Documental “bOObs”: sobre el mito de la “detección temprana” y los riesgos de la biopsia

Por Dr Joseph Mercola, Mercola, 15 de octubre del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • El documental “Boobs: The War on Women’s Breasts” analiza cómo las mamografías causan más daño que beneficios en la mayoría de las mujeres
  • Uno de los daños producidos por el uso de las mamografías como herramienta de detección es que pueden causar sobrediagnóstico y sobretratamiento, incluyendo pruebas de falsos positivos y biopsias innecesarias
  • Desde que se introdujo el uso de mamografías se ha sobrediagnosticado el cáncer de mama; esto significa que se detectaron tumores que nunca darían lugar a síntomas clínicos en 1.3 millones de mujeres durante 30 años
  • Las mamografías y las biopsias resultantes podrían incrementar la propagación del cáncer, y los patólogos podrían haber diagnosticado erróneamente 1 de cada 4 biopsias de tejido mamario, lo que posteriormente conllevó a mastectomías innecesarias
  • Otro problema adicional es que las mamografías utilizan radiación ionizante en una dosis alta, lo que puede provocar el desarrollo del cáncer de mama
  • Existen otras opciones más seguras a la mamografía, como la termografía y la ecografía, pero no están disponibles, ya que la milmillonaria industria de la mamografía impide el uso generalizado de estas pruebas efectivas

Cuando se le preguntó al Dr. Ben Johnson, autor del libro No Ma’am-ograms, cuál es la cantidad de radiación a la que están expuestas las mujeres a través de las mamografías, respondió: “Al menos a un equivalente de 100 radiografías de tórax”.

Existe una declaración que sorprendería a muchas mujeres a las que se les recomienda realizarse una mamografía como el estándar de atención para prevenir el cáncer de mama en los Estados Unidos, y ese es solo uno de los hechos presentados en el documental “bOObs: The War on Women’s Breasts”.

El documental comienza con una declaración donde les informa a los espectadores que toda la información que escucharán está respaldada por literatura científica, aunque la mayor parte se opone a las afirmaciones hechas por la medicina convencional.

Se entrevista a médicos de Estados Unidos y de todo el mundo —incluyendo Suiza y los Estados de California, Georgia, Virginia y Arizona— que dan un testimonio sobre por qué es posible que se deba analizar este controvertido procedimiento.

Tráiler del documental “bOObs: The War On Women’s Breasts” está disponible solo en inglés

El mito sobre la “detección temprana” y los riesgos de la biopsia

Un mito creado por la medicina convencional es que la mamografía es la prueba más importante para detectar el cáncer de mama, ya que puede detectar el cáncer “hasta dos años antes de que usted o su médico puedan palpar el tumor”.

Sin embargo, el documental señala que cuando puede sentir un bulto canceroso en su seno, significa que el cáncer se empezó a desarrollar desde hace dos o cinco años. “Las mamografías no son una detección temprana?”, dice Johnson.

También se habla del mito de que las mamografías no propagan el cáncer a través de la historia de una mujer a la que se le diagnosticó cáncer en etapa 4 y solo le quedaba un año de vida. Hizo cambios en su estilo de vida y muchos de los tumores desaparecieron. El cáncer se mantuvo estable años después, hasta que se realizó una biopsia y mamografía, que según ella hicieron que el cáncer se propagara, y apareció un tumor en el área donde se había realizado la biopsia.

Durante una biopsia, se extrae una parte del tejido de un tumor u órgano para poder examinarlo con un microscopio y así determinar si es canceroso. Por ejemplo, las biopsias con aguja, se utilizan como parte del enfoque alopático tradicional para diagnosticar el cáncer de mama. Pero, accidentalmente, podrían causar que las células malignas se desprendan del tumor, lo que hará que se propague a otras áreas de su cuerpo.

Uno de los daños producidos por el uso de la mamografía como herramienta de detección es que, puede causar sobrediagnóstico y sobretratamiento, incluyendo pruebas de falsos positivos y biopsias innecesarias.

Un estudio del Instituto del Cáncer John Wayne descubrió que una biopsia con aguja podría incrementar la posibilidad que el cáncer se propague en comparación con las biopsias por escisión, también conocidas como lumpectomías. Concluyeron: “La manipulación de un tumor intacto a través de FNA [aspiración con aguja fina] o biopsia con aguja gruesa se relaciona con una alta incidencia de SN [ ganglio centinela] metástasis, quizás debido a la rotura del tumor por la aguja”.

Johnson llama a las biopsias como “el beso de la muerte”, y describe cómo la aguja atraviesa mil millones de células, rompe el tumor, riega el cáncer y posteriormente propaga el cáncer al momento de retirar la aguja. El Dr. Manfred Doepp, director del Centro Couros en Suiza, apoya la idea de que las biopsias pueden propagar el cáncer, mientras que el acto físico de apretar el seno durante una mamografía también podría provocar la propagación de la mismo.

