Coenzima Q10: una fuente excelente de nutrientes para la salud mitocondrial

Por Mercola, 04 de septiembre del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • La coenzima Q10 y su versión reducida, el ubiquinol, están entre los suplementos más populares para la salud mitocondrial. Entre 2000 y 2016, el número de personas en los Estados Unidos que utilizaron la coenzima CoQ10 aumentó de 2 millones a 24 millones
  • Tomar este suplemento ayuda a proteger la mitocondria del daño oxidativo, lo cual es útil para una variedad de problemas de salud y enfermedades crónicas, entre las que encontramos enfermedades cardíacas y cerebrales
  • El ubiquinol es particularmente importante si toma una estatina, ya que estos medicamentos para disminuir el nivel de colesterol bloquean la capacidad del cuerpo de producir CoQ10, lo que puede tener consecuencias graves para el corazón

De acuerdo con la publicación New Hope, la coenzima Q10 (CoQ10) y su versión reducida, el ubiquinol, están entre los suplementos más populares para la salud mitocondrial.

Entre 2000 y 2016, el número de personas en los Estados Unidos que utilizaron la coenzima CoQ10 aumentó de un estimado de 2 millones a 24 millones, y el número de marcas con productos que contienen CoQ10 incrementó de 18 a 125.

La rapidez del crecimiento sugiere que las personas están tomando más en cuenta la importancia de la salud mitocondrial, lo que es una magnífica noticia.

El ubiquinol representa un papel importante en la cadena de transporte de electrones de las mitocondrias, donde facilita la conversión de los sustratos de energía y oxígeno en la energía biológica necesaria para la vida, reparación y regeneración de las células.

Es un antioxidante soluble en grasa, lo que significa que funciona con las porciones de grasa en el cuerpo, como las membranas celulares, donde limpia los subproductos potencialmente dañinos del metabolismo, conocidos como especies reactivas al oxígeno (ROS, por sus siglas en inglés).

Tomar este suplemento ayuda a proteger las mitocondrias del daño oxidativo, lo que, a su vez, ha demostrado ser útil para una variedad de problemas de salud y enfermedades crónicas.

Esto es de esperarse, ya que muchos problemas de salud, como las enfermedades cardíacas y migrañas —para las que la enzima CoQ10 ha demostrado ser beneficiosa— parecen originarse en la disfunción mitocondrial.

Se han detectado niveles bajos de CoQ10 en las personas con ciertos tipos de cáncer, como de pulmón, seno y páncreas, así como melanoma metastásico, lo que fortalece aún más la teoría metabólica del cáncer.

La enzima CoQ10 y el ubiquinol

El ubiquinol es la versión completamente reducida de la enzima CoQ10. Son la misma molécula, pero cuando la enzima CoQ10 se reduce acepta dos electrones, lo que la convierte en lo que conocemos como ubiquinol.

En el cuerpo, esta conversión ocurre miles de veces cada segundo dentro de las mitocondrias, que son los “motores” de casi todas las células. La conversión de la CoQ10 en ubiquinol es parte del proceso que le permite al cuerpo convertir los alimentos en energía.

El ubiquinol es el único antioxidante soluble en grasa que se genera dentro del cuerpo y no es necesario obtener de los alimentos. La desventaja es que, para cuando llega a los 30 años, el cuerpo comienza a producir cada vez menos.

Con la edad, muchas personas también comienzan a perder la capacidad de convertir la coenzima CoQ10 en ubiquinol y es por esto que se recomienda comúnmente ubiquinol a las personas mayores, mientras que a las más jóvenes les funciona bastante bien la coenzima CoQ10.

Muchas condiciones de salud pueden beneficiarse de la coenzima CoQ10

Los investigadores han identificado una variedad de problemas y enfermedades donde la coenzima CoQ10 o el ubiquinol pueden ser muy beneficiosos, como las siguientes:

Enfermedades cardíacas (idealmente en combinación con selenio)Migrañas
DiabetesEsclerosis lateral amiotrófica (ELA)
Fatiga crónicaTrastorno del espectro autista
HipertensiónTrasplante de corazón o insuficiencia cardíaca crónica
Prolapso de la válvula mitral (idealmente, en combinación con magnesio)Arritmia

El ubiquinol es particularmente importante si toma una estatina, ya que estos medicamentos para disminuir el nivel de colesterol agotan el suministro de CoQ10, lo que puede tener consecuencias graves en el corazón y otros músculos.

Las investigaciones también han mostrado que la coenzima CoQ10 puede mejorar el rendimiento atlético, al aumentar el estado energético, la producción máxima de potencia y la recuperación muscular al tomarse en dosis de 200 a 300 miligramos (mg) al día.

Los atletas de clase mundial que necesitan un volumen extra de ATP podrían tomar hasta de 300 a 600 mg al día.

Los beneficios de la coenzima CoQ10 para un corazón saludable

La coenzima CoQ10 es quizá mejor conocida por apoyar a la salud cardíaca y cardiovascular, ya que el corazón es uno de los músculos que más energía consumen en el cuerpo. Sin energía suficiente, el corazón no podrá funcionar de forma adecuada.

