Calderón se va sirviendo a Monsanto

Con estas ilegalidades, el gobierno de Calderón entregó los primeros permisos para siembra experimental de maíz transgénico. Al iniciar 2012 dio permisos para siembra piloto de maíz transgénico. Después, el 6 de junio, se otorgó el primer permiso comercial para soya transgénica, el cual está suspendido por la demanda de amparo interpuesta por los apicultores.

Este escalamiento de los permisos es otra ilegalidad pues no han publicado la Norma que la Ley establece para dar a conocer los resultados de cada fase experimental. En lugar de cumplir con la Ley, Monsanto ha dado a conocer los supuestos resultados en una infinidad de foros organizados por el gobierno con recursos públicos.

Ahora, un mes antes de concluir, el pasado 2 de noviembre el gobierno de Calderón publicó en el Diario Oficial de la Federación, el “Acuerdo por el que se determinan los centros de origen y centros de diversidad genética del maíz”. El Acuerdo determina las áreas únicamente para los estados de Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Sinaloa y Sonora. Con ello, lejos de cumplir con el objetivo de proteger los centros de origen y de diversidad genética, más bien lo que se busca es determinar las zonas en las que se podrían sembrar transgénicos. Además, el país no puede fraccionarse y sólo considerar una parte. La publicación de este instrumento determinado por la Ley en su Artículo 86 constituye una violación a la misma legislación.

Para este Acuerdo, los secretarios Monsanto no consideraron las opiniones en contra emitidas por científicos destacados y ciudadanos que en la consulta realizada llamaron a preservar la condición de México como centro de origen y diversificación constante del maíz. Tampoco tomaron en cuenta la información generada por el Proyecto Global de Maíces Nativos, que realizó la Conabio. Este proyecto –que es la investigación más relevante realizada en maíz en nuestro país en los 50 años recientes y con un costo de más de 15 millones de pesos– encontró novedades tales como: “la diversidad en las variedades criollas (nativas) de maíz de cultivo es superior a lo que se creía que existía originalmente, antes del estudio (en particular de los estados del norte de México)”.

El gobierno de Calderón se va; sin embargo, sigue la alerta pues Monsanto, Pionner y Dow Agrosciences han hecho solicitudes para sembrar comercialmente maíz transgénico en Sinaloa y en Tamaulipas por más de dos millones de hectáreas.

Estas solicitudes muestran la prepotencia de las empresas en su operación, pues por una parte la superficie solicitada es mucho mayor que las áreas de siembra de estos estados, con lo cual se prevé el intento de desregular la siembra de maíz transgénico en México; por otra parte, pareciera una afrenta al “pueblo de maíz” solicitar sembrar y contaminar el principal estado productor de maíz blanco de México – Sinaloa– con maíz NK603. Este tipo del maíz es precisamente el que fue utilizado en Francia por el doctor Gille Eric Séralini para evaluar la salud de ratas alimentadas con diferentes cantidades de maíz transgénico, un polémico estudio cuyos resultados demostraron muerte prematura y cáncer en las ratas.

La evidencia científica sigue acumulando razones para oponerse a la introducción de maíz transgénico en nuestro país. El nuevo gobierno deberá, de manera responsable, detener todo permiso de siembra transgénica en México para preservar nuestra condición única de centro de origen y de diversidad genética del maíz y garantizar nuestro derecho a una alimentación sana consignado en el Artículo Cuarto de nuestra constitución.