Cofepris aprueba el consumo humano de maíz tóxico

Para ello, la muestra de 200 ratas debía ser alimentada durante toda su vida (2 años) con la semilla genéticamente modificada. Monstanto avaló su producto tras únicamente 3 meses de estudios. Al cuarto mes, los cuerpos de las ratas de Sèralini comenzaron a mostrar daños severos, lo que hace pensar a investigadores y expertos en todo el mundo que la trasnacional sí conoce de los riesgos para la salud que representa el consumo de su producto.

Con ventas por más de 7 millones de dólares y una participación en el mercado mundial del 27 por ciento en la comercialización de semillas, Monsanto es la empresa de semillas, biotecnología y agroquímicos más grande del mundo.

Estima el Grupo ETC que las empresas de semillas del sector privado suministran alrededor de dos tercios del total de la venta de semillas de cultivo a nivel mundial. “La participación en el mercado mundial de las tres empresas de semillas más grandes (Monsanto, DuPont, Syngenta) pasó de 20 por ciento del mercado de semillas patentadas en 2002 a 53 por ciento en 2009”.

Por sus características e implicaciones globales, la operación se llevó bajo estricto sigilo. Tal como lo documentó el semanario francés Le Nouvel Observateur, Sèralini y el equipo debieron conseguir clandestinamente las semillas de maíz transgénico NK 603, propiedad patentada de Monsanto, a través de una escuela de agricultura en Canadá, y transportarlas de la misma forma a Francia, codificar las comunicaciones telefónicas y los correos electrónicos entre los miembros del equipo, mantener en secreto sus conclusiones y poner en marcha un estudio señuelo.

Pese a su impacto, la investigación encabezada por el biólogo molecular analiza apenas una de las líneas transgénicas que se siembran, cosechan y consumen en el globo terráqueo con la venia de las autoridades.

De acuerdo con Antonio Turrent, presidente de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS), a la fecha existen 36 secuencias transgénicas de maíz a nivel comercial.

En el ámbito experimental es difícil conocer el número de secuencias transgénicas. Catherine Marielle dice a Contralínea que en Estados Unidos incluso se siembra maíz biorreactor, que produce fármacos, plásticos y sustancias industriales. En México no se permite la siembra de estas líneas.

“Cada transgen tuvo su evaluación por separado. Pero nunca se analizó la combinación de éstos dentro de un mismo organismo, su interacción con el medio ambiente ni sus efectos en la salud.”

La experta señala que hay plantas con secuencias transgénicas acumuladas. Es el caso del SmartStax, grano de maíz producido a partir de una colaboración entre Dow AgroSciences y Monsanto. Dicha semilla contiene ocho rasgos transgénicos combinados: seis para la resistencia a insectos y dos para la tolerancia a herbicidas.

En 2010 la Cofepris aprobó las importaciones de grano de maíz SmartStax, producido y sembrado en Estados Unidos y Canadá. Además de México, el grano es importado a Japón, Corea, Taiwán, Australia y Nueva Zelanda, entre otros países.

México no evalúa impacto de transgénicos en la salud

El 7 de julio de 2002 la Cofepris autorizó para consumo humano el maíz MON-00603-6, también conocido como MON 603, propiedad de Monsanto. La dependencia encargada de evaluar el riesgo sanitario de la semilla únicamente puede liberar permisos luego de una investigación. Los resultados de ésta no son de carácter público. Tampoco el del resto de las especies transgénicas que aprobó para su consumo y el de aquellas líneas que se siembran de manera experimental o piloto.

La Comisión Nacional para el Conocimiento y el Uso de la Biodiversidad (Conabio) se pronunció al respecto: “…Hasta donde sabemos los resultados no son públicos, por lo que en opinión de esta Comisión Nacional es imposible pretender que diferentes sectores de la sociedad sean partícipes de la Consulta Pública a la que invita la autoridad competente, y que le marca la LBOGM [Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados] como obligatoria si no se brindan los elementos mínimos necesarios para verter una opinión informada, al no haber acceso a la información resultante de las liberaciones previas”.

La Red en Defensa del Maíz, la Vía Campesina, la UCCS, Greenpeace, el Grupo ETC, el Grupo de Estudios Ambientales, la Asamblea de Afectados Ambientales, el Ceccam, Green, Al Poder del Consumidor y Al Consumidor son algunas organizaciones que han declarado su preocupación frente a la siembra de maíz transgénico en el país.