, pero si causa enfermedades en el ganado. La influenza A, B y C si infecta a los humanos. La influenza A es el único tipo que se sabe que causa una pandemia. La influenza A y B puede causar epidemias y la influenza C por lo general causa solo enfermedad leve.

La influenza A y B causa la mayoría de las enfermedades de influenza humana, y cada una se clasifica y subclasifica según la secuenciación genética. Cada año, los expertos intentan igualar la vacuna contra la influenza al estimar las siguientes cepas de virus en los Estados Unidos.

Los CDC estiman que del 3 % al 11 % de la población presentará enfermedad sintomática de influenza cada temporada, aunque durante la temporada de influenza de 2020-2021, casi no hubo infecciones. Sin embargo, hasta el 20 % de la población puede tener una enfermedad asintomática o sintomática. La cantidad estimada de muertes por influenza varió entre 12 000 y 61 000 por año entre 2010 y 2020, según la temporada de influenza.

Debido a que el virus de la influenza puede afectar a millones de personas cada año, los científicos trataron de desarrollar un tratamiento antiviral, eficaz y seguro para reducir la carga de la enfermedad. Sin embargo, como explico a continuación, los resultados no cumplieron la promesa.

El ácido úsnico ayuda a impedir el virus de la gripe sin estimular la resistencia

El ácido úsnico se aisló por primera vez en 1844 y desde entonces se ha estudiado como uno de los pocos metabolitos de liquen disponibles. El liquen se incluyó en la medicina popular de muchos países. Los primeros estudios de la actividad biológica de los líquenes en Nueva Zelanda ayudaron a identificar el ácido úsnico como “el principal componente antimicrobiano, citotóxico y antiviral”.

Después, esto impulsó un estudio del ácido úsnico y sus derivados contra el Virus de la influenza pandémica H1N1. Se analizaron los isómeros del ácido úsnico y los derivados y los resultados sugirieron que los derivados se deberían considerar para utilizarlos contra el virus de la influenza.

El ácido úsnico también se analizó contra el virus de la influenza A y los investigadores descubrieron que podría aumentar la actividad al modificar el compuesto con chalconas. Las chalconas son un tipo importante de flavonoides que los científicos utilizaron para crear derivados y:

“… mejorar la actividad farmacológica, ganar selectividad para un receptor o enzima al reducir simultáneamente ciertos efectos adversos, o incluso para optimizar la farmacocinética del candidato principal”.

Los derivados del ácido úsnico que se modificaron con las chalconas demostraron actividad biológica contra el virus de la influenza en el laboratorio y en un modelo animal. Los investigadores analizaron varias cepas virales y los resultados demostraron actividad contra estas cepas.

Además, un compuesto que se modificó con valina demostró tener la capacidad de reducir la cantidad de muertes en animales infectados y no desencadenó el desarrollo de ninguna cepa resistente de influenza. Los investigadores concluyeron que esta modificación incrementó las propiedades antivirales y disminuyó el potencial de toxicidad en el tejido hepático.

La hepatotoxicidad es una consideración importante cuando se usa ácido úsnico. Una revisión de patentes de 2000 a 2017 descubrió que las solicitudes de uso se retiraron debido a la toxicidad hepática. Los resultados de estudios en animales sugirieron que el mecanismo de la lesión es la fosforilación oxidativa, el incremento del estrés oxidativo y el agotamiento del glutatión.

La resistencia antimicrobiana es un desafío importante para la medicina moderna, y el virus de la influenza también puede mutar para volverse resistente a los medicamentos antivirales. Como demostró la investigación, algunos derivados del ácido úsnico abordan varios desafíos contra la gripe, es decir, son eficaces contra la gripe, no provocan el desarrollo de cepas resistentes y tienen baja hepatotoxicidad.

¿Qué es el ácido úsnico?

El ácido úsnico es un metabolito secundario que se produce solo por una variedad de especies de líquenes, y los investigadores descubrieron que tiene actividad antiviral, antiinflamatoria, antioxidante, antifúngica y antineoplásica.

