Chile: Protesta Contra Pacto de Monsanto con Universidad

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Frente al reciente convenio establecido entre la compañía Monsanto y la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la Pontificia Universidad Católica de Chile (FAIF), las organizaciones de estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Chile abajo firmantes declaramos lo siguiente:

Hacemos pública nuestra indignación y rotundo rechazo al convenio establecido entre Monsanto y la FAIF, tomando en consideración el amplio prontuario de escándalos, corrupción y malas prácticas de Monsanto.

Monsanto ha sido responsable de las siguientes repudiables acciones:

    La producción de los PCBs empleados particularmente por la industria eléctrica, que han contaminado gravemente la cadena alimenticia marina y a pesar de su prohibición hace décadas sigue causando graves alteraciones en el sistema endocrino de miles de personas alrededor del mundo.
    La invención de la dioxina, compuesto altamente peligroso derivado de la fabricación de sus herbicidas que ha causado gravísimas enfermedades en agricultores alrededor del mundo.
    La producción del agente naranja, esparcido en Vietnam como arma biológica y que hoy a más de 35 años del fin de esa guerra sigue causando estragos en el medio ambiente de Vietnam (particularmente en sus fuentes de agua), además de malformaciones y otras gravísimas afecciones en la población vietnamita sin que Monsanto haya asumido nunca su responsabilidad en esta atrocidad.
    La producción de Posilac (prohibido en Europa) para aumentar la producción lechera, compuesto que ha afectado gravemente la salud del Ganado en los países donde es aplicado y la salud de los humanos que consumen la leche de este ganado, quienes ven aumentado su riesgo de padecer múltiples tipos de cáncer
    La contaminación de la cadena alimenticia mundial con productos genéticamente modificados, de los cuales aún se tiene muy poca información sobre su efecto concreto sobre la salud humana.
    La contaminación del medio ambiente con productos genéticamente modificados, alterando la biodiversidad a escala planetaria y creando una alta dependencia a sus herbicidas como el Roundup (que además causa leucemia) y otros productos químicos; asunto grave especialmente en las naciones más pobres del mundo.
    Presionar a las naciones menos desarrolladas del mundo para probar productos prohibidos en el mundo desarrollado, tales como los cultivos de algodón resistentes a insectos que fueron sembrados en India.
    La tecnología Terminator que desarrolla semillas estériles que no pueden ser reproducidas, forzando a los agricultores del mundo a tener que comprar cada año nuevas semillas.
    La invención del endulzante aspartame, que tiene efectos acumulativos sobre el sistema nervioso y aumenta el riesgo de cáncer al cerebro.
    Acoso a las organizaciones y agricultores disidentes de sus políticas a través de acciones judiciales y prácticas matonescas.

Hoy Monsanto se presenta como la empresa que tiene la solución para el hambre del mundo a través de sus cultivos transgénicos y su biotecnología. Para ello han establecido, particularmente en países menos desarrollados, convenios con prestigiosas entidades de investigación académica. La FAIF verá fuertemente comprometida la integridad y credibilidad de sus prácticas científicas, a raíz del convenio recientemente firmado. Con Monsanto suministrando recursos económicos y siendo parte del comité editorial de la publicación académica más importante de la FAIF, la autonomía de esta última queda en entredicho.

La Pontificia Universidad Católica de Chile se hace cómplice del prontuario de la Corporación Monsanto al avalar este lamentable convenio. Nosotros, como estudiantes de esta casa de estudios, manifestamos nuestro rechazo más rotundo a esta iniciativa y apelamos a la promoción de prácticas académicas con mayores estándares de ética y responsabilidad. Creemos que la Universidad comprometerá el prestigio ganado en décadas de excelencia, al hacerse parte de un convenio que a ojos de las naciones más desarrolladas, es una triste cooptación de las capacidades de fabulosos profesionales en función de los intereses de una Corporación, plenamente identificada con las peores prácticas empresariales.

Nuestro llamado a las autoridades de la Pontificia Universidad Católica y de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal, es a revertir este convenio y en el futuro contar con una política clara y transparente respecto a esta clase de asuntos, que ponen en juego la credibilidad de toda una institución frente a la opinión pública.