Diez razones para una alimentación ecológica y de proximidad

Por Paco Puche, EcoPortal, diciembre de 2013

Se dice: “somos lo que comemos”; y como muchos aforismos suelen condensar una parte de verdad éste parece a simple vista estar lleno de sentido común. Pero sería bueno argumentar esta máxima y, sobre todo, profundizar en ella. Nos puede ir en ello la salud y la vida buena.

Primera razón: con la agricultura con pesticidas terminamos tomando venenos en nuestra mesa

Por de pronto, por alimentación ecológica (u orgánica o biológica) entendemos unos productos que no contengan venenos, ni siquiera de esos tipos de venenos y esas cantidades “admisibles” que las autoridades sanitarias tienen homologados, y que la agricultura convencional suministra a la plantas y la agroindustria utiliza en sus procesos, presentaciones y envases.

El asunto de los venenos en el campo y en la industria es pavoroso (seguimos hablando de los homologados oficialmente), veamos algunos datos:

  • – Desde hace medio siglo se han lanzado al medio ambiente unas 100.000 moléculas de síntesis, potencialmente tóxicas, que invaden nuestros platos.
  • – Según el actual director de la IARC (Agencia Internacional de la Investigación sobre el Cáncer de la OMS), en 2010, contestando a una periodista, dice que: “de los 100.000 productos que usted ha mencionado, solo uno 3.000 han sido testados desde el punto de vista de su potencial cancerígeno”.- (Y en caso de que se declaren cancerigenos ¿provoca esto su prohibición?)- En absoluto. Y en cuanto a los pesticidas solo hemos evaluado una treintena de ellos en toda la historia”.
  • – El cáncer aumenta cada año. En Europa, la tasa de incidencia del cáncer infantil aumentó de un 1% a un 3% anual en el curso de las tres últimas décadas, y eso no tiene que ver con el consumo de tabaco, ni con el aumento de la esperanza de vida, ni con la detección precoz. Asimismo, el toxicólogo francés André Cicolella afirma que “entre una mujer nacida en 1953 y otra nacida en 1913, el riesgo de cáncer de mama se ha multiplicado por tres y el de cáncer de pulmón se ha multiplicado por cinco. En hombres, en los mismos periodos, el riesgo de cáncer próstata se ha multiplicado por doce y el de pulmón ha sido el mismo”.
  • – En 2010, una investigación llevada a cabo por una asociación francesa que hizo analizar la alimentación diaria de un niño de diez años, que comprendía tres comidas según las recomendaciones oficiales, aparecieron en la muestra “ciento veintiocho residuos, ochenta y una sustancias químicas, cuarenta y dos de las cuales están clasificadas como cancerígenas posibles o probables y cinco sustancias que están clasificadas como cancerígenas seguras, así como treinta y siete sustancia susceptibles de actuar como perturbadores endocrinos…”
  • – La OMS ya nos advirtió en 1990 que cada año mueren 220.000 personas en el mundo a consecuencia de la intoxicación aguda de pesticidas, entre uno y dos millones de envenenamientos involuntarios con ocasión de de la pulverización de los mismos y otros dos millones de intentos de suicidios. Asimismo, quinientos millones, principalmente campesinos u obreros del campo, son víctimas de intoxicaciones “menos graves”.
  • – Siguiendo esta pista, encontramos que cada año se aplican a los cultivos 2.5 millones de toneladas de pesticidas (datos de 1997) y solo entre el 0.1% y el 0.3% entra en contacto con los organismos indeseables, el resto migra al medio ambiente y contamina el suelo, el agua y el aire del ecosistema, desde donde afecta a la salud pública. Esto no es neutral (1).

En resumen, se aplican venenos en nuestros campos con profusión y terminan en nuestros organismos vía alimentos, agua o aire con consecuencias enormes para nuestra salud y buena vida.

Segunda razón: los cultivos ecológicos proporcionan más nutrientes que los convencionales (con pesticidas y fertilizantes químicos) para los mismos productos