Los metabolitos secundarios son moléculas orgánicas que producen un organismo que no es importante para su reproducción, crecimiento ni desarrollo, pero que brindan una ventaja selectiva. Por ejemplo, los metabolitos secundarios podrían ralentizar el crecimiento de un organismo competidor y los metabolitos secundarios de los hongos produjeron antibióticos como la penicilina.

El ácido úsnico tiene fuertes propiedades antibacterianas y por esta razón se incorporó en pastas de dientes, enjuagues bucales, desodorantes y cremas hidratantes. También se utiliza como conservador en productos cosméticos. Las propiedades antibacterianas incluyen la capacidad de impedir la formación de biopelículas de Staphylococcus aureus en dispositivos médicos y también limitar a otros organismos grampositivos.

El ácido úsnico se ha promocionado para ayudar a bajar de peso, pero los suplementos se relacionan con una toxicidad hepática grave. El uso por vía tópica también puede causar una reacción alérgica o irritación local. La investigación demostró que el compuesto tiene efectos ambientales que incluyen propiedades contra herbívoros e insectos.

Los estudios ponen en duda el valor y la seguridad de los medicamentos contra la influenza como el Tamiflu

Medicamentos antivirales contra la gripe como Tamiflu (oseltamivir) y Relenza (zanamivir) son la opción preferida de la medicina convencional para tratar la gripe, a pesar de su riesgo de efectos secundarios graves y beneficios sin demostrar. De hecho, muchos países se abastecieron de estos medicamentos, incluyendo Estados Unidos, para usarlos como tratamiento y prevención contra la influenza pandémica y estacional.

En 2010, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó al Tamiflu como un medicamento “esencial”. En 2014, el Dr. Mark H. Ebell, de la facultad de salud pública de la Universidad de Georgia, publicó un editorial en The BMJ en el que calificó los eventos que involucraron al Tamiflu como una “falla multisistema”, con base en decisiones de los CDC, la OMS y la EMA que incluyeron la imposibilidad de publicar y reconocer la restricción de los datos disponibles.

A continuación, Tom Jefferson, profesor del Oxford Center for Evidence Based Medicine, dirigió una revisión Cochrane. Jefferson y su equipo publicaron la única revisión Cochrane que se basa solo en datos regulatorios sin publicar. En última instancia, los resultados de la revisión demostraron que el Tamiflu disminuyó la duración de los síntomas del virus de la influenza en menos de un día.

La lucha por adquirir los datos fue casi tan reveladora como los resultados. En un editorial posterior publicado en The BMJ, Ebell describe algunas de las lecciones que se aprendieron de este fiasco multimillonario.

Estas lecciones incluyeron la necesidad de que todos los datos disponibles se hagan públicos y estén disponibles para un nuevo análisis independiente. Agregó que el dinero que se invierte en almacenar medicamentos es mínimo y se podría invertir mejor en otras prioridades de salud pública.

La vacuna contra la influenza es ineficaz e incrementa la diseminación viral

Durante la temporada de influenza de 2019-2020, los CDC informaron que el 51.8 % de las personas mayores de 6 meses se habían vacunado contra la influenza, lo que representó un incremento del 3.1 % con respecto a la temporada anterior. De acuerdo con las estimaciones provisionales de los CDC, la efectividad de la vacuna de la gripe de 2018-2019 contra las infecciones relacionadas con enfermedades respiratorias agudas que requirieron atención médica fue del 47 %.

Las mismas estadísticas para la vacuna contra la influenza de 2019-2020 revelaron una efectividad del 45 %. Sin embargo, dicho de otra manera, en más de la mitad de las veces que se administró, la vacuna contra la gripe no ofreció ninguna protección.

Para los adultos mayores de 50 años, que es el grupo más vulnerable a las complicaciones de la influenza, la vacuna de 2018-2019 tuvo una tasa de efectividad del 24 % contra todos los tipos de influenza y una efectividad del 8 % contra la influenza A, que es el tipo más virulento.

