Mundo: Debate sobre el Buen Vivir. Armonía de la Comunidad con la Naturaleza

Hay mucho por discutir, pero he querido abonar las ciencias sociales en América Latina desde el punto de vista del Ecuador. El movimiento indígena en su conjunto eleva la voz y dice que aquí no hay el monismo cultural ni el monismo jurídico.

Desde nuestro punto de vista advertimos la presencia de dos matrices civilizatorias que han convivido durante 500 años y más:

– La matriz civilizatoria occidental-cristiana y centenaria, que es eurocéntrica, egocéntrica, decimos centenaria porque es reciente.

– La matriz civilizatoria indígena y milenaria, que existe desde hace 10 mil años.

Por eso decimos que hay múltiples paradigmas. Ya no existe un solo paradigma, ese paradigma universal que es el occidental. Occidente anula la existencia de otros sistemas y paradigmas, como el paradigma de Oriente, el paradigma de Abya Yala, el paradigma de África. El paradigma de Occidente viene acompañado por el cristianismo.

Acumulación y mercantilización

El sistema occidental establece como su modelo dominante y universal el capitalismo, cuya esencia es la acumulación. Su base es la apropiación de los medios de producción, la privatización de la Madre Naturaleza. Incluso los conceptos los debemos ir revisando, nos han enseñado a decir recursos. Nos dicen recursos humanos, recursos naturales, porque todo tiene que ver con la mercantilización de las cosas, la mercantilización del ser humano, en ese sentido ellos han puesto los nombres perfectos.

El sistema occidental se sustenta en la explotación del trabajo del ser humano. Se considera el sistema económico, político, de la vida, único, válido y global, ese es el sistema occidental.

El concepto de crecimiento económico es la base del desarrollo social, es el símbolo de progreso sin alternativas. El desarrollo y el crecimiento económico bajo el control del mercado, expresión de lo individual y el egoísmo. El modelo procura desarmar las nociones de planificación social y formaciones sociales o colectivas para la ampliación de las fronteras de explotación. A más crecimiento, más acumulación del capital. Así es como se mueve el mundo actual.

Estados Plurinacionales

Los Estados Plurinacionales se sustentan en la diversidad de la existencia de nacionalidades y pueblos, como entidades económicas, culturales, políticas, jurídicas, espirituales y lingüísticas, históricamente definidas y diferenciadas. Se dirigen a desmontar el colonialismo. Si nosotros hubiéramos dicho en los años 70 que el estado se sustenta en naciones, nos hubieran colgado, por eso decimos nacionalidades aun sabiendo que somos naciones. Para desmontar este estado colonial debemos hacerlo desde la autodeterminación de los pueblos.

Pero hay que tener en cuenta que dentro del estado plurinacional no solamente estamos naciones originarias, pueblos originarios. Hay otros, por ejemplo la afrodescendencia que está junto a nosotros en este continente, están los mestizos, algunos dicen blancos mestizos, pero nosotros los conocemos como indios mestizos, y estamos juntos, juntos aunque sea de espaldas. Pero lo que queremos es que construyamos este Estado juntos, un Estado nuevo desde la crítica a las estructuras del Estado. A esa institucionalidad actual hay que darle duro porque son estructuras coloniales. Además, no quedarnos ahí, hay que cuestionar este modelo, tenemos que destruir este modelo, para construir un Estado distinto, nuevo y un modelo distinto de vida.

Dimensiones contrapuestas

Descartes, un representante del pensamiento occidental, dice que el hombre es amo y señor de la naturaleza. Es la visión del capital, el crecimiento económico, que rompe la relación del ser humano con la naturaleza y la ve como recurso, como mercancía y privatizable.

En cambio, el jefe indígena de Seattle – Estados Unidos, dice algo hermoso: “La humanidad no hizo el tejido de la vida, es solo una hebra… y lo que hace con la trama o el tejido se lo hace a sí mismo”. Venimos de ella, vivimos en ella y somos parte de la Pachamama.

Hoy estamos viviendo la crisis planetaria, es porque la estamos haciendo con nuestras propias manos. Nos estamos rasgando las vestiduras, preguntándonos y ahora qué pasa, por qué llueve, por qué hay inundaciones, por qué la sequía, etcétera, es decir el calentamiento global.

La ética y el crecimiento económico son dimensiones contrapuestas, no tiene que ver nada con lo que piensa occidente, porque occidente piensa primero en la explotación de la naturaleza y la humanidad, por eso son dimensiones contrapuestas. El crecimiento y el libre mercado han generado la competitividad, vivimos en una locura, todo es competitividad. En nuestras universidades enseñan esta forma de vida, si no es competitivo, no puede entrar al sistema, simplemente se queda. Esto se contrapone al concepto de complementariedad que existe en nosotros los pueblos originarios, un concepto y práctica que son milenarios. Es una sociedad de competidores, una sociedad de perdedores, de violencia y miseria.