Cambio climático modifica temperatura para una buena cosecha de vino francés

Por La Jornada, 22 de marzo de 2016

El calor extremo puede llegar a ser un problema, como ocurrió en 2003, afirma experta

Los agricultores ya no necesitan una sequía para la vendimia gracias al calentamiento global, pero eso no garantiza la calidad, explican

Realizan estudio de la evolución del fenómeno de 1600 a 2007

El cambio climático, generado por la acción del hombre, está modificando la fórmula del ambiente apropiado para una buena cosecha de vino en Francia, según un estudio de la Universidad Columbia, en Estados Unidos, dado a conocer hoy por la revista Nature Climate Change.

Durante siglos, las mejores vendimias se distinguían por la épocas de sequía al final de la fase de crecimiento de la uva, pero en la actualidad, para una buena cosecha, y que además tenga lugar pronto, se consigue sin un clima tan seco. “Es sólo el más reciente síntoma de cómo el calentamiento global está influenciando en los sistemas biológicos y en la agricultura”, señala la universidad.

“La mala noticia es que si seguimos calentando la Tierra, llegaremos a un punto de inflexión”, advirtió Elizabeth Wolkovich, coautora del trabajo y miembro de la Universidad Harvard.

Según señala, las temperaturas más altas no llevan, como hasta ahora, a una mayor calidad del vino.

El estudio que se publica en la revista Nature Climate Change se basa en datos entre los años 1600 hasta 2007 recopilados en Francia y Suiza.

Acelera la maduración de la vid

Los científicos estudiaron la relación entre el momento de la vendimia y la temperatura y la sequía. “Especialmente desde 1980, cuando se registra un importante giro para las temperaturas en el hemisferio norte, la fecha de la vendimia en Francia se adelanta cada vez más”, explicó Wolkovich. De media, las uvas maduraron durante ese periodo 10 días antes que entre 1600 y 1900.

“Las elevadas temperaturas estivales en Europa occidental, que aceleraron la madurez de la fruta, exigen históricamente condiciones de sequía para conseguir una calor extremo”, se afirma en el estudio.

La explicación es sencilla: la evaporación que normalmente se da del suelo y que lo refresca tiene menos efecto cuando hay sequía.

Pero ahora eso ha dejado de ser un requisito: “Gracias al cambio climático hace tanto calor que los agricultores ya no necesitan una sequía para poder conseguir temperaturas muy cálidas”, señaló el también coautor Benjamin Cook, de la Aministración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos.

Con base en los campos de cultivo de Burdeos y Borgoña, los autores señalan que las temperaturas más altas en general conducen a un mejor vino. Con motivo de la publicación, los autores citan estudios anteriores en los que se indica que las temperaturas altas en algún momento pueden pasar a constituir un problema. Wolkovich menciona de ejemplo la ola de calor de 2003, que llevó a que la vendimia se adelantara considerablemente, pero la calidad del vino no fue tan excelente.

Viticultores y enólogos debaten desde hace años sobre las consecuencias del cambio climático. Las temperaturas más altas posibilitan que surjan nuevas regiones vinícolas en Reino Unido o en Alemania, pero en Francia esta evolución preocupa. A su vez, los expertos señalan la posibilidad de adecuarse y, por ejemplo, introducir variedades más resistentes al calor.

El estudio señala, además, que el resultado no significa que la calidad del vino en el futuro vaya a depender obligatoriamente de los cambios climáticos. Pero sí muestra que las condiciones básicas, entre ellas factores como la gestión de los viñedos o el suelo, quedan desplazados considerablemente.