Las deficiencias crónicas de nutrientes pueden ocasionar una variedad de problemas cardíacos, como cardiomiopatía (un problema caracterizado por la inflamación, pérdida de elasticidad y agrandamiento del corazón), disfunción diastólica, enfermedades de la válvula cardíaca, arritmia (ritmo cardíaco irregular) e insuficiencia cardíaca.

Además de la coenzima CoQ10, otros ejemplos de nutrientes que son importantes para la salud cardíaca son —pero no se limitan a—: las vitaminas B (como el folato o B9 y B12), carnitina, taurina, magnesiovitamina K2vitamina D y omega-3 de origen animal. Todos estos representan un papel importante en la función adecuada de las mitocondrias.

Ya que el ubiquinol también actúa como un antioxidante, parte de sus beneficios se pueden atribuir a su capacidad para calmar la inflamación. Dos marcadores de la inflamación son la gamma-glumatil transferasa (GGT) —que es un marcador temprano de la insuficiencia cardíaca— y NT-proBNP.

De hecho, hay una relación entre los niveles de estos dos marcadores y el ubiquinol. Cuando se suplementa con ubiquinol, ambos marcadores disminuyen y los genes relacionados a ellos se reducen, por lo que hay un menor riesgo de problemas cardíacos y otros problemas originados por la inflamación crónica.

Tenga cuidado, las estatinas comprometen su corazón y su salud de muchas formas

Al menos 1 de cada 4 adultos en los Estados Unidos de más de 40 años toma una estatina; aparentemente, para proteger su salud cardíaca.

Desafortunadamente, estos medicamentos agotan, inhiben o interfieren con una variedad de nutrientes muy importantes para el corazón, como la enzima CoQ10, la vitamina K2 y el glutatión peroxidasa (una proteína que contiene selenio), lo cual ayuda a explicar por qué las estatinas podrían, en realidad, aumentar el riesgo de insuficiencia cardíaca.

Si está tomando una estatina, es realmente importante que se asegure de suplementarse con ubiquinol y monitorear su consumo de vitamina K2 y selenio.

Además, las estatinas también disminuyen la capacidad del hígado para producir cetonas, ya que la enzima que las produce es la misma que produce colesterol, específicamente la HMG-CoA reductasa. Esta es la enzima que inhiben las estatinas.

Esto significa que, además de disminuir el colesterol, el medicamento también compromete la capacidad corporal para beneficiarse de un combustible más saludable y limpio (la grasa).

Como resultado, puede comprometerse gravemente la capacidad de metabolizar la grasa de forma óptima y esto también tendrá consecuencias cardiovasculares, ya que privar de combustible al tejido cardíaco dañará la salud de su corazón.

Así que, si está tomando una estatina, incluso si toma vitamina K2 y ubiquinol, tendrá que afrontar el hecho de no poder generar cetonas.

Coenzima CoQ10 y selenio: el dúo perfecto para la salud cardíaca

Estudios han encontrado que tomar CoQ10 en combinación con selenio mejora la función cardíaca y disminuye casi 50 % la mortalidad cardiovascular en las personas mayores. El estudio en cuestión utilizó 200 mg de CoQ10 y 200 microgramos (mcg) de selenio al día.

La coenzima CoQ10 y el selenio trabajan en conjunto para reducir el estrés oxidativo, minimizar el daño mitocondrial y aumentar la generación de mitocondrias nuevas. Mientras que la coenzima CoQ10 es conocida por hacer todo esto por sí misma, el selenio le ayuda al cuerpo a producir y acumular CoQ10, así que es “refuerzo” importante en ese aspecto.

Estudios realizados con animales han demostrado que la deficiencia de selenio reduce la capacidad de los animales para generar CoQ10 hasta un 33 %.

Como afirma la empresa Life Extension:

“Se ha demostrado que una enzima vital que contiene selenocisteína, llamada tiorredoxina reductasa, recicla activamente las moléculas agotadas de CoQ10 (ubiquinona) y las convierte en moléculas de ubiquinol activas que combaten el estrés oxidativo. En otras palabras, el selenio mejora la eficacia de la coenzima CoQ10.

Pero, de la misma forma en la que se necesita una gran cantidad de selenio para producir y acumular CoQ10, también se necesita bastante CoQ10 para producir las enzimas que contienen selenocisteína. Además, parece haber una relación reciproca importante entre la coenzima CoQ10 y el selenio”.

La coenzima CoQ10 podría ser importante para la prevención y el tratamiento de las migrañas y la demencia

La coenzima CoQ10 también muestra ser bastante prometedora en el tratamiento de las migrañas, un tipo de dolor de cabeza debilitante que ataca a cerca de 38 millones de personas en los Estados Unidos y a mil millones de personas en el mundo entero.

Mientras que las migrañas son la tercera enfermedad más predominante en el mundo, los investigadores han tenido dificultades para identificar su causa.

