Cumple Cherán 4 años de autogobierno, sin partidos

“Ningún candidato nos apoyó”

Esa noche, el pueblo se organizó por barrios, alzó barricadas y fogatas en las bocacalles para impedir el posible regreso de los grupos armados, y elaboró un pliego petitorio que ha sido la base hasta ahora: seguridad, justicia y ronda comunitaria.

“Ese día dijimos ‘en Cherán ni un partido más’, porque sabíamos del daño que nos habían hecho y porque ningún carajo partido vino a preguntarnos qué carajos teníamos y queríamos”, agregó el consejero comunal.

Los sicarios no regresaron, pero el gobierno sí envió un funcionario estatal al día siguiente, quien regresó por el mismo camino al no tener soluciones que ofrecer. Dos días después los comuneros fueron a Morelia para reunirse con el gobernador Leonel Godoy, quien no los recibió porque tenía programada la inauguración de una escuela.

“No teníamos ni una semana de haber impedido el paso a los talamontes cuando emboscaron a dos comuneros, lo que todavía enojó más a la comunidad que refrendó que no se permitiría más el paso a quienes no vinieran a apoyarnos. Mientras, nos costaron todas las comunicaciones, no se podían hacer llamadas, recibir señal de televisión o Internet”, agregó.

El pueblo se manifestó en Morelia e inició una batalla legal hasta que el Tribunal Electoral federal les dio la razón sobre su autonomía, luego que el Instituto Electoral de Michoacán insistió en que la elección del 13 de noviembre de 2011 debía realizarse.

Según el resolutivo federal, Cherán elegiría a su ayuntamiento sin intervención de partidos políticos, mediante el sistema de usos y costumbres, lo cual fue confirmado el 18 de diciembre de 2011 en una consulta popular en la que 4 mil 844 votaron a favor y sólo siete en contra.

Así, desde el 5 de febrero de 2012, con el reconocimiento del Congreso michoacano, Cherán tuvo su concejo municipal electo en asambleas comunitarias, éxito administrativo visible en las calles del pueblo donde cuadrillas mantienen la limpieza de las calles, el buen funcionamiento de la infraestructura municipal y los bienes comunitarios.

Hoy el pueblo parece cualquier otro, salvo por el trabajo comunitario, por las 189 fogatas que cada noche funcionan para impedir el paso de “los malos”, y como una especie de ágora donde comienza la deliberación democrática que pronto desembocará en el nombramiento de las nuevas autoridades a la usanza tradicional.