Considere estos nutracéuticos para disminuir los coágulos por COVID-19

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 10 de julio del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • Las complicaciones en el proceso de coagulación pueden elevar el riesgo de padecer un estado grave de COVID-19, que puede ser un reflejo de la infección de las células endoteliales vasculares causada por SARS-CoV-2
  • Y esto podría derivar en una insuficiencia respiratoria. Las células infectadas pueden producir un factor tisular, que desencadena una cascada que puede resultar en la señalización de la NADPH-oxidasa
  • Los virus de ARN, como el SARS-CoV-2, pueden activar la NADPH, al aumentar la producción de superóxido y peróxido de hidrógeno, lo que podría generar estrés oxidativo
  • Los nutracéuticos, como la espirulina, germinado de brócoli en polvo, polvo de glicina y N-acetilcisteína (NAC) pueden ayudar a disminuir la trombosis

Cualquier persona enfrenta la posibilidad de contraer el virus SARS-CoV-2, que causa la enfermedad de COVID-19. Por lo que, puede influir de forma significativa en su riesgo de infección y la gravedad de la enfermedad al aplicar estas medidas sencillas. Los síntomas del COVID-19 pueden variar desde leves a devastadores.

Hay factores que podrían elevar el riesgo de que una persona desarrolle un cuadro grave de la enfermedad. Estos incluyen a las enfermedades subyacentes como la obesidad, enfermedad cardíaca, diabetes tipo 2 y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

En una evaluación de pacientes con COVID-19 de seis hospitales en Atlanta, los investigadores encontraron algunos factores independientes que pueden elevar el riesgo de hospitalización, incluyendo sexo masculino, tabaquismo, diabetes tipo 2, obesidad y edad avanzada.

Los datos también demostraron que los afroamericanos tenían una mayor incidencia de hospitalización, lo que se correlaciona con niveles más bajos de vitamina D, un factor de riesgo significativo para el nivel de gravedad del COVID-19. En una estimación publicada solo unos meses antes de anunciar el COVID-19, los investigadores encontraron que, en los Estados Unidos, el 40 % de los adultos exhibía una deficiencia de vitamina. Sin embargo, ese número aumentó al 76 % en la población de afroamericanos.

Asimismo, hay factores que pueden disminuir su riesgo de un estado grave de la enfermedad. Estos podrían incluir mantener sus niveles de vitamina D de 60 ng/ml a 80 ng/ml, abordar cualquier enfermedad subyacente, dormir la cantidad de horas necesarias, hacer ejercicio y mantenerse hidratado.

Los problemas de coagulación causados por el COVID-19 podrían elevar el riesgo de agravar el estado de la enfermedad

James DiNicolantonio, Pharm.D y Mark McCarty publicaron un seguimiento de un artículo publicado el 12 de febrero de 2020. DiNicolantonio es un científico que realiza investigación cardiovascular, y McCarty es un nutricionista aplicado y teórico biomédico.

En el primer artículo, publicado en Progress in Cardiovascular Diseases, propusieron un argumento que favorecía a nutracéuticos específicos que podrían ayudar a las personas infectadas con COVID-19. El segundo artículo se publicó recientemente en Open Heart BMJ. En este se propuso una vía que podría provocar un estado grave de la enfermedad.

El ensayo, que expresaron evidentemente como una hipótesis creíble, tenía la intención de impulsar el debate y proponer estudios sobre las interacciones entre el virus y las células endoteliales vasculares.

La base de la propuesta se enfocó en la alta tasa de complicaciones en el proceso de coagulación en las personas con un estado grave de COVID-19. DiNicolantonio y McCarty consideran que la vía parece reflejar la infección de las células endoteliales vasculares. Estas células exhiben una alta expresión de la proteína ACE2, que el virus SARS-CoV-2 utiliza para invadir.

Los pacientes con un estado grave de COVID-19 presentan hipercoagulabilidad, lo que puede derivar en insuficiencia respiratoria aguda. En un estudio, los pacientes que ingresaron en el Hospital Universitario de Padua en Italia por insuficiencia respiratoria aguda exhibieron “perfiles de tromboelastometría notablemente hipercoagulables”. Entonces los investigadores concluyeron:

“En conclusión, los pacientes con COVID-19 e insuficiencia respiratoria aguda exhiben un estado grave de hipercoagulabilidad, en vez de una coagulopatía consuntiva. La formación de fibrina y la polimerización pueden predisponer a la trombosis y correlacionarse con un peor resultado”.