El documental cita una respuesta rápida publicada en el BMJ, que afirma que “datos científicos publicados en revistas médicas prestigiosas, han brindado un apoyo a la idea” de que apretar una mamografía es potencialmente dañina.

El cáncer de mama se sobrediagnosticó en 1.3 millones de mujeres

La idea de que la mamografía es una herramienta de detección precisa es otro mito que expone el documental. Se producen tanto falsos positivos como falsos negativos, e incluso la habilidad del radiólogo para leer la mamografía, es un factor que determina si la mamografía puede o no detectar el cáncer.

Cuando los investigadores analizaron las tendencias en el cáncer de mama en etapa temprana y en etapa tardía de 1976 a 2008 entre mujeres de 40 años o más, descubrieron que, solo en los Estados Unidos, las mamografías desataron la detección de una doble cantidad de casos de cáncer de mama en etapa temprana, al año.

Sin embargo, la tasa a la que las mujeres desarrollaron cáncer en etapa tardía disminuyó en un 8 % durante ese tiempo, lo que hizo que los investigadores sugirieran que solo una pequeña cantidad de casos diagnosticados de cáncer en etapa temprana progresarían a una enfermedad avanzada:

“A pesar de los incrementos sustanciales detectados en la cantidad de casos de cáncer de mama en etapa temprana, la mamografía solo redujo la tasa de mujeres que presentan cáncer avanzado.

Aunque no se sabe con certeza qué mujeres se han visto afectadas, el desequilibrio sugiere que existe un sobrediagnóstico sustancial, que representa casi un tercio de todos los casos de cáncer de mama recién diagnosticados, y que los exámenes de detección tienen, en el mejor de los casos, solo un pequeño efecto en la tasa de muerte por cáncer de mama”.

Concluyeron que, debido a la mamografía, el cáncer de mama se sobrediagnosticó, lo que significa que se detectaron tumores en 1.3 millones de mujeres durante un período de 30 años, los cuales nunca causarían síntomas clínicos.

Casi el 80 % de las biopsias mamarias son benignas

El sobrediagnóstico de cáncer de mama conlleva graves riesgos, incluyendo tratamientos innecesarios, estrés y ansiedad. En otro estudio citado en el documental, se afirma que cada año se realizan más de 1 millón de biopsias mamarias en los Estados Unidos, y los resultados son benignos en el 75 % al 80 % de los casos. A veces, el resultado benigno no se descubre hasta después de haber realizado una mastectomía innecesaria.

Los patólogos podrían haber diagnosticado erróneamente hasta 1 de cada 4 biopsias de tejido mamario, lo que posteriormente, conllevó a mastectomías innecesarias. En un caso que fue a juicio en 2020 en Israel, una mujer fue diagnosticada con cáncer de mama después de que una biopsia probada en dos centros médicos dio positivo.

Como resultado, se sometió a seis meses de quimioterapia, así como a una mastectomía parcial para detener el crecimiento. Según la demanda, después de que se detuvo el crecimiento, resultó ser benigno.

En 2015, los investigadores del Boston Children’s Hospital en Massachusetts demostraron que las mamografías falsas positivas y los sobrediagnósticos de cáncer de mama entre mujeres de 40 a 59 años representan un costo de cuatro mil millones de dólares al año.

Las mamografías posiblemente no funcionen en mujeres con senos densos

También se habla de la historia de Nancy Cappello en el documental. A Cappello se le diagnosticó cáncer de mama después de recibir dos mamografías normales. El cáncer no se detectó porque tenía tejido mamario denso, y se detectó cuando un médico sintió una protuberancia en su seno y le recetó un ultrasonido, además de una mamografía.

Cappello fue una pionera en el movimiento para explicarle a las mujeres sobre el tejido mamario denso y les enseñó que usar una mamografía para detectar el cáncer en dicho tejido es un caso raro. Dijo:

“Así que emprendí una investigación y descubrí que, casi una década ANTES de mi diagnóstico, seis estudios importantes con más de 42 000 mujeres concluyeron que complementar una mamografía con una ecografía incrementa la detección del 48 % al 97 % en mujeres con tejido denso.

También aprendí que las mujeres con tejido extremadamente denso tienen 5 veces más probabilidades de tener cáncer de mama en comparación con las mujeres con senos grasos y que el tejido mamario denso como factor de riesgo independiente del cáncer de mama se empezó a investigar desde mediados de los 70.

Tuve que pasar por una mastectomía, reconstrucción, 8 tratamientos de quimioterapia y 24 tratamientos de radiación. El informe patológico confirmó: cáncer en etapa 3c, ya que el cáncer se había desplazado del seno hasta mis ganglios linfáticos. Se extirparon 18 ganglios linfáticos y 13 tenían cáncer – Y RECUERDE, me realicé una mamografía “normal” unas semanas antes. ¿Eso es una detección temprana? “.

Como resultado del movimiento de Cappello, 38 estados en los Estados Unidos han aprobado leyes de información sobre mamas densas. El documental afirma que es posible que hasta el 90 % de las mujeres puedan tener algún grado de tejido mamario denso que podría afectar el resultado de una mamografía y podría beneficiarse de una ecografía de mama, un procedimiento que no está disponible.

