Demanda Colectiva Maíz: ejemplo de resistencia y dignidad

Por Mercedes López Martínez Representante de la Colectividad Demandante contra el Maíz Genéticamente Modificado mercedes@viaorganica.org David Rivero Fragoso Integrante de la Colectividad Demandante contra el Maíz Genéticamente Modificado david.rifra@gmail.com, La Jornada del Campo, 19 de marzo de 2022.

En memoria de Eugenio Bermejillo, fundador de la CNSMNHP, luchador incansable por la biodiversidad y derechos indígenas

Las acciones colectivas entraron tarde a México, hasta 2012, mientras que en otras partes del mundo se desarrollaron desde hace 40 años, con su aplicación temprana en Estados Unidos, y durante los años 80 en Brasil y Colombia.

La reforma que incorporó las acciones colectivas en la Constitución Mexicana partió de la exigencia civil debido a la indefensión individual para la protección de derechos colectivos y difusos, con énfasis en materia de preservación del medioambiente y los derechos de personas usuarias y consumidoras.

Desde nuestra colectividad demandante contra el maíz Genéticamente Modificado (GM), aprovechamos esa coyuntura y en julio de 2013, 53 personas y 20 organizaciones campesinas, indígenas, académicas, científicas, artísticas, de consumo y gastronomía, interpusimos una demanda colectiva de acción difusa, solicitando NO una compensación económica, sino que los tribunales federales declaren que la liberación o siembra de maíces transgénicos afectará irreversiblemente la diversidad biológica de los maíces nativos de las generaciones actuales y futuras; así como los derechos a la alimentación y a la salud.

Para mantener esta lucha de largo aliento que lleva ya 8 años y medio, un elemento fundamental ha sido la medida precautoria concedida en septiembre de 2013, que impide la siembra comercial de maíz genéticamente modificado en México, centro de origen y diversificación constante del maíz, mientras el juicio continúe. Esto nos ha permitido evitar la contaminación de nuestros maíces nativos mientras se dirime el juicio. Esta ha sido una de las mayores victorias: la suspensión de permisos de siembra de maíz GM en todo el país.

Desde el colectivo consideramos que los triunfos se deben al compromiso con la biodiversidad, la ética, honestidad, energía y unidad de quienes integramos la demanda colectiva a través de:

1.- Acciones jurídicas en tribunales federales e incluso ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), por la defensa de nuestros maíces nativos, superando las etapas de admisión preliminar y certificación, pese a 11 juicios de amparo de las demandadas: Monsanto, Syngenta, Dow Agrosciences y PHI México, conocida como DuPont-Corteva y las Secretarías de Agricultura y Medio Ambiente.

Luego de más de 150 recursos jurídicos destinados a combatir la demanda y a la colectividad, en octubre de año pasado (2021) la SCJN emitió su resolución final confirmatoria de la viabilidad de la medida cautelar que tiene suspendidos todos los permisos de siembra de maíz con fines comerciales en el territorio mexicano.

En su sentencia, la Corte determinó que las y los jueces pueden emitir -en el marco de las acciones colectivas- cualquier medida que consideren idónea para proteger el medio ambiente, siempre y cuando se encuentre contemplada en el sistema jurídico mexicano. Las y los ministros rechazaron los más de 130 argumentos de impugnación de las empresas trasnacionales por ser falaces, inexactos y contradictorios.

Esta resolución es de suma importancia para la defensa de los derechos ambientales, pues en ella la Corte reafirma criterios previos establecidos en el caso de la Laguna del Carpintero en Tamaulipas y robustece los criterios que las personas operadoras del derecho deben seguir en la valoración de los casos donde exista un peligro inminente de generar un daño irreparable al medio ambiente, pues es necesario alejarse de las reglas civilistas clásicas, debido a la naturaleza compleja, para probar las afectaciones irremediables a la naturaleza. Para ello, este Alto Tribunal determinó que las y los juzgadores deberán apoyarse en los principios: precautorio, de prevención e in dubio pro natura, con el fin de lograr una protección efectiva de nuestro medio ambiente.

Respecto a la utilización de la biotecnología, la Corte reconoce su importancia para el desarrollo económico y científico de nuestro país, no obstante, confirma el temor de la Colectividad sobre el gran riesgo a la diversidad de los maíces nativos por ser un centro de origen y diversificación del maíz. Es por ello que en esta medida cautelar, continúa vigente la posibilidad de realizar siembra de maíz GM con fines científicos, para conocer cuáles serían los efectos de su liberación en el país.

Sin embargo, en los más de ocho años de litigio, las empresas trasnacionales no han siquiera intentado realizar investigaciones sobre el efecto a la diversidad de los maíces nativos en México.

¿Acaso saben que el riesgo de sembrar maíz transgénico en México es tan elevado que es preferible no realizar pruebas donde la Colectividad puede tener acceso a la metodología y resultados de sus investigaciones?

Celebramos la determinación de la SCJN. La lucha continúa en el juicio principal. Queda aún un largo camino para lograr la prohibición definitiva de la siembra de maíz GM en México para proteger la conservación y diversificación de los maíces nativos, de la milpa, de los derechos de los pueblos originarios y campesinos, así como del derecho a un medio ambiente sano y demás derechos conexos.

2.-Otra de nuestras acciones exitosas han sido las campañas de difusión en medios de comunicación y redes sociales, a través de la organización de webinarios, ruedas de prensa, entrevistas y publicación de artículos y suplementos en medios nacionales e internacionales.

3.-También hemos brindado información y difundimos los riesgos para nuestros maíces nativos entre diversas comunidades del país y en el extranjero a través de conferencias, pláticas, seminarios.

En síntesis, podemos afirmar que la demanda, la medida precautoria y la resolución de la SCJN han sido fundamentales para conservar la biodiversidad de nuestras 64 razas y miles de variedades de maíces nativos de todos sabores, colores, tamaños, condiciones climáticas y alturas.

Nuestra demanda de acción colectiva ha sido emblemática para México y el mundo por haber frenado a empresas transnacionales que, aparte de adueñarse de los derechos de semillas ancestrales patentándolas, contaminan el agua, la tierra y el medio ambiente con el glifosato, su herbicida ligado a los OGM, que ha sido letal para la salud humana y la biodiversidad.

Les invitamos a estar pendientes del curso de esta demanda que esperamos entre en la etapa de alegatos, donde cada parte concluirá con argumentos jurídicos y científicos para sustentar sus pretensiones y en la que esperamos ganar el juicio, pues tenemos la razón, la ética y el mandato de más de 500 generaciones campesinas e indígenas que han desarrollado nuestros maíces sagrados y el sistema milpa. •

Photo by Sunira Moses on Unsplash