Existe alguna evidencia de que la infección de las células endoteliales por el virus SARS-CoV-2 podrían causar una lesión celular, que puede estar involucrada en una falla orgánica.Publicidad


El rol patogénico de la NADPH

Según DiNicolantonio y McCarty, “se ha sugerido que la diátesis trombótica relacionada con COVID-19 refleja una endoteliopatía inducida por una infección viral de las células endoteliales”.

Propone que las complicaciones en el proceso de coagulación en una infección causada por COVID-19 pueden desencadenarse cuando las células infectadas utilizan la vía de señalización de nicotinamida adenina dinucleótido fosfato hidrógeno (NADPH). Esto es demasiada información, pero la NADPH es un factor clave en la producción de especies reactivas del oxígeno (ROS) producidas durante el metabolismo del oxígeno.

De igual manera, es un componente de comunicación activa durante las infecciones virales y bacterianas. Por lo tanto, la conclusión esencial es que la acumulación intracelular de especies reactivas del oxígeno podría inhibir la replicación viral. Pero, una cantidad excesiva podría elevar el estrés celular, lo que puede promover la muerte celular.

Antes del SARS-CoV-2, los investigadores habían demostrado cómo algunos virus de ARN activaban la NADPH-oxidasa. El COVID-19 también es un virus de ARN de cadena sencilla con captación intracelular. DiNicolantonio y McCarty plantearon la hipótesis de que, después de que el SARS-CoV-2 accediera a los endosomas en las células endoteliales, también podría activar la NADPH.

Lo que resultaría en una mayor producción local de superóxido y peróxido de hidrógeno. El superóxido es una especie reactiva del oxígeno en la que se añade un electrón a una molécula de oxígeno. La adición de otro electrón puede producir peróxido de hidrógeno.

Como he escrito antes, el superóxido tiene un rol significativo en el estrés oxidativo que ocurre en enfermedades crónicas identificadas como comorbilidades del COVID-19, como la obesidaddiabetes y enfermedad cardíaca.

El neumólogo Dr. Roger Seheult de MedCram.com plantea la hipótesis de que cuando el SARS-CoV-2 se une y reduce un receptor ACE2, puede elevar la cantidad de superóxido producido, lo que a su vez podría causar un estrés oxidativo que podría resultar en trombosis y la disfunción de las células endoteliales.

El selenio podría atenuar el estrés oxidativo y la tormenta de citoquinas

DiNicolantonio y McCarty indicaron que era difícil localizar estudios clínicos que midieran biomarcadores de estrés oxidativo en pacientes con SARS-CoV-2; pero, señalaron que “las provincias de China donde el suelo es deficiente en selenio, concuerda con la perspectiva de que el estrés oxidativo podría tener un rol patogénico crucial en este síndrome, y que el selenio es necesario para la función de múltiples enzimas antioxidantes, incluyendo la glutatión peroxidasa y la tiorredoxina reductasa”.

DiNicolantonio sugiere que la hidroxicloroquina (HCQ), que se utiliza comúnmente para tratar el lupus eritematoso sistémico, puede ayudar a reducir el riesgo de coagulación en el COVID-19, como lo hace con el lupus eritematoso sistémico. Y postula que:

“… ese HCQ también puede prevenir la activación endosómica de la NADPH-oxidasa en las células endoteliales expuestas al SARS-CoV-2, lo que podría reducir el riesgo de complicaciones trombóticas relacionadas con la infección por COVID-19.

Esto es de particular interés en vista de la capacidad de HCQ para inhibir el SARS-CoV-2 in vitro, y de la evidencia preliminar de que la administración de HCQ temprana durante el proceso de COVID-19 podría mejorar los resultados terapéuticos, probablemente al ralentizar las células propagación celular del virus”.

La espirulina es un posible nutracéutico con un poderoso efecto para reducir los niveles de NADPH, que según indica puede explicar el efecto de una menor inflamación en los animales cuando se administra por vía oral:

“Asimismo, se ha descubierto que la ficocianbilina (PCB), un metabolito de la biliverdina expresado prominentemente como un cromóforo que absorbe la luz en las cianobacterias (como la espirulina) y muchas algas verdeazuladas, puede simular la capacidad de la bilirrubina no conjugada relativa química para inhibir los complejos de NADPH-oxidasa”.

