Diez cualidades de la agricultura familiar

Las amenazas internas

Hay amenazas internas. Hoy en día está de moda hablar de “la necesidad de hacer que la agricultura familiar sea más un negocio”. Debe orientarse “hacia la obtención de beneficios”. Algunos incluso argumentan que esta sería la única manera de “mantener a los jóvenes en la agricultura”. En resumen: la agricultura familiar debe ser menos “campesina” y más “empresarial”. Según este punto de vista, la agricultura familiar en los países del Sur debe estar sujeta a un proceso de modernización similar al que ocurrió en los del Norte. De hecho, parte de la agricultura europea ha cambiado hacia la agricultura empresarial. Esto convierte a la finca familiar en una mera proveedora de mano de obra, olvidándose de todas las demás características mencionadas anteriormente. Formalmente estas explotaciones empresariales siguen siendo  agricultura familiar, pero sustancialmente son muy diferentes. Una diferencia importante es que las fincas familiares “reales” crecen y se desarrollan sobre todo a través de la gestión inteligente de los recursos naturales, económicos y humanos, así como a través del aprendizaje intergeneracional. Las fincas empresariales especialmente crecen a través de hacerse cargo de otras explotaciones familiares. Esta tendencia a entrar en trayectorias empresariales es una gran amenaza interna para la continuidad y el dominio de la agricultura familiar. Es algo que vemos en casi todas partes.

Recampesinización

Sin embargo, existen importantes tendencias contrarias. Muchas fincas familiares fortalecen su posición y sus ingresos, por ejemplo, siguiendo los principios agroecológicos y también mediante la participación en nuevas actividades; mediante la elaboración de nuevos productos y la prestación de nuevos servicios, a menudo distribuidos a través de nuevos mercados anidados. Analíticamente estas nuevas estrategias se definen como formas de recampesinización, es decir, vuelven a hacer una agricultura más campesina, pero al mismo tiempo fortalecen la finca familiar. La recampesinización equipara la defensa de la agricultura familiar con su fortalecimiento.

¿Qué se debe hacer?

La política puede ser, y es muy importante para el destino de la agricultura familiar. Aunque la agricultura familiar puede sobrevivir en condiciones muy adversas, las condiciones positivas pueden ayudar a la agricultura familiar a alcanzar su máximo potencial. Precisamente aquí reside la enorme responsabilidad de la política, es decir, de los aparatos del Estado, de los foros multinacionales –como la FAO, el FIDA y otras organizaciones de la ONU– pero también de los partidos políticos, los movimientos sociales y la sociedad civil en su conjunto.

Al asegurar los derechos y la inversión en infraestructura, investigación y extensión, educación, canales de comercialización, seguridad social, salud y muchos otros aspectos, pueden incentivarse las inversiones de los propios agricultores familiares. Recientemente, esto ha sido confirmado, una vez más, por el prestigioso Grupo de Alto Nivel de Expertos en Seguridad Alimentaria y Nutrición.

El fortalecimiento de las organizaciones y movimientos rurales es, igualmente, de suma importancia. Debemos tener en cuenta que los agricultores familiares, donde sea que se encuentren, están tratando de encontrar y desplegar nuevas respuestas a situaciones difíciles. Por lo tanto, la identificación de respuestas exitosas construidas a base de prácticas novedosas y su difusión a otros lugares y a otros agricultores familiares para articularlos en procesos de cambio fuertes, deben ser asuntos importantes de nuestra agenda. En pocas palabras: hay una gran cantidad de cosas que se deben hacer. La buena noticia es que cada paso, incluyendo cada pequeño paso, es útil.

*Jan Douwe van der Ploeg es Profesor de Sociología Rural, Universidad de Wageningen, Países Bajos, y Universidad Agrícola de China, Beijing, China
JanDouwe.Vanderploeg@wur.nl