Cooperativismo una alternativa al capitalismo

La experiencia pasado nos sirve para aprender a separar las luces de las sombras, a rescatar lo positivo y desterrar lo que no sirve y construir un nuevo modelo cooperativo para el bien común; como una alternativa a la empresa privada, a los monopolios y oligopolios.

Para que el Cooperativismo se convierta en un proyecto alternativo al modelo capitalista debe ser fomentado y desarrollado  por las fuerzas organizadas de la sociedad y por el Estado estableciendo reglas y normas que incentiven y posibiliten a que los grupos sociales se agrupen para crear este tipo de empresas en beneficio de los propios trabajadores y de la sociedad en su conjunto.

El 10 de abril de 2013, el gobierno que preside Evo Morales aprobó la nueva Ley de General de Cooperativas, Ley Nº 356.  Esta Ley crea la Autoridad de Fiscalización y Control del Sistema Cooperativo, con el objetivo de regular la constitución, organización, funcionamiento, supervisión, fiscalización, fomento y protección del sistema cooperativo en el país y reemplazará a la anterior Ley de Sociedades Cooperativas, luego de más de 50 años de vigencia.

Establece los principios que sustenta el cooperativismo como son la solidaridad, la Igualdad, la reciprocidad, la equidad, finalidad social (interés colectivo por encima del interés individual), no lucro de sus asociados (prohíbe el enriquecimiento individual), etc.

La ley identifica a las cooperativas por sectores: productivas (mineras, agropecuarias y otros), de servicios (vivienda, educación y otros) y servicios públicos (telecomunicación, electricidad, agua y otros).

La ley 356 crea la  nueva entidad pública del Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social, denominada Autoridad de Control y Supervisión de Cooperativas (AFCOOP), en reemplazo de la Dirección General de Cooperativas (DIGECO). Esta nueva institución tendrá la función de hacer cumplir la presente ley y sus Decretos Reglamentarios, como también regular, fiscalizar y supervisar a este sector.

Esperamos que esta nueva Ley  se convierta en un instrumento estratégico para desarrollar el cooperativismo como una alternativa a las empresas capitalistas logrando transformaciones económicas, productivas y sociales; erigiéndose como un nuevo poder de beneficio colectivo, de solidaridad y de cooperación; superando las relaciones mercantilista, individualista y egoísta en la que aún está inmerso nuestra sociedad.

Pero si el Estado por una razón de relaciones de poder y de buscar beneficios o adhesiones electorales coyunturales privilegia a sectores cooperativistas, como los mineros, en desmedro de otros sectores, entonces el sentido y la esencia del cooperativismo se distorsiona y se desvía para otros fines.

Países como el nuestro que aspiran a construir un nuevo socialismo que aun esta por construirse, el sistema cooperativo es una oportunidad y una vía alternativa que hay que potenciar, fomentar y desarrollar para el bien común, siempre y cuando se eviten las distorsiones y desviaciones capitalistas en el seno del mismo sistema cooperativo.

La ayuda mutua para luchar contra la desigualdad y la injusticia no es una utopía porque existen cientos de miles de cooperativas que funcionan en todo el mundo y nos sirven de ejemplo e inspiración.

(1)  Cooperativismo en las economías nacionales. Periódico Opinión, Cochabamba, 6 de Septiembre del  2013.