También se entrevista a mujeres a las que se les dijo que tenían tejido mamario denso, pero no lo que eso significaba para la efectividad de la mamografía.

El carcinoma ductal in situ (DCIS) o “precáncer”

El carcinoma ductal in situ (DCIS, por sus siglas en inglés) se refiere al crecimiento anormal de células dentro de los conductos lácteos de los senos que forman una lesión que comúnmente mide entre 1 y 1.5 centímetros (cm) de diámetro.

Aunque las células parecen malignas en el microscopio, no han invadido el tejido circundante y se considera “precáncer”, no invasiva o “cáncer de mama en etapa cero”. Algunos expertos también han argumentado que el DCIS no se debe considerar canceroso.

A pesar de esto, el documental cuenta la historia de una mujer a la que le extirparon ambos senos debido a un diagnóstico de DCIS. Dichos diagnósticos representan ahora del 20 % al 25 % de todos los casos de “cáncer de mama”, y el estándar de atención es tratar todos los casos de DCIS con mastectomía o cirugía para conservar la mama con radioterapia. De acuerdo con una revisión del British Journal of Cancer:

“De hecho, las mujeres con DCIS son etiquetadas como “pacientes con cáncer”, lo que genera ansiedad concomitante y un impacto negativo en sus vidas, a pesar de que es posible que la mayoría de las lesiones DCIS nunca progresen a cáncer de mama invasivo.

Debido a la incertidumbre sobre qué lesiones corren el riesgo de progresar a cáncer invasivo, las percepciones actuales del riesgo son engañosas y, en consecuencia, sesgan el diálogo entre los médicos y las mujeres diagnosticadas con DCIS, lo que da como resultado un tratamiento excesivo para muchas mujeres”.

¿Es peligrosa la radiación de las mamografías?

También está el problema de que las mamografías utilizan radiación ionizante en una dosis alta, lo que puede provocar el desarrollo del cáncer de mama. En un estudio realizado en 2016, se afirma que “la radiación ionizante, tal como se usa en la mamografía de rayos X de dosis baja, podría estar relacionada con un riesgo de carcinogénesis inducida por radiación”.

Señalan que las personas que portan ciertas variaciones genéticas o tienen una disposición hereditaria al cáncer de mama, en particular, deben evitar la radiación ionizante tanto como sea posible; este último grupo es uno que la medicina convencional a menudo recomienda para las mamografías de rutina o incluso adicionales. De nuevo, dirigen a las personas a una forma diferente y más segura de análisis, el cuál puede ser ultrasonido o imágenes por resonancia magnética.

Existe un tipo de mamografía “nueva y mejorada” llamada tomosíntesis 3D, que consiste en una tomografía computarizada de sus senos y causa muchos problemas, ya que su exposición a la radiación es mayor que en las mamografías estándar, y por un margen significativo.

De acuerdo con un estudio, la detección anual a través de mamografía digital o de película de pantalla en mujeres de 40 a 80 años se relaciona con una incidencia de cáncer inducido y una tasa de cáncer de mama mortal de 20 a 25 casos por 100 000 mamografías. Es decir, las mamografías anuales causan de 20 a 25 casos de cáncer fatal por cada 100 000 mujeres que se hacen la prueba.

La mamografía 3D requiere múltiples vistas para lograr la tridimensionalidad, por lo que es lógico que su exposición total a la radiación sea mayor que la de una mamografía 2D estándar.

La termografía y el ultrasonido no utilizan radiación

Para tomar decisiones informadas, las mujeres deben conocer todas sus opciones de detección, junto con una explicación de sus fortalezas y debilidades, y se les debe permitir elegir.

La mamografía es solo una opción, con considerables inconvenientes. Otras opciones más seguras incluyen autoexámenes clínicos y autoexámenes de mamas, termografía, ultrasonido y resonancia magnética. La termografía y la ecografía no utilizan radiación y podrían detectar anomalías que las mamografías pasan por alto, en especial en mujeres con tejido mamario denso.

Estos se explican al final del documental, pero puede ser difícil acceder a ellos en los Estados Unidos, ya que la multimillonaria industria de las mamografías impide el uso generalizado de estas pruebas beneficiosas.

También es importante comprender que la mamografía no previene el cáncer de mama. La prevención del cáncer de mama implica un estilo de vida saludable, evitar toxinas y prestar atención a ciertos factores nutricionales, como la vitamina D. Es muy importante conocer y optimizar sus niveles de vitamina D, ya que puede reducir radicalmente su riesgo de cáncer de mama.

Ignorar estos factores, hacerse una mamografía anual y creer que está protegida, es el resultado final que se les impone a muchas mujeres que confían en los consejos de la medicina convencional. Si lleva un estilo de vida saludable y busca informarse acerca de todas sus opciones de detección de cáncer de mama, puede evitar esta trampa mortal.