Diez cualidades de la agricultura familiar

La agricultura familiar es parte de un flujo que une pasado, presente y futuro (6). Esto significa que cada finca tiene una historia, que está llena de recuerdos. También significa que los padres están trabajando para sus hijos. Ellos quieren dar a la generación siguiente un punto de partida sólido dentro o fuera de la agricultura. Y puesto que la finca es el resultado del trabajo y la dedicación de esta generación y las anteriores, a menudo existe orgullo. Pero también ira cuando otros tratan de dañar o incluso destruir la finca construida conjuntamente.

La finca familiar es el lugar donde se acumula la experiencia (7) y donde tiene lugar el aprendizaje y entrega del conocimiento a la siguiente generación de una manera sutil pero fuerte. A menudo la finca familiar es un nodo en redes más amplias que hacen circular las nuevas ideas, prácticas, semillas, etc.

Atado a su entorno

La finca familiar no es solo una empresa económica que se centra principal o únicamente en las utilidades, sino un lugar donde la continuidad y la cultura son importantes. La familia campesina agricultora es parte de una comunidad rural más amplia y, a veces, es parte de redes que se extienden en las ciudades. Como tal, la finca familiar es un lugar donde se crea y se preserva la cultura (8), por lo que se puede considerar como patrimonio cultural.

La familia y la finca también son parte de la economía rural general (9); están vinculadas a la localidad y llevan los códigos culturales de la comunidad local. Por lo tanto, las familias agricultoras pueden fortalecer la economía rural local: es donde compran, gastan y participan en otras actividades.

Del mismo modo, la finca familiar es parte de un paisaje rural más amplio (10). Puede trabajar con la naturaleza y no contra ella, usando los procesos y balances ecológicos en lugar de interrumpirlos, preservando la belleza de los paisajes. Cuando la agricultura familiar trabaja con la naturaleza también contribuye a la conservación de la biodiversidad y a la lucha contra el calentamiento global.

Libertad y autonomía

Bas, Henk y Corneel van Rijn; quinta y sexta generaciones de agricultores en los Países Bajos. www.boerderijbuitenverwatching.nl

La finca familiar es una institución atractiva ya que permite una autonomía relativa. Encarna una “doble libertad”: la libertad de la explotación externa directa y la libertad para hacer las cosas a su manera. A través de esto, el trabajo implica una interacción permanente con la naturaleza viva; una característica a la que los actores involucrados tienen gran aprecio. La agricultura familiar representa la unidad directa del trabajo manual y mental, del trabajo y de la vida, y de la producción y el desarrollo. Es una institución que puede seguir produciendo en un entorno capitalista adverso, al igual que las bacterias anaeróbicas son capaces de sobrevivir en un entorno sin oxígeno (he obtenido esta bonita metáfora del trabajo de Raúl Paz, de Argentina).

¿Por qué es importante?

La agricultura familiar conlleva la promesa de crear prácticas agrícolas que son altamente productivas, sostenibles, receptivas, flexibles, innovadoras y dinámicas. Teniendo en cuenta todas estas características, la agricultura familiar puede contribuir significativamente a la seguridad y la soberanía alimentarias. En una variedad de formas puede fortalecer el desarrollo económico, creando empleos y generando ingresos.

Ofrece una gran parte de los puestos de trabajo que pueden contribuir considerablemente a la emancipación de los grupos oprimidos de la sociedad. La agricultura familiar también puede contribuir al mantenimiento de bellos paisajes y de la biodiversidad.

Las amenazas externas

Sin embargo, puede ser imposible que todas estas promesas se cumplan efectivamente. Este es el caso sobre todo hoy, cuando la agricultura familiar es exprimida y empobrecida hasta la extenuación. Cuando los precios son bajos, los costos son altos y la volatilidad excluye cualquier posibilidad de planificar a largo plazo; cuando el acceso a los mercados se bloquea cada vez más y las políticas agrarias descuidan a los agricultores familiares, y cuando la tierra y el agua se acaparan por grandes grupos de capital; sí, en estas circunstancias vemos que resulta imposible para los agricultores familiares hacer contribuciones positivas a la sociedad. Es por eso que ahora hemos terminado en la dramática situación de que las tierras de los agricultores familiares se dejan ociosas, sin cultivar. O, para usar un indicador macro: hoy, el 70% de los pobres del mundo son población rural.