La Destrucción Ecológica de Nazca, Lecciones que Aprender

De New Kerala, Londres, Noviembre 2 del 2009

Arqueólogos han determinado en un nuevo estudio, que la civilización Nazca que una vez floreciera en los valles costeños del Sur del Perú, se desintegró destruyendo su propia foresta alterando su delicado ecosistema.

Según un informe telegráfico, un equipo de arqueólogos descubrieron una secuencia de eventos inducidos por el hombre que llevó a la caída “catastrófica” de la cultura Nazca alrededor de 500 DC. La civilización Nazca, famosa por la creación de gigantescas figuras en el desierto que sólo pueden ser vistas desde el aire, desaparecieron en parte por el daño a su frágil ecosistema que lo mantenía en su lugar.

En el estudio, los investigadores encontraron que los habitantes de Nazca despejaron áreas de bosques para dar paso a su propia agricultura a lo largo de muchas generaciones. Al hacerlo, el árbol de huarango, que una vez cubriera las zonas hoy desérticas, fue gradualmente reemplazado por cultivos como el algodón y el maíz. Pero este árbol era crucial para el frágil ecosistema del desierto, según los investigadores, ya que mejora la fertilidad del suelo y la humedad, ayudando al mantenimiento de los estrechos y vulnerables canales de riego del lugar.

Eventualmente se cortaron tantos arboles que dañaron irreversiblemente el ecosistema. Luego ocurrieron inundaciones similares a El Niño, pero su impacto hubiese sido mucho menos devastador si los bosques que protegían la delicada ecología se hubiesen mantenido, determinaron los investigadores.

Según el Dr. David Beresford-Jones, del Instituto McDonald para la Investigación Arqueológica de la Universidad de Cambridge, “Este era un bosque muy particular. El huarango es un árbol notable por el mejoramiento y fijación del nitrógeno y era una importante fuente de alimento, forraje, madera y combustible para la población local”. “Es la piedra angular ecológica de las especies de esta zona” el huarango aumenta la fertilidad y la humedad del suelo, aminora los extremos del microclima del desierto resguardando y apoyando a la llanura de inundaciones con sus sistema de raíces más profundas que ningún otro árbol conocido”, dijo.

“Con el tiempo, la eliminación gradual de los bosques sobrepasaron los limites ecológicos – claramente definidos en ambientes desérticos, exponiendo el lugar a los fuertes vientos y a los efectos de las inundaciones de El Niño”, agregó.

“Los errores prehistóricos nos ofrecen lecciones importantes para el manejo de zonas áridas y frágiles del presente”, dijo Oliver Whaley, de los Jardines Botánicos Reales de Kew.

Traducido por Ana María Quispe, dietista, ecóloga de Vía Orgánica