Campo de cultivo, campo de batalla

También de México llegaron buenas noticias. Luego de más de una década de resistencias y luchas de muchos y diversos actores en el país, el 9 de octubre un juzgado federal emitió una medida cautelar ordenando a las autoridades ambientales y agrícolas suspender los trámites para aprobar la siembra experimental, piloto y comercial de maíz transgénico. La suspensión es hasta que se resuelva el juicio por la acción civil que planteó un colectivo de 53 ciudadanos y organizaciones, incluyendo científicos, ambientalistas, productores, apicultores, artistas, entre ellos Antonio Turrent, Víctor Manuel Toledo, Miguel Concha. Adelita San Vicente y la organización Colectivas AC asumieron la representación legal.

Se han presentado anteriormente muchas acciones legales contra transgénicos, logrando retrasar las autorizaciones, pero el gobierno las ha ido vaciando de contenido, con cambios absurdos a reglamentos y similares, para evadir la enorme preocupación que entraña para millones de personas en México y el mundo, la contaminación del maíz en su centro de origen. Es tan grave, que estas maniobras integran uno de los expedientes a considerar en el Tribunal Permanente de los Pueblos capítulo México en sus audiencias en noviembre, como caso flagrante de desvío de poder.

Esta decisión de suspensión es un paso importante, pero frágil. Las empresas ya han empezado su campaña pública y no pública para revertirla. Mientras el secretario de Agricultura afirma que decidirá por criterios científicos, el titular de Economía, Ildefonso Guajardo, declara que en México se deben cultivar transgénicos, porque ya se importa maíz transgénico. (El Informador, 15/10/13). Olvidó aclarar que todas las importaciones son de trasnacionales para otras trasnacionales (para cría animal industrial, hipermercados, etcétera), que la población y agricultores nunca fueron consultados sobre estas importaciones y que se les eliminó a las empresas el pago de aranceles que permitía el TLCAN. Hecho el desfalco, ahora lo usan como argumento para sembrar maíz transgénico, otro absurdo, porque las áreas solicitadas ya producen maíz híbrido y nunca van a dar más con transgénicos, como explica Antonio Turrent. De cualquier forma seguirían importando y además el polen transgénico contaminará las variedades campesinas.

Seguiremos resistiendo, sean medidas legales o desde las milpas y desde todos los puntos donde crece la lucha por la defensa del maíz y sus pueblos.

*Investigadora del Grupo ETC