En años más recientes, los científicos han comenzado a inclinarse hacia la idea de que las migrañas son un trastorno mitocondrial y estudios sugieren que ciertas deficiencias nutricionales podrían representar un papel significativo. La coenzima CoQ10 está en la lista.

La vitamina D es otro nutriente importante y ambos son significativos para la función y salud mitocondrial. Un estudio descubrió que un mayor porcentaje de niños, adolescentes y adultos que padecían migrañas tenían deficiencias de CoQ10, vitamina D y riboflavina (vitamina B2).

Curiosamente, las niñas eran más propensas a tener deficiencia de CoQ10, mientras que los niños eran más propensos a la deficiencia de vitamina D.

Estos descubrimientos, así como otros similares, ocasionaron que se apoye la teoría de que las migrañas en realidad, son un trastorno mitocondrial. Otros estudios que muestran la relación entre la coenzima CoQ10 y las migrañas son los siguientes:

  • En 2005, una prueba clínica de doble ciego, controlada con placebo y al azar encontró que aquellas personas que tomaron 100 mg de CoQ10 tres veces al día (con un total de 300 mg al día) tuvieron 48 % menos migrañas después de tres meses. El grupo placebo solo tuvo 14 % menos migrañas.
  • Otro estudio temprano encontró que los pacientes pediátricos y adolescentes con niveles bajos de CoQ10 que recibieron de 1 a 3 mg de CoQ10 por kilo de peso corporal tuvieron casi 50 % menos migrañas.
  • Un estudio realizado en 2011 encontró que tomar 100 mg de CoQ10 durante cerca de 17 meses redujo la frecuencia, gravedad y duración de las migrañas, en comparación con los placebos. Sus efectos beneficiosos fueron visibles tras el primer mes de suplementación.
  • Un estudio realizado en 2015 con una fórmula comercial que contenía 150 mg de CoQ10 en combinación con 400 mg de riboflavina (vitamina B2), 600 mg de magnesio y otros nutrientes, encontró que disminuía cerca del 50 % la frecuencia de las migrañas y reducía significativamente su intensidad, en comparación con los placebos.

Estudios también sugieren que la coenzima CoQ10 puede ser útil para otros trastornos relacionados con el cerebro y como tratamiento para las migrañas. Por ejemplo, investigaciones publicadas en 2014 encontraron que las personas con niveles mayores de CoQ10 tuvieron 77 % menos riesgo de demencia que aquellas con los menores niveles.

Cómo regenerar la coenzima CoQ10 de forma natural

Investigaciones también mostraron que puede mejorar la conversión corporal de CoQ10 a ubiquinol al consumir una gran cantidad de vegetales ricos en clorofila, en combinación con la exposición al sol. Una vez que se consume la clorofila se transporta hacia la sangre.

Luego, cuando expone cantidades significativas de piel al sol, esa clorofila absorbe la radiación solar y facilita la conversión de la coenzima CoQ10 en ubiquinol.

También puede mejorar la absorción de la coenzima CoQ10 de los alimentos o suplementos al consumirla con una pequeña cantidad de grasa saludable, como aceite de oliva, aceite de coco o aceite MCT. Los alimentos particularmente ricos en CoQ10 son:

Carne de res de pastoreoArenquePollos camperos orgánicos
Semillas de sésamoBrócoliColiflor

Dosis recomendadas

Las dosis generales recomendadas varían de 100 a 600 mg al día y, como regla general, mientras más enfermo esté, más necesitará. Una buena cantidad para comenzar es de 200 a 300 mg de CoQ10 o ubiquinol al día. En tres semanas sus niveles en plasma se habrán estabilizado en su nivel óptimo.

Después de esto, puede disminuir a 100 mg al día como dosis de mantenimiento. Por lo general, esto es suficiente para las personas saludables. Dividir la dosis para tomarla dos o tres veces al día (en vez de hacerlo en una sola toma) ocasionará niveles más altos en la sangre.

Si tiene un estilo de vida activo, hace mucho ejercicio, padece una enfermedad crónica o está bajo mucho estrés, lo ideal es tomar una dosis mayor, de 200 a 300 mg al día.

Recuerde, si está tomando una estatina DEBE tomar al menos de 100 a 200 mg de ubiquinol o CoQ10 al día, o más. Para tratar la insuficiencia cardíaca u otros problemas cardíacos significativos, podría ser necesario tomar cerca de 350 mg al día o más.

Lo ideal es trabajar en conjunto con su médico para determinar su dosis ideal. Su doctor puede realizarle un análisis de sangre para medir sus niveles de CoQ10, el cual podría indicarle si su dosis es lo suficientemente alta para mantenerse en el rango adecuado.

También tenga en cuenta que los suplementos de CoQ10 pueden interactuar con ciertos medicamentos, como los bloqueadores beta, ciertos antidepresivos y medicamentos para quimioterapia, así que, asegúrese de consultar a su doctor si toma algún medicamento.