La efectividad de la vacuna contra la influenza de 2019-2020 fue mayor para las personas mayores de 50 años, pero disminuyó al 25 % en adultos de 18 a 49 años. La vacuna tiene tres o cuatro cepas de tipo A o B. Incluso si esas cepas son una combinación perfecta para los virus circulantes durante una temporada de gripe determinada, no previene otras infecciones respiratorias. Como señaló la Colaboración Cochrane:

“Más de 200 virus causan ILI (enfermedad similar a la influenza), que produce los mismos síntomas (fiebre, dolor de cabeza, dolores, tos y secreción nasal) que la influenza. Sin pruebas de laboratorio, los médicos no pueden distinguir entre ILI e influenza porque ambas duran días y rara vez causan enfermedades graves o la muerte”.

Además del bajo rendimiento, las personas que se vacunan con frecuencia arrojan 6.3 veces más virus de influenza al aire. En el estudio de la Universidad de Maryland, los investigadores demostraron que las vacunas repetidas incrementaron la cantidad de virus que se libera con cada respiración, y señalaron:

“Se sabe poco sobre la cantidad y el riesgo de contraer el virus de la influenza que se libera al exhalar. Esto contribuye a la incertidumbre sobre la importancia de la transmisión de la influenza por vía aérea. Demostramos que los estornudos son poco frecuentes y no son importantes para la aerosolización del virus de la influenza y que tampoco es necesario toser”.

Esto es importante, ya que significa que incluso alguien que no estornuda o tose puede transmitir el virus de la influenza a otras personas. Además, alguien que haya recibido la vacuna de la influenza con virus vivos atenuados (LAIV) también podría propagar y transmitir el virus de forma activa.

Existe poca evidencia que sugiera que vacunarse cada año contra la influenza sea una buena manera de combatirla. Por el contrario, existe una creciente literatura que cuestiona la validez de esta medida de salud pública, de la que hablé en el artículo: “¿La vacuna contra la gripe realmente está “funcionando bien” este año?

Estrategias para reducir el riesgo de infecciones virales

Existen estrategias que puede implementar para ayudar a prevenir y tratar el virus de la influenza en caso de tener la infección. Además de proteger contra la gripe, optimizar su nivel de vitamina D también ayuda a protegerlo contra el COVID-19. Los estudios demostraron el historial de la vitamina D para prevenir infecciones respiratorias, incluyendo una revisión científica de 2017 de 25 ensayos controlados aleatorios que concluyeron:

“Los suplementos con vitamina D eran seguros y, en general, protegían contra la infección aguda del tracto respiratorio. Los pacientes que tenían una gran deficiencia de vitamina D y los que no recibían dosis en bolo experimentaron el mayor beneficio”.

Como mencioné en un video titulado: “Cómo el peróxido nebulizado podría ayudar a combatir las infecciones respiratorias” No tengo ninguna duda de que el peróxido de hidrógeno nebulizado es la forma más segura y eficaz de tratar una infección aguda de las vías respiratorias superiores.

Escribí sobre esto por primera vez en el boletín en abril de 2020 y desde entonces he recibido testimonios impresionantes de amigos y conocidos que se enfermaron muy grave y lo utilizaron. En el enlace al artículo puede ver una entrevista con el Dr. David Brownstein, que tiene una clínica en las afueras de Detroit.

En el momento de la entrevista, había tratado con éxito a más de 100 pacientes con peróxido de hidrógeno nebulizado y solo un paciente estuvo hospitalizado y ninguno murió. El tratamiento mejora los síntomas en cuestión de horas.

Además de usar peróxido de hidrógeno nebulizado al primer signo de una infección respiratoria, también comenzaría a tomar quercetina y zinc para ayudar a combatir el virus fuera del tejido pulmonar. Cuanto antes comience con la quercetina y el zinc, más eficaz será, ya que al final del curso de la enfermedad no será efectivo para impedir la reproducción viral.

La clave es tener todo lo que necesita disponible antes de la temporada de gripe. Prevenir es mejor que lamentar. Descubra más sobre la relación entre la quercetina y el zinc, en el artículo: “El zinc es clave para prevenir y tratar el COVID-19“.