Otros han contemplado que la espirulina también puede servir de apoyo para la respuesta de interferón tipo 1 y, por lo tanto, reducir la posibilidad de que ocurra una tormenta de citoquinas, que es el síntoma característico de un estado grave de COVID-19. Incrementar los niveles de glicina también puede ayudar a suprimir la NADPH. La glicina también puede ayudar a controlar las complicaciones trombóticas, ya que puede generar un efecto directo sobre las plaquetas.

Los autores plantean la hipótesis de que utilizar glutatión puede ayudar a mediar la expresión enzimática que puede revertir la oxidación de la cisteína. La expectativa sería que esta reacción podría contrarrestar la señalización del peróxido de hidrógeno. Asimismo, podrían obtenerse beneficios al utilizar el sulforafano, ácido lipoico o ácido ferúlico además de N-acetilcisteína (NAC):

“Las medidas que reprimen el estrés oxidativo endotelial mientras que respaldan la actividad eficaz de eNOS no solo podrían ayudar a controlar las complicaciones trombóticas causadas por el COVID-19, sino que se espera que puedan atenuar la excesiva afluencia de neutrófilos promotores de los problemas respiratorios en este síndrome”.

Las intervenciones terapéuticas con nutracéuticos podrían disminuir la gravedad de la enfermedad

Las reacciones bioquímicas que han llevado los autores a hacer estas conclusiones podrían ser un poco confusas. Para una introducción rápida, consulte “Funciones de la NAC y el glutatión en el tratamiento prometedor contra el COVID-19“. En ese artículo, continúo explicando las propiedades antivirales de NAC y cómo podría ayudar con el síndrome de dificultad respiratoria aguda. Esta es una complicación grave relacionada con una lesión pulmonar.

De igual manera, enlisto algunos estudios que han demostrado cómo NAC puede servir de apoyo en el tratamiento de problemas pulmonares, además de ayudar a evitar la formación de coágulos sanguíneos y derrames cerebrales. Cada uno de estos factores tiene un rol importante en el tratamiento de COVID-19.

DiNicolantonio y McCarty proporcionan recomendaciones específicas para los suplementos que pueden ayudar a reducir los efectos trombóticos y, por consiguiente, disminuir la gravedad de la enfermedad. Estos incluyen algunos como:

Hidrógeno molecular: Sin duda alguna, es la mejor estrategia para mejorar la patología de una enfermedad como el COVID-19, ya que disminuye el estrés oxidativo de manera selectiva y según sea necesario. Una de las vías por las que ejerce su acción es al inhibir la NOX (NADPH Oxidasa) que posteriormente disminuye la absorción de NADPH y como resultado, incrementa los niveles de NADPH.
Espirulina: esta es una forma de alga azul-verde que se desarrolla en agua dulce y salada. Es un organismo simple y unicelular que técnicamente es una forma de cianobacteria que ostenta diversos beneficios.La espirulina puede ayudar a combatir la inflamación, aliviar alergias, controlar la presión arterial alta y mejorar la salud cerebral. Puede encontrarla en cápsulas, tabletas, polvos y hojuelas. DiNicolantonio recomienda 15 g (cucharada sopera de polvo), una vez al día.
Glicina en polvo: DiNicolantonio y McCarty señalan que “la glicina suplementaria ha demostrado… ejercer efectos antiinflamatorios, inmunomoduladores, citoprotectores, estabilizadores de plaquetas y antiangiogénicos en estudios con roedores, que pueden tener relevancia clínica”.Este polvo es “económico, muy soluble y tiene un agradable sabor dulce”, DiNicolantonio recomienda tomar 5 gramos dos o tres veces al día. Puede utilizarlo como un endulzante saludable ya sea en el té o café.
Ácido lipoico: este es un compuesto natural y antioxidante directo. Las pruebas sugieren que puede ayudar en el aprovechamiento de la glucosa y su administración por vía intravenosa puede ayudar a reducir la neuropatía diabética periférica. Recomienda tomar 600 mg, dos o tres veces al día.
Germinado de brócoli en polvo: este proporciona sulforafano, un compuesto que puede elevar los niveles de glutatión. DiNicolantonio recomienda 5 gramos una o dos veces al día.
N-acetilcisteína (NAC): Se ha descrito como “un precursor del glutatión”. Es un poderoso antioxidante y se utiliza por vía intravenosa para tratar la sobredosis de acetaminofén (Tylenol). Por inhalación, puede ayudar a descongestionar las obstrucciones por mucosidad en el árbol bronquial.Por vía oral, puede ayudar a preservar la función renal y se ha utilizado para abordar trastornos psiquiátricos y abuso de sustancias. Recomienda tomar 600 mg, dos o tres veces al día.